Coloquios con Bonaparte (Da Tercero) Novela Histrica .
Publicado en Aug 31, 2010
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Tercer día que visito la celda mortal de Napoleón I Bonaparte. Le veo mucho más avejentado que nunca y un rictus de miedo en sus huidizos ojos. Él, que mató a tantos seres humanos en toda Europa sin pestañear tan siquiera, ahora tiene el rictus del terror en su rostro. La muerte de tantos inocentes viene ahora a cobrar su impuesto en forma de equitativa respuesta. Le tiemblan las manos y está paseando de un lado para otro, acorralado por su propia conciencia. Sabe que ya está ante el final.

Diesel.- Buenos días, señor Bonaparte. Sí. Parece un chiste este saludo porque no creo que sean buenos días los que le faltan de vida, pero cristianamente es necesario darle un saludo cortés. Lo cortés no quita lo valiente aunque en sus cortes napoleónicas/camaleónicas ni eran corteses a la hora de saludar, de pura soberbia que tenían, ni tampoco eran valientes al luchar de manera tan desproporcionada contra los pueblos que usted consideraba enemigos a batir.

Napoleón.- Señor Diesel, ya es demasiado tarde para mí esperar buenos días. Ahora me doy cuenta. Usted me ha abierto los ojos. Verá cómo mis pensamientos han dado un giro de 180 grados.

Diesel.- Si han dado un giro de 180 grados, que es una frase que repiten todos cometiendo un grave error, quiere decir que estamos en el mismo punto que antes. El giro que hay que dar, para cambiar de verdad, es de noventa grados. Si es usted tan matemático en sus cálculos no se cómo ni usted ni los matemáticos como usted no se han dado cuenta de tan grave error. Piénselo. Imagine el reloj a las doce en punto y espere a que dé 180 grados la manilla grande. Verá que vuelven a ser las doce en punto otra vez. Sin embargo, si le dejamos que dé sólo 90 grados vemos que la manilla grande toma el camino opuesto a la manilla pequeña.

Napoleón.- !Pues es cierto!. ¡Cómo los seres humanos somos tan necios que cometemos tan grandes estupideces!.

Diesel.- Porque antes de hablar hay que contar hasta diez. Me lo enseñaron de pequeño y no lo he olvidado nunca. Si contásemos hasta diez antes de hablar o escribir, el mundo sería totalmente opuesto a este caos en que se vive. Girar 180 grados para estar en el mismo punto al final... ¿no le parece absurdo?.

Napoleón.- Totalmente absurdo.

Diesel.- Por eso es por lo que opino que muchas veces la inmensa mayoría de las personas no saben ni lo que dicen ni lo que escriben cuando quieren decir o escribir lo contrario. Y es que al arrepentirse de los errores y los pecados cometidos no lo hacen con sinceridad. Si la sinceridad fuese el verdadero motor de los corazones humanos, las mayorías llevarían razón pero, como está comprobando con las minorías, esas minorías a las cuales los demócratas tanto desprecian, son las que contienen la verdadera sabiduría de nuestras existencias. Sin embargo, la testarudez y la terquedad de las gentes lleva a lo que está llevando...

Napoleón.- Ahora me doy cuenta de lo importante que es ser un verdadero líder hacia el Bien y un nefasto líder hacia el Mal amparado en lo que piensa la mayoría.

Diesel.- Luego es cierto que la mejor forma de gobernar no es la democracia sino la Teocracia; o sea, el Gobierno de Dios... ¿y saben que han hecho ustedes los revolucionarios sin cabeza suficiente para pensar en el Bien?.

Napoleón.- Estar a punto de destruír la vida humana sobre la Tierra.

Diesel.- Señor generalísimo de las grandes ejércitos, usted lo ha dicho. ¿Dispuesto ya para empezar?.

Napoleón.- Dispuesto y verá cómo estoy cambiando radicalmente.

Diesel.- Pues se equivoca en parte. Un cambio debe ser radical sólo cuando se piensa... y si el cambio radical no se piensa lo suficiente, volvemos a caer en los mismos errores sólo que más abultados. Espero que, al menos, haya acertado en algunos de sus pensamientos. Empecemos.

PRIMERA FRASE: "Interpretar la ley es corromperla. Los abogados la matan".

