los designios de calvin klein
Publicado en Jul 27, 2010
Guerra de los sexos. Lucha por el poder real coexistiendo con la existencial necesidad del amor, generando una crisis espiritual sin precedentes. El sexo terminó siendo la mar de fácil (jamás será gratuito), y a la vez, el amor lo más difícil de todo; con la fe en la humanidad sepultada y el lirismo en franca bancarrota, ya no hay inocencia; y todo ideal está sancionado por las mismas leyes de mercado: nuestro amor actual es una batalla de egoísmos que, buscando satisfacciones constantes, se sumen en la también constante insatisfacción.
De haber habido una verdadera revolución sexual, en las reuniones de amigas tóxicas: ¿habría, al menos, lesbianismo explícito? ¿habrían más orgías, sanas y mixtas, sin reproches? Toda aquella perorata de la tóxica nueva ex esposa de Gómez ¿empezaría con la práctica efectiva del pete perfecto? ¿Los 60`s nunca existieron? Maldito sea el SIDA. Qué bien les vino a las recalcitrantes sotanas de los regentes de éste actual mundo de muerte signado por el miedo. Qué bien a la industria, que con una imagen afecta al erotismo histérico en aumento nos lo vende todo, desde coches hasta caramelos, a una civilización en constante deseo (y en una insatisfacción también constante) como gancho de todo el negocio. La calma de espíritu hiere de muerte a un mercado que crea tus necesidades para vender las satisfacciones, y que vuelve a crear nuevas necesidades para que nunca te alcancen las satisfacciones. ¡Mantente con miedo!, porque en esta sociedad de consumo, debemos consumir seres humanos. -Si. Quiero consumir mujeres y desecharlas. ¿Por qué me voy a quejar si Isabel me se va? ¿No era yo más hot que Jude Law? Cuando miro carteles, hojeo las revistas o en la tanda, esperando a que vuelva mi programa favorito... -tome Coca-, dicen carnosos labios sibilinos, rojos como el mismísimo diablo... -tenga el nuevo Audi-, y nalgas satinadas se me pegan al hipotálamo. ¿Soy libre? Seguro que no. Son días en los que dos solitarios, desencontrados, se miman sin ternura ni esperanzas, sólo por escapar de sí, para consolarse masturbándose con los guantes puestos, creyéndose libres de estar tan tristes según los designios de Calvin Klein.
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natalia
inocencio rex
gabriel falconi
es un pene nirala bien o no??? pero supongo quemno es por eso que me gusta jejej
buena su reflexion amigo.... parecemos libres pero estamos bastante condicionados
abrazo
inocencio rex
inocencio rex
la idea era que venció el capital, y somos desechables para las otras soledades, o algo así.
salute!
Eduardo Fabio Asis
Eduardo Fabio Asis
inocencio rex
Roberto Langella de Reyes Pea
Una duda, la última frase, "creyéndose libres de estar tan tristes según los designios de Calvin Klein"... Así, ¿está bien armada?. No sé, no etendí; los designios de calvin klein, ¿serían de estar tristes?. Abrazos.