Los Abuelos (Novela Corta)
Publicado en Aug 10, 2010
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La mañana, de plena primavera, refrescaba la atmósfera del municipio de Lasarte y por eso Arantxa Basurto arropó a Andoni Iturralde con una manta de lana gruesa que había comprado, hacía ya un año, en el mercadillo del vecino pueblo de Zaraúz, donde había pasado un feliz verano en la playa del Golfo de Vizcaya. El río Oria bajaba cargado de agua y de lampreas. Y un vencejo daba vueltas alrededor del tejado del blanco caserío situado en medi del prado. La gata "Kutxa" ronroneaba a los pies de Iturralde mientras se los calentaba con su cuerpo de felina traviesa y feliz.

- Andoni, ¿tienes frío?.
- No Arantxa. Gracias. Estoy muy bien así.

Y ella le acarició dulcemente aquel rostro todavía muy joven antes de darle un beso.

- Voy a preparar el desayuno, Andoni.



Fiesta en Bilbao. Se enfrentan, para las semifinales del Campeonato Nacional de Pelota Vasca, el gran Andoni Iturralde, guipuzcoano, y el tambien grande alavés Eneko Alkiza. Antes de ello, en la misa dominical, él la había visto por primera vez en su vida. Era hermosa. Bellísima. Una mujer tan completa que Andoni no podía quitar ni un momento su mirada hacia ella; pero aquella desconocida joven de tan sólo dieciseis años de edad, sólo miraba a la figura de Jesucristo mientras en su interior pedía algo que nadie entendía porque lo hacía en lengua aramea. Aquella bellisima mujer estaba junto a su hermana Begoña Iturralde y él ardía en deseos de poder conocerla. Más de una vez intentó levantarse del banco e ir a decirle algo. No sabía. Quizás pedirle simplemente la hora o preguntarle cómo se llamaba; pero sólo podía imaginar que sí, que ella le decía su nombre, le daba la hora justa y le sonreía como sólo se sonríe al hombre que se ama.

Después, en pleno partido, la vio de nuevo junto a su hermana Begoña... y aquello le dio ánimos para arrasar, con su potencia física de siempre, al hercúleo Eneko Alkiza que, sufriendo lo indecible para poder devolver las pelotas envenenadas de Iturralde, terminó viendo cómo el partido terminaba con un claro 22-2 a favor del guipuzcoano. Había barrido materialmente a su rival. Entonces fue cuando, ya una vez desconcentrado del juego, la buscó con la mirada... pero ni ella ni su hermana Begoña Iturralde estaban ya allí.



- ¡Buenos días, Andoni!. ¡No te olvides que tenemos partida de mus en la Casa de Araeta esta tarde a las seis en punto!. ¡No lo olvides que, cuando estás tan pensativo, sueles ser muy olvidadizo! - le gritó el leñador Iñaki Iturbide mientras se dirigía al bosque con su hacha al hombro.

- ¡No creas esas murmuraciones, Iñaki!. !Me acuerdo perfectamente de la partida de mus!. !Y sé que tengo que estar en la Casa de Araeta esta misma tarde a las seis en punto!. !Siempre que Arantxa no tenga ningún inconveniente en llevarme hasta allí!.

Desde el interior de la cocina Arantxa Basurto lo había oído todo.

- ¡Andoni, no hay problema alguno por mi parte!. !Allí estarás esta misma tarde a la seis en punto!. ¡Además así aprovecho para ir a la peluquería de Ana!. ¡Me apetece cambiar de color mi cabello!.

- ¡Pero si tienes un color de cabello precioso, Arantxa!.

- ¡Bien!. ¡Entonces me lo cortaré un poco!.

- ¡Ni se te ocurra, Arantxa!. ¡Tu pelo largo me enloquece!.

- !Entonces haré que me lo laven y le den más brillo!.

Andoni Iturralde sonrió porque sabía que a las mujeres, cuando les entra una idea en la cabeza, la pueden transformar en mil ideas diferentes pero siempre la llevan a cabo.

Una bandada de palomas cruzó ante sus ojos con dirección a Hernani. Andoni Iturralde precisamente estaba leyendo el drama del escritor francés Víctor Hugo titulado "Hernani"; totalmente interesado en saber de aquella novela que tantas discusiones había suscitado entre los clásicos y los románticos.

- Por cierto, Andoni -dijo ella saliendo al exterior por un momento- ¿tú a quien prefieres, a los clásicos o a los románticos?.

- Sabes que respeto mucho a los clásicos pero que siempre he sido y soy un empedernido romántico.

- Pues es la primera vez que me lo dices.

- O quizás no lo recuerdes bien y te lo he dicho muchas más veces de las que te imaginas.

- ¿Es por eso por lo que te enamoraste de mí?.

- ¡Exacto, Arantxa!. Es por eso. Sabes que siempre he sido seguidor de Richardon, Goethe, Hölderlin, Blake, Wordswordh, Vícto Hugo, Vigny, Manzoni, Leopardi y, sobre todos ellos, de manera muy especial, de Espronceda y del Duque de Rivas.

Arantxa no dijo nada. Silenciosamente volvió a entrar en el caserío a seguir preparando el desayuno en la cocina. Aquella recia voz de Andoni le seguía gustando tanto o más que cuando la escuchó por primera vez. Y también sabía que su voz, dulce y femenina, le encantaba a él. Así que no sólo se había enamorado de ella por su bellísimo rostro y la perfección de su cuerpo sino por mucho más. Se había enamorado de la belleza de su alma.