Diesel.- Empieza usted muy mal, porque esa frase es reaccionaria por no haberla pensado adecuadamente. Aparentemente es excelente pero le demuestro enseguida que es falsa apariencia nada más.

Napoleón.- Imposible. Esa frase es genial y no tiene ni una objeción que ponerle.

Diesel.- No una, sino dos, Don Napoleón. La primera, y voy ser muy escueto, es que interpretar la ley necesita saber interpretar la ley. Si la ley se interpreta correctamente no es corromperla sino elevarla a grado de justicia. Y no es cierto que todos los abogados la matan, sino los que buscan su interés personal y sólo su interés personal como un tal Chaves que yo conozco. El dinero, la fama y las prebendas, señor Bonaparte, son los que corrompen la ley. Es el caso de este Chaves ecuatoriano... pero eso es tiempo del futuro... así que sigamos en el presente. Por eso Jesucristo afirmó que no vino a cambiar la ley sino a anteponerle el amor que es cosa bien distinta.

Napoleón.- ¡Pues sí que empiezo bien. He metido la pata hasta el fondo!.

Diesel.- Cuando somos seres humanos podemos equivocarnos metiendo la pierna a fondo; cuando hemos perdido la parte racional y espiritual de lo humano es cuando sólo nos convertimos en simples animales y metemos la pata a fondo. ¿Ha comprendido la enorme diferencia de su pensamiento y el mío?.

Napoleón.- Totalmente de acuerdo.

Diesel.- No me haga la pelota y dígame de corazón si está de acuerdo o no está de acuerdo o cállese para siempre.

Napoleón.- No pienso callarme todavía. Así que afirmo que usted lleva razón en este asunto.

Diesel.- Entonces... como en realidad no es a mí a quien le importa si lo dice de corazón o no lo dice de de corazón sino a Dios... sigamos.

SEGUNDA FRASE: "Con audacia se pude intentar todo, mas no se puede conseguir todo".

Diesel.- Primero, antes de objetar lo que dice y no se me enfade usted, no se escribe "se pude intentar" sino "se puede intentar".

Napoleón.- Ese error no es mío sino de quien me ha traducido del francés al español.

Diesel.- Pues entonces le recomiendo que, antes de que se muera, dé la orden de expulsar a ese traductor por otro más experto; pues ha de saber que un buen libro se puede convertir en un pésimo libro por culpa de un mal traductor. Como anécdota del futuro le cuento que ya escarmentó, en este sentido, un ecuatoriano llamado Jaime Vásconez. Pero, en fín, llame al carcelero y dele la orden.

Napoleón grita a pleno pulmón.

Napoleón.- ¡¡Carcelero!!. ¡¡Carcelero!!.

Acude éste diciéndole que sea más educado y no grite tanto porque él no es sordo y repitiéndole una vez más que no me va a expulsar de la celda... hasta que Napoleón le explica que no es eso lo que quiere sino que sustituyan a su traductor oficial por otro que, aunque no sea tan oficial, sepa más de español. Y así lo transmite el carcelero por la sirena de la cárcel al editor de los pensamientos de Bonaparte que está tomando el sol tranquilamente en el patio de la misma.

Napoleón.- Ya está dada mi última orden y ahora ¿qué?.

Diesel.- Pues ahora le suelto lo siguiente: Con audacia no se puede intentar todo aunque usted piense lo contrario e incluso le diría que con audacia sólo se consigue muy poco. Con lo que sí se puede intentar todo es con Fe verdadera. No confunda usted más veces, en el poco tiempo que le queda de vida, audacia con Fe verdadera. Con dicha Fe verdadera, en vez de con la audacia, todo se puede conseguir y cuando digo todo digo todo y no como muchos escritores que he conocido que siemrpe están escribiendo "donde digo digo digo Diego". Yo en este caso no. En este caso "donde digo Fe verdadera digo Fe verdadera". ¿Ha visto qué fácil ha sido corregirle, señor incorregible, que es usted tan maleducado que para expulsar a un mal traductor tiene que vocear más que un vendedor de chilabas de Marruecos?.

Napoléon.- Sí que vocean los vendedores de chilabas de Marruecos que en mi Campaña de África lo pude comprobar con mis propios ojos.

Diesel.- No pudo usted comprobarlo con sus propios ojos. Eso es imposible.

Napoleón.- ¡Pues vaya día que llevo!. ¿Por qué es imposible?.

