Hora silente (mini relato)
Publicado en Jul 06, 2010
Miro el reloj. Las oleadas de los pensamientos acuden, vienen y van, y me van dejando una escena mental caprichosa y disolvente. El silencio me envuelve el alma y hace de mí una sombra entre la sombra. Y entonces vuela...
Ha sido sólo un segundo de evanescencia... pero he visto volar el tiempo por la avenida de los almendros y aquí, en esta laberíntica calle de los silencios, miro el reloj y contemplo una hora sin nada. No hay nada más allá de la circunferencia que traspone mis ojos salvo el ruido de las chicharras en medio del transeúnte pasar de los segundos. Y recuerdo un tiempo de granados en flor, con el aire húmedo de la venidera lluvia y tú trenzada en mi pensamiento como una epopeya de sentires. !Qué hora más silente!. !Qué tiempo más diluido en la memoria contigo embarcada dentro del alma!. Te regalé una granada viva, roja, destellante y tú me diste un besito en la mejilla y te pusiste alegre y viva... Y recuerdo el paseo por entre las callejuelas que desembocan en la catedral !Qué hora más silente!. !Qué fugaz segundo de memoria!. La lluvia peinó tu cabello suelto y te abracé y te dije que por ti llegaría un día que tendría que vivir la muerte y tú te pusiste pensativa y me dijiste que no, que la muerte no tenía espacio entre nuestros besos. Y entonces, en esa hora silente, te besé.
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