Llegó el momento de la gran verdad. La final del Campeonato Nacional de Pelota Vasca en San Sebastián. Andoni Iturralde entornó lo ojos mientras se preparaba anímicamente para enfrentarse al temible rival, al siempre peligroso y favorito navarro Txikito de Olite. Miró al público. Un enorme gentío había llegado de todas partes. No sólo del País Vasco, sino de puntos geográficos tan lejanos, por ejemplo, como de Córdoba la Sultana, Málaga y Sevilla. Buscó con su mirada la mirada de ella; pero no la encontró por ninguna parte. De repente empezó a sentir pocos deseos de jugar aquella final y de luchar por alcanzar el título de Campeón Nacional. Y es que ya la tenía metida tan dentro de su cerebro que apenas le sostenían las piernas en el esfuerzo por hacerla salir de él. Sus manos parecían ahora solo de un poeta, nada más que de un poeta romántico en vez de un gran jugador de pelota vasca. Los seguidores del favorito Txikito de Olite no hacían más que animar al pamplonica y en el cerebro de Andoni Iturralde una fuerte batalla se estaba entablando: o ser Campeón Nacional de Pelota Vasca o ser simplemente nada. Prefería ser nada si, con ello, conseguía salir una vez, aunque sólo fuese una sola vez, con aquella preciosidad de mujer que, a sus dieciséis años de edad, arrebataba el corazón de todos los hombres. De repente, cuando incluso estaba ya a punto de abandonar la partida antes de iniciarla, escuchó su dulce, femenina e inigualable voz entre el gentío.

- ¡Vamos, Andoni, no te rindas!. ¡Tú si puedes conseguirlo!.



- ¿Quieres el café bien caliente?.

- No, Arantxa. Sabes que siempre me gusta templado. Y ponle, por favor, dos sobres de azúcar. Me gusta templado y bien dulce como tú. Así me imagino que es a ti a quien estoy bebiendo.

Aquella forma de piropear como si no estuviese diciendo nada del otro mundo era lo que más le encantaba de él. Su forma de piropear, muchas veces incluso en silencio a través de sus miradas, o simplemente escribiendo algún verso que otro. Reconocía que a veces escribía versos bien fuertes y eróticos pero le gustaban tanto como los que escribía demostrando dulzura, sentimiento, calor, espíritu y hasta fe si es que era posible. Y sí. En los poemas de Andoni había de todo un poco. Desde el más ardiente sentimiento amoroso hasta el más delicado piropo que una mujer podía recibir, pasando por todas las gamas semánticas posibles. Y sobre todo llenos de profunda fe. Porue Andoni Iturralde creía firmemente en las promesas de Jesucristo y en el cumplimiento de sus milagros.

- Te lo agradezco, Andoni. Te lo agradezco más de lo que te imaginas -pensó ella para su interior.

La gata siamesa "Kutxa" seguía calentando los pies de Iturralde, mientras ronroneaba bajo los primeros rayos de sol de aquella mañana en que, de repente, vinieron a visitarle Daniel Uranga y Peio Etchebeste.

- Esta vez seguro que nos tomamos la revancha -le dijo Uranga.

Andoni Ituralde sólo sonrió.

- Es cierto, Andoni, esta vez ya no caeremos en tus famosas trampas de combinar faroles con jugadas seguras. Ya hemos aprendido bien cómo juegas.

- Ya sabéis que Iñaki Iturbide y yo, cuando formamos pareja, somos invencibles. Preocupáos más bien en saber cómo juega él.

- Intentas despistarnos, Andoni -respondió Etchebeste- pero estamos seguros de que es de tu cerebro de donde salen las mejores jugadas.

- Está bien, Etchebeste... si tú y tu compañero lo creéis así yo no pienso discutir por ello. Posiblemente llevéis razón. O quizás os estéis equivocando. No os lo voy a declarar porque sería daros ventaja.

- Todavía recuerdo -dijo Daniel Uranga- aquel célebre 3-0 que me ganaste por cometer el error de lanzarte tres órdagos a las chicas seguidos y sin pensar en sus consecuencias.

- Olvidaste una lección muy sencilla que todos los musolaris conocemos: "jugador de chicas perdedor de mus".

- De acuerdo. Aprendí la lección. Esta vez veremos qué pasa con las grandes.

- Tampoco van po ahí los tiros, Dani. Aunqe no lo creas, a veces se puede ganar o perder hasta con el "no juego".

- !Vómonos ya, Daniel, que nos lía como siempre! -le advirtió Peio Etchebeste.

Y se despidieron con un fuerte apretón de manos.

- Esta tarde a las seis en punto en Casa de Araeta, Andoni.

- Ya ha dicho que sí Arantxa. Así que está totalmente asegurada la partida.

- Yo he aprendido a serenar mis nervios, Andoni -le advirtió Peio.

- Haces bien. Los nervios sólo hacen ver ases y reyes donde no hay más que un as y un rey.

- Tú siempre con tus filosofías, Andoni.

- Aprendí algo muy interesante, Peio, pero no sé si decírtelo o no.

- Dímelo si crees que es importante.

- Es importante. Escucha: nunca dejes que los ases sean superiores a los reyes... ¿comprendes bien amigo Peio?.

- Cuando tú lo dices lo entiendo perfectametne bien. Sé lo que me estás haciendo comprender. No te preocupes. Haré caso a tus buen consejo.

-No es un buen consejo. Es algo más, Peio. Es un buen pensamiento. Tienes que saber que los que son tan jóvenes como tú no escucháis bien los consejos pero entendéis perfectamente cuando se os enseña un buen pensamiento. ¿Ya sabes por qué te lo digo?.

- Sí. Lo he entendido. Cuidaré de no volver a equivocarme. Ya sé que los ases sólo sirven para las chicas mientras los reyes sirven para las grandes y, precisamente para el treinta y uno.