Diesel.- Porque si estamos hablando del sentido del oído usted no pudo comprobar que gritan como condenados los marroquíes que venden chilabas en los zocos de Rabat, sino que usted lo comprobó con los oídos. O sea, aunque no se le vea al vendedor marroquí de chilabas porque está, por ejemplo, escondido entre el gentío, sí que se le escucha que es un gritón porque ni tiene eduación ni la ha conocido nunca. Y mire que hablo en singular. Así que no vaya usted a escribir ahora que yo he dicho que todos los marroquíes vendedores de chilabas en Rabat gritan como maleducados. Sólo he dicho algunos que, por desgracia para su falso Alá, son la inmensa mayoría de todos ellos. Pero no he dicho todos y eso que conste bien contextualizado en el Libro que salga de estos Coloquios con usted. ¿Usted me entiende verdad?. Porque hay quienes a veces, o muchas veces, han querido decir que yo se lo he dicho a todos, como ocurrió en cierta ocasión en el Banco donde trabajaba, sino que sólo se lo dije a quienes me estaban insultando. Lo que pasa es que este mundo está lleno de hipócritas y falsos testigos. ¿Sabe usted lo que es un falso testigo?.

Napoleón.- Un hipócrita.

Diesel.- Eso ya lo he dicho yo. Así que sea más original en sus definiciones. Por ejemplo, yo le puedo decir unos cuántos sinónimos de falsos testigos. Ahí va la tira: hipócrita, engañoso, falso, farsante, doble, farisaico, comediante, mojigato, puritano, impostor... ¿quiere que siga con la lista de sinónimos de falsos testigos como un tal Fernando que era moreno y un tal Alfonso que era tan perezoso a la hora de salir corriendo como Ginesillo el tonto de la futura escritora Julia Asensi en su serie titulada "Cocos y Hadas"?.

Napoleón.- No siga. Me está usted liando, pero liando del todo, el coco. En otras palabras, como dicen ustedes los madrileños, me está comiendo el coco.

Diesel.- No le estoy comiendo ni el coco ni la moral. Sólo le estoy contando verdades así que sigo. Sólo unos cuantos sinónimos más de falsos testigos. Escuche: afectado, beata, beato, camastrón, cínico, comediante, falaz, fingidor, gazmoño, lagarta, lagarto, mojigato, retorcido, santurrón, simulador, solapado, tartufo y zaíno... para que vea la cantidad de sinónimos que tenemos en España y eso sin añadir los latinoamericanismos. Y por cierto, puedo hasta inventarme yo uno ahora mismo.

Napoleón.- ¿Puede usted inventarse un nuevo sinónimo de falso testigo?.

Diesel.- Por supuesto que sí. Mire. Le voy a citar cinco: emilieras, bonifraile, maximino , benitillo, y ñito... y hasta nandito, fonsete, varona, gordonzuelo, correílla y etcétera. ¿Qué le parece?. ¿Son o no son sinónimos de falsos testigos todos ellos?.

Napoleón.- Me deja usted boquiabierto.

Diesel.- Pues no era esa mi intención; porque a mí no me interesa ver a todo un ex-emperador con la boca abierta porque me contagia el sueño y hoy estoy bien despierto como casi siempre, sino que lo que me interesa es esclarecer verdades y desalojar mentiras. ¿No sabe usted que las mentiras al igual que las verdades ocupan un lugar en el espacio?.

Napoleón.- Pero ¿qué me dice, señor Diesel?.

Diesel.- Lo que está usted oyendo, señor Bonaparte. La verdad y la mentira forman parte del saber y todos sabemos la frase mía esa de "el saber ocupa un lugar"... que es mía por cierto... luego le acabo de demostrar que tanto la verdad de lo que yo dije en aquella ocasión que usted no recuerda porque forma parte de mi futuro y la mentira que ellos contaron ocupan dos lugares en el espacio interno de las conciencias humanas. Las verdades ocupan un lugar en los corazones nobles y dejan dormir de un sólo tirón; mientras que las mentiras de los falsos testigos ya citados ocupan un lugar en el el hígado de los mentirosos y por eso se les producen enfermedades como hepatitis, ya que tanto quieren epatar a la sociedad con tal de sobresalir y salir en la prensa diaria... lo cual no les deja pegar un ojo durante toda la noche.

