LA PRIMERA VEZ
Publicado en Jul 09, 2010
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"Que el cuerpo peque una vez, y se habrá librado de su pecado, porque la acción es un modo de purificación." Oscar Wilde. Retrato de Dorian Gray. Cap. II
 
 
El cielo ofrecía su mejor azul, placido como un mar tranquilo, tenue y frágil, solo el sol con su naranja resplandeciente quebraba la pureza de su vista y sin embargo aquel astro brillante parecía un inquieto goldfish que jugaba en las aguas del espacio celestial. Toda la belleza que se conjuraba allá arriba se reflejaba igual aquí abajo, la brisa correteaba las hojas caídas, invitaba a la verde hierba a bailar junto con las margaritas, los jazmines y hacia enfurecer medianamente a las lavandas que se defendían de sus travesuras arrojando su espectacular aroma, llenando la campiña con su exquisito perfume que incitaba a los animalitos hacer el amor. Una de las criaturas más hermosas que habitaba este Edén, miraba con extrañeza como todos los seres en pareja se mostraban cariñosos, las caricias del ciervo a su delicada venada, oía el arrullo amoroso del palomo que le cantaba a su paloma, miraba a la leona que se recostaba placida y complaciente al lado de su león que feliz ronroneaba, hasta las mariposas en su vuelo frenético e incoherente daban la impresión de besarse, mientras ella sola recogía frutos para llevarle a su pareja que dormía solitario bajo la sombra de un árbol. Extasiada por las visiones sensuales siguió su faena y mientras iba camino a donde dormitaba su congénere vio un fruto rojo como unos labios, brillante como unos ojos deseosos, no pudo apartar más la vista de aquel alimento subyugante y provocativo, lo tomo casi sin pensar y enseguida al llevárselo a la boca se le abrió un mundo.
 
Envuelta en un halo de erotismo virgen se aproximo al hombre que desnudo se ofrecía a su instinto carnal despierto, se arrodillo ante él y lo beso, asustado despertó por la demostración inusual de la hembra que se le presentaba con los senos turgentes, con las caderas que parecían más anchas de lo común, con su vulva húmeda como rosa bañada por un fresco rocío, ella con su mágica libidinosa le hizo morder el fruto, y el macho conoció la calidez del amor. Ambos se entregaron como los demás seres del Edén a conocerse profundamente, y así empezó la verdadera liberación de aquel presidio que los alejaba de la genuina felicidad, del real, autentico y verdadero conocimiento.
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Foto del autor Felix Antonio Esteves Fuenmayor
Textos Publicados: 362
Miembro desde: Jan 07, 2010
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Descripción

Palabras Clave: Cuento Adán y Eva La Primera Vez Erotismo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Félix Esteves

Derechos de Autor: Reservados


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