- Eso es. Ya vas aprendiendo a saber jugar con la vida. Escucha, Peio. Yo puedo haberme equivocado alguna vez en la vida, pero jamás cometí la locura de creer más en los ases que en los reyes... ¿comprendes mejor ahora?.

Daniel y Peio ya no dijeron nada más y se marcharon lentamente por los prados por donde se encontraba ya faenando el leñador Iñaki Iturbide.

- ¿Sabes que lleva razón? -dijo Peio.

- Sí. La lleva. Andoni Iturralde en ciertas cosas no se equivoca. Podemos pensar que está hablando de mus y sin embargo nos está hablando de cosas mucho más serias.

- Por eso es necesario hacerle caso, Dani.

- ¡¡Ya sabeís que la mano de un cristiano vale por cinco y que no se debe envidar a
tontas y a locas!! -les gritó con su voz cálida pero varonil Andoni Iturralde.

- Parece que no está diciendo nada pero lo está diciendo todo.

- Por eso es el mejor musolari de España, Dani.

Arantxa salió de nuevo al exterior de la casa un poco agitada.

- ¿A quién le has gritado eso, Andoni?.

- Nada, mujer. Son cosas que los jóvenes deben de aprender y es necesario saber decírselo; porque el juego del mus es el juego más parecido a la vida que existe. En eso le supera incluso al ajedrez.

- Si tú lo dices será verdad...

- No porque yo lo diga, Arantxa. No es por eso. Lo digo porque es una verdad universal.

- Pero nadie hasta ahora, que yo sepa, ha dicho tal cosa.

- ¿A qué cosa te refieres?.

- A que el juego del mus es superior al juego del ajedrez.

- Escucha, Arantxa. Muchos creen que en el juego del ajedrez triunfan los más inteligentes y están muy equivocados.

- ¿Sí?.

- Claro que sí. Lo aprendí viviendo en medio de la soledad que es la mejor manera que existe de conprender este mundo. Los mejores jugadores de ajedrez son los más lógicos pero no los más inteligentes. Por eso el mus es superior al ajedrez e incluso al póker. ¿Sabes quiénes son los mejores jugadores del póker?.

- Supongo que los más listos.

- Pero los más listos sólo son los más tramposos. Sin embargo el mus supera también con mucho al póker. ¿Quién crees que tiene más valor: un hombre listo o un hombre inteligente?.

- Supongo que un hombre inteligente. Al menos eso es lo que yo prefiero.

- Por eso lo afirmo, Arantxa, por eso lo afirmo. Por ejemplo, no siempre gana al mus el que es mano... ¿comprendes?... a veces es necesario echar unos cuántos faroles para ganar a quienes son mano. A veces, Arantxa, a veces suceden sorpresas así en esto del mus. Eso no sucede casi nunca en el póker donde casi siemrpe se juega a lo seguro; pero sucede muchas más veces de los que crees en el mus. Sucede que cuando apenas llevas cartas buenas luego resulta que sales triunfador sin que los rivales ni se hayan dado cuenta de ello.

Arantxa acarició el cabello, todavía fuerte y vigoroso, de Andoni Iturralde y volvió a sus labores.




La gran final del Campeonato Nacional de Pelota Vasca que se estaba jugando aquel año en San Sebastián se encontraba muy igualada en sus primero puntos, mas poco a poco, Andoni Iturralde iba superando al favorito de la afición: el navarro de Pamplona, Txikito de Olite. Así que llegó un momento en que la distancia era ya casi insalvable. El gran juego que estaba desarrollando Andoni Iturralde, con la mente sólo concentrada en la pelota, la pared, el rebote, la devolución... le habían colocaco en un 21-16 a su favor. Sólo le faltaba un sólo tanto para ser Campeón de España.

Sin embargo, algo sucedió que trastornó por completo su concentración. Era que, sin darse cuenta, se había quedado mirando por unos segundos los ojos de Ella, de Arantxa Basurto y su bellisimo cuerpo juvenil. Y el partido comenzó a cambiar rápidamente. Totalmente descentrado, Andoni Iturralde comenzó a cometer errores infantiles impropios de un gran pelotari como él lo era. Y los números empezaron a caer del lado de Txikito de Olite que, desde el 16 había llegado ya a emparejar el marcador. 21-21 y Andoni Iturralde completamenmte perdido. Fue cuando, en medio del fragor y el delirio de los seguidores del navarro, a favor del cual habían apostado la inmensa mayoría de los espectadores, volvió a oir la voz dulce y femenina de aquella belleza sin igual.

- !Ánimo Andoni!. !Tú si puedes!

Surgía el milagro. O la sorpresa. O lo impredecible.

Las manos de Iturralde, ardiendo de vigor, endurecieron sus lanzamientos y Txikito de Olite comenzó a declinar. No había lugar para la duda. En aquel último envite se jugaba algo más que el título de Campeón. Era la oportunidad de demostrar que las manos de Alkiza no se habían roto sin motivo. Andoni Iturralde. Esa era la razón. Él podía vencer. Él quería vencer. Él sabía vencer.

La pelota ardió en su mano. Surgió rotunda. Acelerada. Colocada. Con el efecto que su muñeca había articulado. Y chocó contra el muro del frontón saliendo rebotada, escorándose hacia la derecha...



- Aún recuerdo lo del otro día, Andoni...

- ¿Lo del otro día?.

- Sí, Andoni. Aquello que dice: "Yo aprendí a a retar las sombras descansando mis sueños en los oleajes airosos, en el aroma de los vientos libres y en los versos derramados de palabras. En los abrires de floridos años. En el tacto de los ávidos espacios. Y en los minutos del clavel de la victoria".

- J.J.Elizalde...