Napoleón.- ¡Vaya follón, madre mía!.

Diesel.- No diga horteradas, por favor. Se dice vaya lío, vaya jaleo o vaya embrollo si se tiene la suficiente cultura ética y moral y no como usted y los que son como usted. Por cierto, para que vea que todo lo que le he dicho es cierto, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española hipócrita significa: "Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan". ¿Ya lo ha comprendido o no lo ha comprendido?.

Napoleón.- Ya lo he comprendido bastante bien.

Diesel.- Si quiere usted puedo seguir filosofando sobre el tema para que lo comprenda todavía mejor pero entonces entraríamos en los terrenos de la envidia y la avaricia por ejemplo.

Napoleón.- No, por favor. Ya está lo bastante claro para hacerme una composición de lugar.

Diesel.- Eso es. El asunto es hacer una composición de lugar para saber cual es la verdad y cual es la mentira de las acciones de cualquier ser humano. Una composición de lugar donde se vea, como si fuese una película completamente nítida, lo que pasó y lo que no pasó en esos casos en que se acusa a cualquier persona solo por envidia y por avaricia.

Napoleón.- Totalmente de acuerdo, señor Diesel... aunque yo ya esté condenado a muerte... tengo que reconocer que lleva usted razón. Se ve con total nitidez lo que pasa y lo que no pasa y se ve con toda nitidez cómo mienten y se burlan.

Diesel.- No me preocupa a mí eso porque yo le afirmo que el que ríe el último no es el que mejor ríe sino que el que mejor ríe es el que ríe más tiempo... y si quiere hablamos de la Eternidad o lo dejamos para otro mejor momento.

Napoleón.- Prefiero un descanso antes de seguir porque me ha apabullado usted.

Diesel.- Vamos a tomar ese descanso, sí señor, pero antes, para dejar zanjado definitivamente este asunto, ¿recuerda usted a los Hijos de San Luis?.

Napoleón.- ¡Vaya que lo recuerdo!. Eran cien mil contra uno en realidad. La historia fue la siguiente: "A solicitud del rey Fernando VII de España, Francia intervino militarmente en España el 7 de abril de 1823 para apoyarle frente a los liberales y restablecer el absolutismo, en virtud de los acuerdos de la Santa Alianza. El ejército francés, denominado con el nombre de los Cien Mil Hijos de San Luis, por no llamarlos de otra manera que bien que se lo merecen, fue encabezado por el duque de Angulema, hijo del futuro Carlo X de Francia. El objetivo fundamental de la intervención francesa era terminar con los liberales en el gobierno desde tres años antes. Las fuerzas españolas leales se enfrentaron en Cataluña al mando de Francisco Espoz y Mina, pero no hubo apenas reacción popular de apoyo por parte de los catalanes, acobardados una vez más, y debieron retirarse. El ejército francés ocupó Madrid y siguió hacia Andalucía en persecución de los liberales, que se habían refugiado en Cádiz con Fernando VII como rehén. Cádiz fue sitiada y bombardeada por los Cien Mil Hijos de San Luis, por no llamarles de otra manera aunque se lo merecen. La resistencia fue muy fuerte y los franceses no pudieron tomar la ciudad, aunque acabaron con las fortalezas que la protegían, `pero no llegaban refuerzos de parte alguna. Al final se llegó a un pacto: Fernando VII saldría y prometería defender la libertad alcanzada por los españoles en la Constitución de 1812 y a cambio se rendiría la plaza. Acordado con los franceses, Fernando VII, el rey más cobarde que ha tenido España, partió de la ciudad, perop de forma inmediata, y por eso digo que fue el rey más cobarde que tuvo España, se unió a los franceses y el mismo 10 de ocrubre declaró la abolición de cuantas normas jurídicas habían sido aprobadas durante los tres años anteriores, dando fin al Trienio Laboral.

Diesel.- ¿Y sabe usted lo que decimos en España cuando Cien Mil se enfrenta contra uno solo?.

Napoleón.- Lo sé decir en francés.

Diesel.- Dígalo en francés. Nosotros sabemos de francés lo suficiente para entenderlo.

Napoleón.- Cent mille contre l'un, une merde pour chacun des cent mille.

Diesel.- Totalmente de acuerdo con todo eso que acaba usted de decir y lo afirmo y confirmo cuantas veces sean necesarias. Y ahora llame al carcelero que le invito a un "capuccino" a la española.

