TARDE ESTIVAL
Publicado en Jan 25, 2009
La dulce luz ha descendido.
Bruñida y blanda espesura que replica en mullidos suspiros hambrientos de paz. Aquí de pronto es la tierra urdiendo sus antiguas lanzas de furia al sol, espejo broncíneo en su primordial fragor abisal. Ruge entonces la tarde en armoniosos destellos silenciosos, palpitantes en su muda tibieza y se precipita en lluvia solar rociada sobre el seno poderoso de la Antigua Morada. Todo vibra, entonces, todo sucumbe, y las bocas destilan aromáticos versos que entonan su ignorado deleite crepitante.
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