- Sí. J.J. Elizalde -sonrió Arantxa- Aunque sólo sea una manera de encubrir que alguien vivió en los minutos del clavel de la victoria.

Ahora era ella quien cerró los ojos.



En medio del cansancio vió al musculoso Txikito de Olite correr hacia la banda derecha. Ya no podría responder. Si la pelota volvía a la cancha, Iturralde ya no podría responder porque yacía, exhausto, sobre el suelo. El pamplonica se acercaba, cada vez más, hacia la línea. Llegó. Conectó su golpe. La pelota ascendió en el aire.



- ¿Estás cansada, Arantxa?...

Pero ella seguía con la ensoñación.

Andoni levantó la vista hacia los cielos intentando desentrañar el misterio de la cumbre del lejano Urgull que se le representaba en la memoria. Allí había besado por primera vez a Arantxa Basurto.



La pelota ascendió en el aire. Andoni Iturralde cerró los ojos ya vencido. Luego sonó la chapa y el clamor. ¡Itu!. ¡Itu!. ¡!Itu!. Era él. Andoni Iturralde aclamado por el ardor de la victoria. Andoni Iturralde levantado del suelo y abrazado por Iturbide, Uranga, Etxebeste... Y ella junto a su hermana Begoña y aplaudiendo fervorosamente.



Arantxa Basurto abrio los ojos y se rió.

- Recuerdo más. "Anidad las galas de los sueños en el surco ancestral de lo fecundo y el trabajo, que gire la esperanza que hará tañer su alcance de habitante para ser un espíritu de acciones colectivas. La herencia de la luz y de la gloria convertirá la invisible constancia de un mañana más selecto. Anidad las galas de los sueños y amaréis una historia verdadera que relate los ritmos de vosotros hasta alcanzar el logro de una inédita conquista que habita en la marcha hacia el deseo".

- Arantxa... pocos son los tiempos del clavel renacido en las orillas.

- No importa, porque muchos son los latidos ajustados al momento. Todos hemos conocido algún destello de gloria. Todos podemos volver a vivirlos. Tal como éramos, Anmdoni, tal como éramos tú y yo.

- Estoy seguro de que seremos tal cómo éramos, Arantxa. Tal cómo éramos por dentro y por fuera. Yo nunc ahe dejado de tener Fe.

- Ni yo tampoco, Andoni, ni yo tampoco. Por eso sé que el Milagro de Jesucristo se cumplirá. ¡Y colveremos a ser tal como éramos tú y yo!. ¡No lo dudes, mi amor!.

Él volvió a levantar la vista para observar al lejano Urgull.

- ¿Qué razón existe para que te los aprendas de memoria?.

Ella se incorporó con pausas. Arregló los cabellos grises de Andoni. Le arropó amorosamente.

- Cuídate. Está bien que tomes el fresco de la mañana pero no conviene resfriarse. Voy a seguir preparando el desayuno.

Arantxa se adentró en el caserío. "Kutxa" trepó hacia el regazo de Andoni que acarició el lomo de la siamesa. Iturralde elevó su voz.

- ¿Hay noticias de Mikel?.

La respuesta de Arantxa resonó en el interior.

- ¡Sí... y muy buenas noticias!.

Salió a la puerta.

- Ha escrito diciendo que vienen para Navidad. Todos. Mikel, Victoria y los niños. Dice también que los negocios de Guayaquil van creciendo y que han abierto una nueva sucursal en Quito. Pero lo mejor de todo es que regresa definitivamente con nosotros. Deja la empresa en manos de Xavi y Txomín. La pequeña Arántzazu viene también para Euskadi. ¡Garibai!. ¡Garibai!.

El perro pastor acudió solícito a la llamada, se sentó ante ella con esa mirada inteligente que poseen los animales de carácter noble y se la quedó observando.

- Tú también vas a desayunar!. Andoni... ¿tomamos ya el café?.

- No tengas prisa, Arantxa. Esta mañana es digna de ser gozada.



Luego todo fue muy rápido. Begoña se había acercado acompañada de ella. Begoña, la hermana de Andoni, les presentó. Ella era, de cerca, todavía más hermosa que vista desde lejos. Maravillosamente hermosa. Como sacada de una leyenda de la selva del Amazonas de Sudamérica. Alta. Perfectamente bien formada. Con el brillante y sedoso pelo de color mineral cayendo sobre los hombros y aquellos bellos y suaves ojos marrones de color miel donde se dibujaban los oleajes del mar si es que se les podía observar sin desviar la mirada.

- Es siempre así -había dicho Begoña- aquí donde le ves, tan atleta y campeón, es un incorregible tímido con las mujeres. Quizás sea porque las conoce demasiado bien.

- ¿Así que te llamas Arantxa? -pudo decir Andoni.

- Arantxa. Arantxa Basurto. ¿Pero quieres conocer mi segundo apellido?.

- Si tú quieres...

- ¿Ves cómo es un tímido incorregible?.

- Quizás porque conoce demasiado bien a las mujeres -sonrió Arantxa.

- ¿Cuál es tu segundo apellido? -acertó a preguntar Andoni.

- Atahuallpa.

- El mío es Ondaro.

Después se sucedieron las citas, el noviazgo y la boda. Todo muy rápido. Muy excitante. Producto del profundo amor que había surgido desde el primer momento en que se cruzaron sus miradas. El inolvidable viaje por el Pacífico. Soñando entre caminos de coral y emborrachándose de besos sin final posible. Y la visita a las Islas Galápagos invitados por tío Aitor. Allí pudieron descubrir maravillas únicas en el mundo.

- ¿De verdad desciendes de princesas?.

- De verdad.

- Yo también desciendo de un Condado. Pero nadie lo sabe.

