Lucirnagas al corazn
Publicado en Jul 20, 2010
Sentada al borde del tabique, observé la indiada femenina en derredor. Tan rubia ella, con su apenas falda descubriendo culpas y temores pasados. Derramaba su atormentada boca confesiones de abusos de afamados y políticos, de artistas y cómicos. Atónita, la observé desplegar la numerable y popular lista.
De súbito, tomé de la mano a mi sombra, y salimos disparadas. Otra vez las carreras y los laberintos. Hospitales y ascensores. Estaba harta de todo aquello. Consabidas fugas con obstáculos a la pesca. Inevitable destino de escapista onírico. Salté. Aceleré. Alcé brazos. Balanceé piernas. Puse cara de asombro ante las escaleras que conducían a paredes, ante ascensores con puertas trabadas, ante muros impidiendo mi paso. Giré. Volví sobre mis pasos. Desandé senderos. Sepulté huellas. Con ella siempre a mi lado. Resignada, decidí dar con un refugio. Y llegué a una gigantesca habitación de un, en apariencia, deshabitado hotel. Y una mujer con sus hijos me recibió, decidida a ayudarme. Y de pronto esas paredes incompletas, que daban al lugar una sensación de desamparo, de exposición, me llenaron de temor. La guardia imperial me perseguía, y pronto me daría caza. Agotada por la repetición de sueños, hasta el hartazgo por la búsqueda infructuosa de salidas, por las cíclicas carreras hacia el vacío, me detuve. Paralizada. Anestesiada. Inmune a mis sueños. Impermeable a la vida. Inmutable. Deseando cortar los hilos. Un brusco movimiento me sacó de mi misma. Miré hacia mi derecha. Y… Él. Y mis brincos en el pecho. De cuerpo entero. Y un dulce escozor recorriendo mi cuerpo. Observándome. Luciérnagas. Exhausto por buscarme. Mil interrogantes agolpándose en mi garganta. Y después de infinitas vidas e infinitas muertes, volví a sentirlo. Invasivo. Abrasador. Místico. Desbaratándome. Desencajándome. Haciendo temblar mis cimientos hasta el derrumbe total de mis sentidos. Y de los suyos. Y sobre ese montón de escombros de emociones, calladamente nos besamos.
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LOBOLEJANO
Rita
Saludos
daih
Julieta
daih
Julieta
No se tire abajo, usted escribe bien!!!! Y en todo caso , cada uno debe seguir su camino escritoril. Je. Besos.