Llegaba la hora de elegir el vaso para beber !y rápidamente los tres ambiciosos elegían aquel color que más les gustaba dejando al que siempre se callaba el color que ninguno de ellos quería!... Llegaba la hora de elegir el servilletero para guardar la servilleta !y rápidamente los tres ambiciosos elegían el que más les gustaba dejando al que siempre se callaba con el que nadie de ellos quería!... Llegaba la hora de elegir el puesto para sentarse ante la mesa !y rápidamente los tres ambiciosos elegían el que más les apetecía a cada uno de ellos dejando al que siempre se callaba el puesto que ninguno de ellos quería!... Llegaba la hora de elegir juguetes de los Reyes Magos !y rápidamente los tres ambiciosos elegían los que más les entusiasmaban dejando para el que siempre se callaba aquellos que ninguno de ellos quería!... Llegaba la hora de elegir coche !y los tres ambiciosos elegían siempre los de último modelo dejando al que siempre se callaba sin ninguna clase de coche!... Llegaba la hora de echarse novia !y los tres ambiciosos rápidamente elegían las primeras que se ponían a su alcance dejando al que siempre se callaba quedarse sin novia!... Llegaba la hora de separar a la familia y rechazar a la abuela, al padre, a la madre y a la hermana !y los tres ambiciosos rápidamente destruían la unidad familiar dejando al que siempre se callaba permanecer dentro de dicha unidad!... pero llegó un momento en que el que siempre se callaba obtuvo recompensas: la Copa Fiocchi, Título Universitario, Premios Literarios y, sobre todo eso, lo más importante: una bellísima Princesa como esposa y dos bellísimas Princesitas como hijas. Porque siempre se callaba.