- Serán de nuestros dos grandes secretos, Andoni.

- Por lo menos por ahora -sonrió el atleta.

Luego siguieron los éxitos. Siempre ella junto a él. Por los mejores frontones de Rioja, Navarra, Álava, Bilbao, Ondarribia, Hendaya, Biarritz, Bayona... !y su querida San Sebastián!. Siempre ella junto a él. Admirando aquellas poderosas manos que doblegaban rivales por su potencia y, a la vez, sabias para la ternura y el placer de las caricias. Hasta que, un año después, tras conseguir innumerables triunfos y recoger infinitos aplausos, nació Mikel. Mikel Iturralde Basurto Ondaro Atahuallpa. ¡Qué más podía pedirle a la vida el bueno y feliz de Andoni Iturralde Ondaro!. Podía. Una sola cosa más. El Campeonato Mundial de Pelota Vasca.



De la cocina surgían aquellos reconocibles olores a hogar. La leche calentándose. El café. Las castañas asadas. ¡!Qué bien olía el arte culinario de Arantxa Basurto
Atahuallpa.

Ella levantó la vista de los pucheros. El reloj marcaba las nueve de la mañana. Media hora más tarde estarían sentados frente a la mesa. Arantxa distraía su labor cantando pequeños trozos de melodías vascas. Y él la escuchaba, sentado bajo el alero de la techumbre del caserío y siempre admirado por el valor y la entusiática entrega de aquella mujer.

El vencejo seguía dando vueltas aéreas por encima del tejado.

Volvía Iturbide con el hacha al hombro y un haz de leña.

- ¿Qué tal estamos, Andoni?.

- ¡Bien, muy bien, Iñaki!.

Iturbide se le acercó. Estrecharon sus manos.

- Siempre tan fuertes... Andoni.

Iturralde sonrió. El otro volvió a hablar.

- No te olvides de que hoy hay mus.

- No me olvidaré...

Se volvieron a estrechar las manos. Siempre que Andoni saludaba a sus amigos notaba un calor especial en la mano. Como cuando la pelota quemaba antes de ser impulsada contra el muro del frontón. Era ese calor que aman los viejos pelotaris. Por eso el apretón de manos, con sus amigos, era largo de segundos.

Ya lejos de él, Iturbide volvió a insistir.

- ¡En Casa de Araeta!.

- ¡Allí estaré!.

- ¡Recuerda!. ¡A las seis de la tarde!.

Andoni entrecerró los párpados donde comenzaban a fungirse los primeros rayos del sol. Musitó. Apretó los labios resecos...

- Recuerdo... Recuerdo...




Las seis de la tarde exactamente. San Juan de Luz. Campeonatos del Mundo. Los mejores. Argentina. Uruguay. México. Estados Unidos. Francia. Y ellos. Los españoles formaban, quizás, el mejor equipo de los últimos tiempos. Allí estaban Andoni Iturralde, Orúe, Landáburu, Beitia, Alkiza, Goizueta, Rekalde... y Sanabria el leonés. También aquella pareja de catalanes, Esmatges y Ametller, que habían demostrado ser los mejores en pala corta.

Eran ya ocho las medallas conseguidas desde que César Sanabria iniciase la cuenta. La novena estaba asegurada. De oro o de plata. Pero Iturralde la quería de oro.

Las seis de la tarde exactamente. Hora de jugar al mus de la vida o al mus de la muerte precisamente. Su rival, el vasco francés Sebastien Émery, era un tipo realmente elegante. Distinguido en sus modales. Marqués. Todo un caballero de la cortesía. Educadas maneras que transmitía en su forma de jugar con estilo impecable. Mas no bastaba para otorgarle la victoria, porque se encontraba ante un Andoni total. Un Andoni en plenitud. Un Andoni que triunfaba gracias a su explosiva manera de combinar ataques y defensas en un proceloso vaivén de iniciativas que desarbolaban al elegante Émery. El genio de Iturralde se imponía con una ductilidad desbordante. Él también era de la. Conde español para ser más exactos. Así fue cómo consiguió un título que servía de espaldarazo final a su gran momento. El corolario a aquellos dos años de plenitud.

Arantxa no había podido acompañarle en aquella ocasión, porque Mikel estaba algo enfermo y necesitaba los cuidades maternales; pero ya la prensa internacional recogía su éxito en las primeras páginas: "Triunfo sensacional de Andoni Iturralde" era el que ella leyó en "El Correo de San Sebastián". Y ella leería después, ávidamente, toda la narración del brillante momento. Y recortaría textos y fotografías para guardarlo todo junto a la brillante colección de sus recuerdos, cartas, poemas, relatos, cuentos, novelas, narraciones, pensamientos, reflexiones, teatros adultos, teatrillos infantiles y miles de cosas más que él había escrito para ella.



"Kutxa" permanecía sobre el regazo de Andoni; saciándose de luz, mientras el ganado de Elizondo se había distendido por la lejanía. Iturbide seguía su camino con la leña a cuestas. Arantxa terminaba de preparar el desayuno.

- ¡Andoni!...

- ¡Díme, Arantxa!...

Ella hablaba desde el interior y él contestaba desde afuera. Como un trenzado juego de resonancias unidas por hilos de sentimientos. Cuando Arantxa pronunciaba su nombre, él sentía algo muy profundo dentro de sí... cómo el ruido de la piedra al chocar con el agua que titilaba en el fondo del pozo de su infancia. Y las frases de Arantxa surgían en su ánimo como las ondas que la piedra hacía expander sobre la superficie.

