PARA BERENICE
Publicado en Aug 03, 2010
PARA BERENICE,
(UNA PEQUEÑA TRABAJADORA) No te vi nacer. Pero si te ví jugar a tus dos años, y luego a los tres y a los cuatro y también a los cinco y a los seis, apenas caminando, o sentada en el dintel de aquel ventanal de la vinatería, arrullando una muñeca astrosa, o manipulando papeles, o botes vacíos de coca-colas o cualquier otra cosa, ante la mirada vigilante de tus padres, que con radioso orgullo veían que intentaba jugar contigo mientras febrilmente trabajaban vendiendo alimentos a los transeúntes. Y sucede que ahora, a tus ocho o diez años, veo que con una mirada dulce, cándida y feliz, sin que tus padres te lo pidan, te pones a lavas las mesas y algunos casos y otros utensilios después de terminado el trabajo. Y te veo que continuas barriendo y lavando el suelo, y limpiando las sillas, y de esa manera, con tus padres, te ganas el pan. Y es entonces que siento que me invade una oleada intensa de ternura por ti. Y sueño, al mirar tu uniforme de escolapia, que alguna vez podrás terminar la gama de cursos que eleven tu mente y generen la magia en tus manos para que no te quedes sólo a lavar las mesas y el suelo de este mundo cruel… SAN JERÓNIMO LÍDICE, JULIO 30 DE 2010.
Página 1 / 1
|
Miriam
Mar Sal
Un afectuoso saludo
Mar