A Napoleón se le cae el ridículo sombrero de la barca que está boca abajo y se le va a hacer vientos contra la pared.

Diesel.- No corra, don Napoleón. no corra a recogerlo y déjelo ahí; totalmente aplastado, porque los hombres hablamos sin gorro puesto cuando llega la hora de decir verdades.

Napoleón, totalmete desarmado, llama al carcelero y éste nos trae, tan "ipso facto" que casi se rompe los morros por correr, los dos "capuccinos" a la española. Napoleón está sudoroso. El miedo no se le ha ido de la mirada oscura que tiene hoy, como "boca de lobo" o algo parecido. Así que descansamos por un momento antes de volver a la carga que tanto le gustaba a él hacer con su infantería y su caballería. Sólo que ahora sólo son cargas de inteligencia y no cargas militares aunque soldado he sido yo y me ha bastado lo suficiente para saber qué es todo eso.

Después de los "capuccinos" nos aclaramos las voces con un poco de agua de limón que nos regala el carcelero.

Diesel.- Vayamos, si no tiene usted inconveniente, a su próximo pensamiento.

Napoleón no dice nada y yo aplico ahora la ley de que "quien calla otorga".

TERCERA FRASE: "La Biblia no es un mero libro, sino una creación viviente, con un poder que vence a todo cuanto se le opone".

Diesel.- !Un momento!. ¡Pare un momento el carro que va usted muy deprisa, don Napoleón y a los burros no es necesario arrearles tanto que ellos saben caminar despacio porque despacio se llega muy lejos!. Así que no se me precipite y aclaremos que es gerundio.

Aprovecho este desahogo para retomar mi serenidad ante temas muy resbaladizos. Estoy seguro que Bonaparte se cae otra vez o por lo menos le tendré que aclarar el asunto para que no se caiga otra vez.

Diesel.- ¿A qué Biblia se está usted refiriendo?.

Napoleón.- ¿Es que hay varias Biblias diferentes?.

Diesel.- Muy diferentes y muy distintas por cierto. Mire. Aquí tengo este documento que he traído "ex profeso" para que sepa usted bases fundamentales de lo que es el Cristianismo y después, si me permite leérselo todo entero, y conste que no es mío sino que lo he sacado de un estudio publicado sobre las principales religiones del mundo, puedo hacerle un listado de las muy diversas Biblias que existen (que las hay hasta inventadas por diversas Sectas) o me abrevia el trabajo y me limito a decirle una sola pero de las fiables de verdad.

Napoleón.- De acuerdo. Escucho todo lo que me quiera leer sobre el Cristianismo y después sólo dígame una Biblia en la que pueda fiarme de verdad.