- Ayer me encontre con Idoia, la hija de Uranga, y me contó que el domingo estrenan, en el Zubillaga de Mondragón, "Dicen que somos dos locos de amor", la tan premiada película del Festival de San Sebastián. ¡Tanto ella como Joseba estarían muy agradecidos si les acompañamos!. ¿Deseas ver "Dicen que somos dos locos de amor?".

- ¿Eso dicen de nosotros?.

La risa de Arantxa resonó con fuerza.

- ¡¡No seas tonto, Andoni!!.

- !Iremos!.

Y luego ella volvió a musitar: dicen que somos dos locos de amor... dos locos de amor nada más...




A veces no comprendemos por qué tras alcanzar el éxito en la vida debemos volver a empezar. Diversos fracasos pueden ser la antesala que guía a él, mientras el conseguirlo fácilmente y demasiado pronto, puede ser que nos lleve a no saber recuperarnos de su gloria. Al fin y al cabo la Literatura sólo es un Arte más y el Arte es siempre así...

Yosu Orúe era una esplenderosa promesa hecha ya realidad. Quizás excesivamente joven todavía. Pero todo lo que tenía de sensacional jugador también lo poseía de bebedor y mujeriego. Andoni, también joven pero con mayor experiencia, se lo había reprochado contínuamente.

- Que vas por mal camino, Yosu. Que estás tirando por la borda todo tu porvenir. Que no es esa la vida que debe llevar un deportista si quiere alcanzar lo máximo.

Yosu Orúe era excesivametne joven para el triunfo...

Sin embargo, el consejero también se equivoca alguna vez. Andoni Iturralde se encontraba ebrio de gloria y cuando Yosu Orúe se le acercó con aquella mujer, una "explosión" se produjo en su cerebro. Jeannette Jacobbi Escudé era la actriz más aclamada en la Europa del momento. Aquella hembra rubia de origen franco-italiano, con algún antepasado español, era un cóctel de excitación por su belleza. Andoni pensó que necesitaba festejar su momento de gloria. Y Arantxa Basurto Atahuallpa, su único y verdadero amor, no estaba allí...

Se olvidó de ella. Durante seis meses la prensa recogía, semana tras semana, la frívola vida en que se habían sumergido Andoni Iturralde y Yosu Orúe. El campeón mundial, joven y apuesto heredero del famoso naviero Merkel Iturralde, ganaba mucho dinero con sus demostraciones deportivas; pero todo se lo gastaba con Jeannette Jacobbi Escudé, viviendo un escandaloso romance mientras Arantxa y Mikel quedaban en el olvido.

Y a los seis meses ocurrió...

Orúe, lleno de champán, conducía el auto, un maravilloso Bugatti último modelo, por aquellas estupendas autopistas de la Costa Azul francesa. Aquella hermosa región donde ambos amigos dilapidaban sus ganancias en fiestas y borracheras.

Orúe cantaba tzorcicos, mientra su "amiguita de turno" reía estrepitosamentre. Andoni, que se besaba con Jeannette en los asientos traseros, giró la cabeza hacia el frente. Vio las enormes luces. Luego la tremenda obscuridad. Cuando Yosu Orúe y el camionero quisieron frenar era ya demasiado tarde. El vasco había precipitado su auto contra el camión. Orúe murió al instante. Iturralde quedó inválido desde la cintura hacia abajo, Jeannnette y la "amiguita de turno" de Orúe resultaron sorprendentemente ilesas. El conductor del camión luchaba entre la vida y la muerte en un hospital de Niza a donde había sido trasladado urgentemente en helicóptero.

De la luz de la gloria a la obscuridad de las tinieblas. De aparecer durante dos años como un vencedor de la vida a quien todo le sonríe, a terminar como el desdichado perdedor que ha roto su futuro.

Pero Andoni Iturralde no habá perdido todo. Muerto Orúe el vizcaíno; paralítico él el gupipuzcoano; retirado de la actividad Alkiza el alavés... al navarro Txikito de Olite no le fue difícil volver a conquistar el Campeonato Nacional de España. Andoni,. sin embargo, aún vivía y, a pesar de no volver a ser un ídolo deportivo pasra las masas, le quedó la amistad de los inseparables Iñaki Iturbide, Daniel Uranga, Peio Etchebeste... y, sobre todo, la maravillosa compañía de la hermosa Arantxa Basurto Atahuallpa que, con sus limpios y claros ojos de color miel, nunca le dirigió ni un sólo reproche. Nunca reclamó venganza. Permaneció fiel y entregó toda su esplendorosa juventud a a quel hombre al que amaba por encima de cualquier tragedia. Ella fue quie le introdujo en el mundo del Arte y la Cultura. Ella fue quien le hizo entrar en los círculos de la Literatura Universal. Ella fue quien le compró los libros, quien le llevó a los mejores teatros y cines, a las más importantes conferencias de alto nivel mundial. Ella fue quien elevó su espíritu y despertó en él las ganas de vivir otorgándole el aliciente de su eterna compañía.

Así fue cómo surgió en su vida J.J.Elizalde. Escribía, una vez al mes, a J.J.Elizalde. Una vez al mes, J.J.Elizalde le contestaba.



Arantxa salió al exterior. El concierto del trajín de las palomas adornaba la mañana de sonidos compañeros que alimentaban el espacio en el preciso momento de la llegada de Legorburu el cartero.

- Andoni... tienes carta.
- Cógela tú, Arantxa. ¡Gracias, Buru!.

Ella la tomó mientras Legorburu se despedía encaminándose con dirección al próximo receptor. "Kutxa" se lanzó al suelo desde el regazo de Andoni. "Garibai" buscó una sombra debajo del manzano.

- Es de J.J.Elizalde.

Andoni tomó la carta con su mano derecha.

- Vamos a desayunar.

