!Bufff!. Estoy con mi Gaviota en una plena tertulia de amigos y ha salido a la palestra el tema de Freud. Estoy un poco asfixiado y veo una computadora y voy y pido permiso para entrar un momento, solo un momento, en este foro. Como me conocen y saben como soy no les importa y me conceden esos minutos. Es sólo para escribir una cuestión que me está comiendo el coco...
Resulta que hoy en el dos mil y pico seguro que hay algún nuevo término psiquiátrico para denominarnos a los que tenemos que recurrir a los puntos suspensivos (...) cuando no podemos terminar de completar un pensamiento. ¿Cómo nos definirán los psiquiatras a los que usamos puntos suspensivos (...) en mitad de un texto?. Por un arte de birlibirloque a veces nos adentramos en los laberintos de las cosas verdaderamente significativas de nuestras vidas y entonces (...) nos quedamos "in albis" (...) cuando queremos encontrar la idea completa. Seguimos igual de pirados que siempre (...). Por eso Sigmund Freud decidió intentar analizarnos (...) y quedó encerrado entre paréntesis cuando nos comparó con Don Quijote. !Qué vida más divertida esta de querer remodelarnos la mente!. Entre el puritanismo de lo políticamente correcto y lo tipificable de la locura a mí me sirven siempre los puntos suspensivos (...) a mitad de texto para profundizar en la vida sumergible de los humanos. Y así seguimos. Con todos los psiquiatras invitándonos a tumbarnos en sus sofás para aclararles nuestras ideas sin darse cuenta de que nosotros, los que usamos puntos suspensivos (...) en mitad de un texto sólo reflexionamos sentados en los brazos amorosos de quienes nos comprenden. !Ya está!. !Qué bien!. Me quedé a gusto... Lo que no sé bien es lo que pensará mi amiga la psicóloga Alicia Marchesi ante esta teoría ni cómo la va a poder interpretar. Y es que en realidad usar los puntos suspensivos (...) no tiene nada que ver, en absoluto, con los complejos de Edipo freudianos ni las complejidades de los test psicotécnicos para detectar anomalías de carácter neurológico. Quízás ya mi amiga Alicia Marchesi haya podido darse cuenta de que, a estas altuiras del Dos Mil y Pico, seguir con las diversas formulaciones ideológicas del ya muerto y extinto Perón sí es para acudir al sofá y meditar durante un largo rato. Yo sólo expreso mis puntos suspensivos (...) sobre el asunto de los "peronistas" porque no deseo entrar en conflicto con ninguna de sus múltiples variantes. De verdad que las neuronas, cuando están en su sitio adecuado, no se pierden en los laberintos de la política argentina. El peronismo, con tantas variantes dentro de su seno, sí que es de verdad preocupante estando ya en los Dos Mil y Pico del siglo XXI después de Jesucristo. Pues resulta que hoy en día hay por lo menos 6 ramas "peronistas": marxista, capitalista, fascista, populista, menemista y feminista y estoy seguro de que me he dejado en el tintero alguna más. Yo por eso digo que la vida es mejor vivirla que no especular con ella, pues las ciencias sicológicas y siquiátricas, y concuerdo con mi amigo Carlos de Madrid, son subejivas y, sobre todo, muy especulativas. Luego un cristianismo vivido como realidad es, en verdad, una sanación completa y no tanta especulación que pone mal de los nervios a tantos que hasta llegan a enfrentarse a tiros entre sí. Que no es lo mismo una depresión sentimental que un psicotismo... para que se entere más de uno y más de dos...