Diesel.- Gracias por ahorrarme más trabajo mental. Comienzo por explayarme sobre el Cristianismo: "El cristianismo es el nombre con que es conocida la santa religión fundada por Jesús, que tuvo por cuna la ciudad de Jerusalén, en Judea, en tiempos del emperador Tiberio. Es también la comunidad de los fieles cristianos que reconocen a Cristo y siguen sus enseñanzas, recogidas principalmente en los Evangelios.El cristianismo es la religión más extendida en el mundo. Su número de miembros es de más de 1700 millones de personas, distribuidas por todo el planeta (más de la mitad son católicos, más de 300 protestantes, y entre 150 y 250 ortodoxos). Divinidad: DIOS UNO Y TRINO. Padre, Hijo y Espíritu Santo.Consta de tres grandes ramas: Los Ortodoxos (eslavos, griegos, y balcánicos-orientales) tienen en cuenta a varios patriarcas, les importa mucho el alma y trabajan más en la liturgia, es decir, es de tipo contemplativo. Los Protestantes (germanos y anglosajones)y Los Católicos (reconocen al papa como vicario de Cristo en la tierra y son pueblos de orgen latino-occidentales) que tienen en cuenta la autoridad en manos del papa, la historia patriológica (padre-hijo) y trabaja en la promoción social. El cristianismo nació a principios del Siglo I de nuestra era (años 30 - 43 en Jerusalén y Antioquía), surge por la predicción sobre la vida, enseñanzas, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Fue predicado y en el siglo III extendido con gran rapidez por la mayor parte de los países que formaban el imperio romano. Los católicos mantienen que San Pedro fue el primer obispo de Roma, fundador del Papado. San Pablo y sus partidarios propagaron el cristianismo desde Jerusalén a Roma. A pesar de las numerosas persecuciones del que fue objeto, el cristianismo pudo propagarse con gran rapidez, por una doctrina que predicaba el amor y la igualdad entre los hombres y a la promesa de una vida en el más allá. Apenas nacido el cristianismo aparecieron en su seno diferentes escuelas que pretendieron dar interpretaciones diversas a la doctrinas de Jesucristo y de sus discípulos. Entre las principales de los primeros siglos están: el Gnosticismo:Doctrina filosófico-religiosa de los primeros siglos de la Iglesia, mezcla de la cristiana con creencias orientales y judaicas, que pretendía tener un conocimiento intuitivo y misterioso de las cosas divinas. Se dividió en varias sectas. El Montanismo: Herejía de Montano, heresiarca del siglo II, que aseguraba haber sido enviado por Dios para perfeccionar la religión y la moral. El Arrianismo: Herejía de los arrianos. Arriano enseñaba que el verbo o "Hijo de Dios no es consubstancial al Padre". Negó la igualdad de las tres personas de la Santísima Trinidad. El Eutiquianismo: Doctrina y secta de los eutiquianos. Eutiques se consagró desde su juventud a la vida monástica, fue acusado de herejía al negar la doble naturaleza de Cristo y su consubstancialidad con el hombre. Sus doctrinas aún hoy las profesan muchos cristianos orientales. El Pelagianismo. Pelagiano: fue un heresiarca del siglo V, quien negaba que el pecado de Adán se hubiera transmitido a sus descendientes, y sostenía que basta con el libre albedrío para lograr la salvación. El Maniqueísmo. Maniqueo admitía dos principios creadores, uno para el bien, otro para el mal. Heresiarca babilonio del siglo III de nuestra era, se presentó como apóstol del verdadero Dios y dió a conocer sus doctrinas, que propagó después con discursos y escritos que se extendieron por diversos pueblos de Oriente, en pugna con el Cristianismo. Ganó muchos seguidores con la promesa de una sabiduría superior y con sus prácticas misteriosas. De todas las persecuciones, los ataques fundamentalistas por derecha y con las subdivisiones que fueron presentándose durante la expansión del cristianismo, aparecen también varios tipos de Iglesias (Luterana, Anglicana, Reformada, Libre) que conservan ideología cristiana pero le hacen sus modificaciones particulares. La mayor parte de los cristianos creen en la Santísima Trinidad (padre, hijo y espíritu santo), que Jesucristo es la segunda persona de la misma, y que fue encarnado en el vientre de la Virgen María. Todas las iglesias cristianas están de acuerdo en estos puntos. También cabe definir al cristianismo como una religión revelada (el conocimiento proviene de la palabra de Dios y no del raciocinio), dogmática (la verdad revelada es inmutable). Se basa en el kerigma: pasión, muerte