Y Arantxa, dándole un beso cálido y sincero, comenzó a empujar la silla de ruedas hacia el interior del caserío.



Ella le habia devuelto a la vida. Por cada momento de olvido, durante aquelos seis meses de traición, ella le había dado años enteros de cariño. Y la libertad de mantener el secreto de J.J. Elizalde.



El interior del caserío era acogedor. Con ese especial ambiente de hogar que es capaz de crear una mujer enamorada y allí, compartiendo las dichas del vivir junto a ella, Andoni encontraba la paz de su espíritu y la mejor manera de inspirarse para poder mantener el diálogo literario con J.J.Elizalde. ¡Siempre J.J.Elizalde en su pensamiento!.

- "Buscando la verdad de todos los sentires he atrapado una especie de ansiedad entre mis manos. Una especie de recóndito deseo. Ese laurel de lo que fue mío y aún me pertenece. Queda algo de su aroma que aún puedo entregar, no ya en lo alto de la cima sino en el tierno crecimiento de mis sueños. Para descubrir un nuevo pulso de propuestas que sea traductor de mis prfundos diálogos con el alba de todos los días. No descarto el aportar mayores emociones para las lágrimas, porque deseo ofrecerme ese algo similar a lo imposible con el que poder disfrazar mis años de sonrisa".

- ¿También recuerdas eso, Arntxa?.

Ambos estaban tomando ya el desayuno.

- Quiero contarte algo que he mantenido en secreto, Andoni.

- ¿Tú también tienes un secreto?.

- ¿Hay alguien, en el mundo, que viva de verdad sin mantener uno?. ¿Aunqe sólo sea uno?.

- Posiblemente no.

- ¿Y sabes, Andoni, que siempre llega un momento en que hay que descurbrirlo?.

- Siemrpe llega... aunque sólo sea para demostrarnos a nosotros mismos que hemos vivido de verdad.

- Pues yo he mantenido uno que creo que tiene la necesidad de extender sus alas y echarse a volar.

- ¿Profundamente tuyo?.

- Gracias a ti, Andoni.

- Pero si yo sólo he vivido con el egoísmo del desarrollo de mi propia suerte...

- No, Andoni, no mientas. En tu sueño has ido introduciendo todo un mundo de imágenes. De perfiles con existencia propia. De bosquejos que han tomado realidad en los que te rodeamos.

- No sé si es verdad no no lo es, Arantxa...

- No te atormentes. Lo que deseo es que me des permiso para hacer externa la mágica realidad que has construido en tu interior; sobre todo en los dos volúmenes de "Greta".

- !Ah, sí!. !Los dos volúmenes de Greta!. Los tienes tú... ¿verdad?.

- Totalmente cierto. Nunca mientes cuandos se trata de tus propias producciones literarias. Los tengo yo y tengo todo lo demás para salvarlo de los envidiosos.

Andoni no comprendía del todo.

- Te introduje en un mundo que desconocías pero que era innato en ti. Cuando se rompió tu vida de atleta supe que era la oportunidad.

Sonó el timbre.

- Voy a abrir, Andoni...

Era Peio Etchebeste quien, con su inseparable txapela, entró entusiásticamente.

- ¡¡Me he enterado de la noticia, Andoni!!. !He sabido que Mikel viene!. ¡Estarás contento. viejo camarada!.

- ¡¡Viene para quedarse con nosotros!! -respondió, feliz, Arantxa Basurto Atahuallpa.



Tras la desgracia fue ella quien compró el caserío y se instalaron en el valle junto al pequeño Mikel. Tenían un buen capital para vivir en aquel hermoso paraje. Las acciones de la naviera de Merkel Iturralde, el padre de Andoni, deaban excelentes resultados. No le pedían más a la vida que poder gozarla a su manera.
Los primeros años fueron difíciles para él. Arantxa supo llenarle de contenidos. Cuando Mikel obtuvo el título de ingeniero marchó a América. Con el tío Aitor de Guayaquil; el tío materno de Andoni llamado Aitor Ondaro; quien había salido de Euskadi cuando el general Franco ganó la Guerra Civil española. El recio Aitor, comprometido políticamente con la República, hubo de escapar ante la persecución franquista. Marchó a Ecuador. Triunfó en los negocios y Mikel, el hijo que con tanto amor habían criado Arantxa y Andoni, también marchó para Guayaquil cuando cumplió los dieciocho años de edad. Y ahora regresaba dejando los negocios en manos de los nietos mayores de Andoni Iturralde Ondaro.

- ¿Quieres leerla? - y le entregó la carta a Arantxa.

- Es de J.J. Elizalde. No debo leerla. Es tu secreto.

- Pero yo deseo romper ese secreto.

- No tienes por qué, Andoni. No tienes por qué hacerlo. Suiempre he defendido la teoría de que todo ser humano debe guardar algún misterio para él. El hecho de que siempre te haya amado se basa en eso. En saber repetar lo que sólo te pertenece a ti.

- Recuerda lo que dijiste hace un instante. Que siempre llega un momento en que hay que descubrir ese secreto que nos guardamos... para demostrar que hemos vivido de verdad.

- No debo...

- Tienes todo mi permiso para hacerlo. Deseo que leas porque tengo necesidad de que lo hagas.

Arantxa Basurto Atahuiallpa abrió la carta y leyó em voz alta.

- !Querido Andoni. Tus últimas palabras me han hecho volar de fascinación. Cuanto más tiempo pàsa, cuanto más nos acercamos al último lugar, mis sueños por tí siguen creciendo. Yo sé que nunca me has olvidado y yo sé que siemrpe... absolutamente siempre... te he mantenido dentro de mi sensación, hasta confundir mis propios deseos con tus propias expresiones. Te amo tanto que no podría cifrar, jamás, la dimensión exacta en que te he sentido mío... profundamente mío... durante estos cuarenta y cinco años que hace que nos conocimos. Firmado: Jeannette Jacobbi Escudé.

