Nia corprea, primaria y virginal (para mi esposa Liliana)
Publicado en Aug 22, 2010
Te amo, princesa de todos los atardeceres
floridos en diáfanas sílabas del verbo; niña elevada a la última potencia femenina de los infinitos placeres y el silencio. Volando mariposas en todos tus sueños, beso ligero y profundo como espuma de un poema, eres tú la esencia penetrada de eróticos perfumes en el ámbito enigmático de tus años placenteros. Niña corpórea de atardeceres azules y rosados que como violeta te transformas en pensamiento puro y tus labios ansiados se funden en mujer anaranjada como hembra del viento, del fuego y de la tarde calma. Hembra del sueño prendido en el viril y etéro solsticio que madura las uvas del néctar generoso y embriagas de juego eterno y fantasía traspasando los límites del delirio con tus besos. Todo tu recuerdo de infancia y de soneto solo es el polvo de lo efímero y pasado. Tú eres ahora, estructura indiana y primitiva, una transformación de mi Sueño en utópica realidad. Niña primaria que con bravas primaveras te fundes en hembra de triple condición: compañera, amiga y amante sin fronteras y firme principio de vínculo amoroso. En el lecho rotundo de todo el universo me entregas tu cuerpo en acto de locura para ser la historia de toda mi existencia resumida en tu esencia de hembra y de mujer. Sueño blanco en forma de caricia es tu sonrisa después de haberte penetrado de poesía y todo lo que soy, siento y conozco, va más allá de lo infinito en tu presencia Eterna amante que más allá de las fronteras en la selva virgen del mundo y de la imagen me ofreces el jugo del placer sincero en tu sensual esencia de esposa y de verdad. Y a fuerza de ser sinceramente hermosa y fiel a todo el proyecto de ambos mundos me entregas tu alma y elevas tu alegría para ser infinita en los íntimos encuentros. El amor nos une con todo el libertinaje de dos seres primitivos sin historia y convierte nuestro tiempo de lecho florecido en besos tuyos y mi abrazo a tu cuerpo celestial. Tú, niña hembra hecha mujer corpórea, esperma literario de fiebre y de expresiones, con miles de orgásmiscos viajes te corres la Via Láctea de toda mi poesía. Y en salvaje compromiso de pacto y de promesa tu música enervante vibra de emociones en el hondo y profundo sentido que te engendra como diosa reinante del verbo amar y mi palabra. 0 Comentarios
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