y resurrección de Cristo. Se basa en la fe: experiencia humana ligada con experiencia de la Iglesia. Sus principales enseñanzas son: la figura de Jesucristo, su vida y su ejemplo, deberían ser seguidos y que sus enseñanzas referentes al amor y a la fraternidad deberían sentar las bases de todas las relaciones humanas, "el misterio fundamental del Universo llamado Padre que es omnipotente en su dominio sobre todo lo que está en la tierra y en el cielo, recto a la hora de juzgar lo bueno y lo malo, se encuentra más allá del tiempo, del espacio y del cambio", la cruz es el principal centro de atención de la fe y devoción cristianas, y el símbolo más importante del amor salvador de Dios Padre, la Iglesia que nace del querer de Dios para salvar y santificar a los hombres no aisladamente, sino en comunidad; tiene como misión enseñar el evangelio, celebrar el culto católico, administrar los sacramentos, ayudar a establecer en el mundo un reino de justicia, de amor y de paz"; pero sobre todo enseña que "Dios es amor". Desde un principio, el camino para iniciarse en el cristianismo ha sido el bautismo "en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Otro rito que es aceptado por todos los cristianos, es el de la eucaristía o cena del Señor, en la que los cristianos comparten pan y vino, expresando y reconociendo así la realidad de la presencia de Cristo. El cristianismo ha acentuado las virtudes como la caridad, o amor al prójimo, también proclama su confianza en la salvación individual y en la vida eterna. Los mandamientos o "ley de Dios "como normas y criterios dados por Dios para vivir su Reino desde ahora, en una relación cristiana con Dios, consigo mismo, con los demás y con el mundo. Las normas morales del cristianismo se basan en los Diez Mandamientos de la ley judaica, adaptados a las enseñanzas de Jesús de Nazaret. Los tres primeros mandamientos se refieren a las obligaciones del creyente hacia Dios: amarle con todas las fuerzas, respetar y venerar su nombre, rendirle culto en las ceremonias religiosas los días de fiesta. Los otros siete mandamientos se refieren a las obligaciones de las personas respecto al prójimo: respetar la vida y las propiedades ajenas, cuidar y educar a los hijos, no mentir ni calumniar a nadie, etc. El mandamiento principal: "Amar a Dios con todo el corazón, con toda la mente y con todas las fuerzas y al prójimo como así mismo." La regla de oro de Jesús: El amor, el perdón, la unidad, el amor al enemigo. Camino a la vida eterna (felicidad): las bienaventuranzas y las enseñanzas de los 10 mandamientos. Las obras de misericordia. La Cruz, signo de aceptación de la voluntad de Dios. "Quien quiere ser mi discípulo mío, que tome su cruz y me siga" A nivel de doctrina más propiamente es la profesión de fe bautismal (el credo).Los cristianos celebran y expresan su fe en un conjunto de ritos, de ceremonias, entre los que destacan los llamados sacramentos, que son representaciones simbólicas de actuaciones divinas, que los fieles celebran en distintos momentos de su vida. Así, por ejemplo, a través del bautismo, una persona se convierte en cristiano y pasa a formar parte de la comunidad de creyentes. En el sacramento de la eucaristía, los cristianos recuerdan la muerte y resurrección de su fundador, Jesucristo, y celebran haber sido salvados por él. Los cristianos se reúnen los domingos en sus templos, las iglesias, para cumplir el tercer mandamiento, santificar las fiestas, y participar en la eucaristía. Además, celebran de forma especial los acontecimientos más importantes de la vida de Jesús en sus festividades religiosas, entre las que destacan las siguientes: Navidad, 25 de diciembre,Nacimiento de Jesús. Viernes Santo, Viernes de la Semana Santa, en marzo-abril. Muerte de Jesús en la cruz. Pascua, Domingo de la Semana Santa, en marzo-abril. Resurrección de Jesús. Pentecostés, Domingo en mayo-junio, siete semanas después de Pascua, Venida del Espíritu Santo y nacimiento de la Iglesia. Culto: Celebración permanente, continua del misterio pascual (muerte, resurrección y exaltación del señor Jesucristo), a través de la eucaristía. Fiestas religiosas: Liturgia dominical desde el sábado en la tarde. La celebración de los sacramentos: bautismo, reconciliación, eucaristía, confirmación, unción de los enfermos, orden sacerdotal y matrimonio. Vida de oración. La oración que Jesús enseñó: El padre nuestro. Libro sagrado: Biblia". Ya está dicho lo más esencial.

