Aprendí de los gorriones a ser sólo un joven sencillo, no falsamente humilde porque no sirvo para ser hipócrita, sino sencillamente normal. Con el bagaje de mis aprendizajes formé entonces, siempre guiado por esa sencillez de los gorriones, a ser Gorrión Gris e ir creciendo poco a poco, sin tener que competir con nadie en mis bísquedas silenciosas, como lo hacen los gorriones cuando buscan a sus hembras. Y aprendí de las gaviotas a saber lo que es la libertad sin tener que competir con nadie en mis sueños misteriosos que jamás contaba pero los cantaba mi corazón. Yo sólo amaba a una y, aunque la había vislumbrado numerosas veces a mi lado, no terminaba de saber quien era Ella. Así que un día, como el gorrión busca sencillamente a su hembra, me acerqué a mi Padre, el que dirige la vida y le dije: "Señor, si existe, haz que yo sepa saber cual de todas las que estoy conociendo es la mía". Mi Padre contestó que sí, que muchas veces había estado Ella a mi lado y entonces me di cuenta de que era cierto. Salí a la calle y la pude reconocer. Muchas veces había estado a mi lado, es verdad, pero en esta ocasión la nominé Gaviota Roja yo, que sólo soy un sencillo Gorrión Gris, y la introduje tan dentro de mi corazón que penetró hasta mi alma. Por eso sé que la había visto muchas veces en mi vida pero que sólo cuando la nominé Gaviota Roja pude hacerla mía. Era la Princesa de mis búsquedas silenciosas y mis sueños misteriosos. Aprendí de los sencillos gorriones a amarla con tanta intensidad que no me importa perder la vida si Ella vive y aprendí de las gaviotas, entre las cuales había estado tantas veces Ella, que para amarla hasta la Eternidad sólo tenía que pedírselo a Jesucristo. Sí. Claro que podría utilizar la violencia para derrotar a más de un soberbio que se quiso cruzar en mi camino pero ya lo véis, sólo soy un Gorrión Gris (sé que quienes me insultan me seguirán llamando pardillo pero no me importa porque cuanto más llamen así más mi Gaviota Roja se introduce dentro de mi alma). Algunos creen que no podría ser violento. Podría. Claro que podría. Pero entonces perdería la batalla final que gané hace ya años. Que Ella tenga 16 años de edad y yo tenga 18 es una de esas Verdades de Jesucristo por las cuales algunos me insultan llamándome loco mientras ellos llenan de locuras absurdas sus existencias. No me importa. Aprendí de los sencillos gorriones a cuidar mi nido, com dos hijas felices, aunque tenga que trabajar todos los días del año y aprendí de mi Gaviota Roja, la que tantas veces había estado a mi lado sin yo poderlo saber, a besar con amor. Jamás he besado a otra gaviota con amor. Las gaviotas solo son compañeras y amigas de travesía pero Ella no sólo es compañera y amiga sino amante matrimonial. No me importan que me insulten llamándome iluso, o ingenuo, o si quieren pueden llamarme ignorante de la vida. No sé lo que es la vida en minúsculas (como esos que me insultan) pero sé lo que es la VIDA con mayúsculas porque no la he aprendido en teorías más o menos falsas sino en la Verdad profunda de los gorriones y las gaviotas que he ido conociendo en todos mis caminos. Y ella, a la que tantas veces la ví a mi lado sin darme cuenta, se convirtió en mi Princesa esposa. Por eso sólo tiene 16 años de edad y yo sólo 18. Si me siguen llamando iluso háganlo con todo gusto porque más me acercarán a esa meta. Yo sé que cuando Jesucristo da su palabra la cumple. Siempre ha sido así y por eso Ella es modelo... y no me importa que digan lo que quieran ni de ella ni de mi. Sólo sé que la locura no están en nuestras mentes sino en los cerebros de los hombres "pequeños" que envidían a otros hombres (y no lo digo por mí solo) que son gorriones grises casados con modelos de verdad. Sí. Mujeres modelo de carne y hueso pero que, además, son modelos de fidelidad. Y eso es lo único que nos importa. Lo demás sólo son regalos de Dios que repartimos a manos llenas entre los que necesitan un poco de amor humano... como he aprendido que hacen los sencillos gorriones y las bellas gaviotas.