Se quedaron en silencio.

- Y ahora te lo vuelvo a preguntar... ¿has sido feliz conmigo a pesar de ello, Arantxa?.

- ¿A pesar de qué? -y las lágrimas surcaron el bello rostro juvenil de Arantxa.

- A pesar de que J.J.Elizalde solo fue un subterfugio. A pesar de que J.J.Elizalde era, en realidad, J.J. Escudé.

- Yo he sido siempre feliz contigo, Andoni. No debías haber roto el misterio que sólo te pertenecía a ti; porque Jeannette sólo te ha podido amar en la lejanía, en la imaginación, sufriendo su condena de no tenerte nunca, mientras yo he tenido a mi lado tus caricias, tus besos y el placer de sentirte en cuerpo y alma. ¿Cómo voy a tener celos de Jeannette?.

Se oían los rumores del río Oria al serpentear por entre las choperas. Una nubes blancas habían comenzado a festonear el cielo. Andoni las contemplaba a través de los cristales del ventanal. Arntxa comenzaba a recoger los utensilios.

- Arantxa...

Ella se volvió serenamente. Aún le duraba el resplandor de las lágrimas en sus bellas mejillas.

- !Siempre lo supe, Arantxa!.

- Nunca te he ocultado mi amor.

Arantxa había sacirficado toda su hermosa juventud y toda su hermossa madurez junto a él: un inválido que perdió la gloria cuando acababa de conquistarla.

- No. ¡Siempre supe lo otro, Arantxa!.

- ¿Qué es lo otro?.

- Que las cartas de J.J. Elizalde no eran escritas por Jeannette.

- ¿Cómo dices?.

- La primera vez que le escribí, al mes de mi accidente, observé que la contestación no provenía de ella porque yo conocía, perfectamente, su firma. Y no era la suya.

- No entiendo...

- Alguien contestaba en luhar de Jeannette. J.J.Escudé nunca me amó a mí sino a mi fama y dinero. Me utilizó durante meses, cuando era el mejor pelotari del mundo, para promocionar su carrera de artista y, por ello, cuando me convertí en invçalido nunca quiso saber más de mí. No me escribía Jeannete Jaccobi Escudé sino tú, Arantxa Basurto Atahuallpa. Tú has sido siempre J.J.Elizalde. Existías. Eras real. Siemrpe amándome. Y yo mantuve el secreto porque era hermosa esa manera que tenías de amarme y era hermosa esa manera que tenía yo de corresponderte.

Arantxa le acarició el cabello gris.

- ¿Quién te ayudaba desde Francia, Arantxa?.

- Cuando devolvieron la primera carta no pude refrenar la curiosidad y la abrí. Descubrí que ella te rechazabba y no quería saber nada más de ti. Pro yo no quería verte sufrir y durante todos estos años, mes tras mes, contestaba yo misma a tus cartas para que siguiese ardiendo en ti la llama del amor. Yo no sabía que tú estabas siempre escribiéndome a mí, pero contestaba como si así fuese.

- Pero... ¿quén te ayudaba desde Francia?.

- ¿Recuerdas a Sebatien Émery?.

- ¿Aquél a quien gané la medalla de oro en los Mundiales de San Juan de Luz?.

- El mismo.

- !El elegante Émery!.

- Él es quien me ayudaba. Yo recogía tu carta y excribía mi contestación. Introducía ésta en el mismo sobre y después se lo enviaba a Émery, Él se encargaba de volver e enviártela a ti. Las cartas que tú me escribías sin que yo supiese que, en verdad, me las estabas escribiendo a mí, las guardo yo.

- Arantxa... hace cuarenta y cinco años no conocí a Jeannette. A quien conocí hace cuarenta y cinco años fue a ti. Lo de Jeannette fue dos años más tarde.

- Cierto. Me equivoqué. Lo que ocurre es que estaba tan emocionada con la belleza de tus últimas palabras que no me di cuenta y escribí cuarenta y cinco sin darme cuenta que debía de haber escrito cuarenta y tres.

- ¿Por qué me amas tanto, Arantxa?.

- Porque ahí radica la grandeza del ser que hemos aprendido a amar sin importarnos el vernos en ello sorprendido. Porque, sin darnos cuenta, crecemos como hiedra adosada a las paredes del sueño que hemos bendecido y donde hemos ensanchado el destino de persona que nos convierte en sello eterno y, para siempre, grabado en lo vivido.

Andoni quedó en silencio.

- Andoni... he recogido todas tus cartas de amor que siempre serán mías ahora que ya he sabido toda la verdad. Y los otros escritos, esos que guardo porque tú los dejabas a mi vista, quiero publicarlos para que el mundo entero sepa que dentro de un atleta totalmente sano y sin ningún tipo de enfermedad como han querido decir mintiendo descaradamente y sólo por pura envidia, puede haber, como es tu caso, un alma de poeta con el corazón completamente sano y no un alma podrida por la envidia o el rencor como la tienen ellos.

Arantxa se arrodillo junto al regazo de él y le tocó las manos.

- Siguen siendo fuertes... tan fuertes como aquel día... ¿recuerdas?.

Andoni sí recordaba todo con detalle, hasta el más mínimo detalle de aquel día... mientras el vencejo volaba hacia las riberas del río que se perdía allá entre las choperas.

FIN
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

NOvela Corta.

Palabras Clave: Literatura Gnero Novela RNarrativa Ficcin Realidad Imaginacin Conocimeinto Verdad Conciencia Cristianismo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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