Napoleón.- Entonces... ¿qué Biblia de las muchas que dice usted debería haber leído?.

Diesel.- Basta y sobra con la Versión de Reina-Valera. Primero la escribió Casiodoro de Reina en 1569. Después fue revisada, pero no cambiada, por Cipriano de Valera en 1602 y otras revisiones, pero que nunca cambiaron nada de sus textos sino que sirvieron para explicarlos mejor, vendrán en el futuro: 1862, 1909 y 1960, a las cuales usted, por supuestísimo, como decía un Judas del cual no quiero ahora decir su nombre, no podrá alcanzar ya a leer.

Napoléon.- ¿Y quién gobierna a los cristianos?.

Diesel.- Nuestro único representante en la Tierra y en el Cielo es Jesucristo. Así de fácil y sencillo. Porque el Cristianismo no es ninguna religión sino una forma de vida; la vida que llevó Jesucristo en su primera venida a la Tierra. ¿Ha comprendido lo fácil que era?.

Napoleón.- Demasiado tarde.

Diesel.- Sí. Es lamentable. Así que sigamos con sus pensamientos.

CUARTA FRASE: "La educación de una persona comienza dieciocho años antes de su nacimiento".

Diesel.- No estoy para nada de acuerdo con esta frase.

Napoleón.- Pero no me negará usted que es muy bonita.

Diesel.- Oiga don Napoleón... ¿estamos hablando de la educación o de mujeres guapas?.

Napoleón.- Sólo de la educación aunque podríamos hablar de las mujeres guapas.

Diesel.- De las mujeres guapas usted tiene muy poca idea así que, ahora, hablemos de la educación.

Napoleón.- Entonces... ¿usted que pondría para explicarlo?.

Diesel.- Algo bastante más profundo y esencial que la tontería que ha escrito usted. Escuche. Por ejemplo esto: "La educación de una persona debería de haber comenzado desde que los seres humanos aparecieron sobre la Tierra". ¿Qué le ha parecido?.

Silencio absoluto.

Diesel.- Si pudiera usted leer algo bonito, como dice, sobre ello... y aunque le advierto que sólo es un cuento, pero profundo, podría haber leído "En el principio era Nada", que ya le digo que es sólo un cuento pero sirve para profundizar mucho sobre la creencia en Dios y los milagros verdaderos de Jesucristo. Lástima que esta obra vaya a aparecer en el siglo XXI.

Napoleón.- Yo creo en la Ciencia pero no en los milagros.

Diesel.- Pues yo creo en los Milagros y no en la ciencia.

A Napoleón se le empiezan ahora a caer los pantalones, ya que se ha vuelto a poner de pie a dar vueltas por la mazmorra, y se los tiene que sujetar con las manos ante la estruendosa risa del carcelero.

Napoleón.- ¿De verdad ha llegado usted hasta aquí desde el siglo XXI?.

Diesel.- Por supuesto que sí. Exactamente desde el año 2010 para entablar estos Coloquios con usted.

Napoleón.- ¿Y cómo es posible?.

Diesel.- Ya le digo que los Milagros de Jesucristo son verdaderos y el Milagro 16-18 que muchos dicen que es sólo una Fantasía mía será uno de los muchos milagros que Jesucristo sigue haciendo todos los días de nuestras vidas. Bueno. Si no me cree no me crea, porque yo no he venido para discutir con usted sino para decirle lo que se ha perdido por ser tan ambicioso al querer dominar al Mundo cuando al Mundo sólo lo gobierna Dios. Así que vamos a tirar para adelante con el siguiente.

QUINTA FRASE: "No hay distancia que no se pueda recorrer ni meta que no se pueda alcanzar".
Diesel.- Vaya. ¿Parece que ya está usted cambiando de tercio verdad?. Pues sí. Es cierto. No hay distancia que no se pueda recorrer ni meta que no se pueda alcanzar... pero, y perdone que le aumente la frase, yo le añadiría, si no le importa, "cuando tenemos a Jesucristo como Principio, Camino y Meta".

Napoleón.- !Me ha vuelto usted a hacer polvo la frase!.

Diesel.- No. La frase estaba bien construida pero le faltaba haberla terminado como Dios manda. Quizás por eso es por lo que he venido desde el futuro para hablar con usted. Para decirle al mundo que muchos pensamientos quedan cojos aunque sean muy bonitos y si seguimos esos pensamientos cojos jamás alcanzaremos meta alguna porque cojeando no se llega demasiado lejos. Escuche. Usted sabe lo que es una maratón, ¿cierto?.

Napoleón.- Cierto. Ya los celebraban los antiguos griegos en sus Olimpiadas.

Diesel.- Perdone que le corrija. No se dice Olimpiadas sino Juegos Olímpicos; porque hay mucho desconocimiento en el mundo sobre aspectos importantes como éste.

Napoleón.- Me lo puede explicar ¿por favor?.

Diesel.- Lo que se celebran son los Juegos Olímpicos y así se deben de llamar y no Olimpiadas porque Olimpiada significaba en la Antigua Grecia el periplo de 4 años que había entre unos Juegos Olímpicos y los siguientes. Luego es necesario corregir y decir que lo que se jugaba no eran las Olimpiadas sino los Juegos Olímpicos. Y quede esto para el futuro de la humanidad y el perfecto conocimiento de un tema que muchos desconocen. Pero ahora sigo con lo que le quería demostrar. ¿Usted cree que un cojo puede correr bien una maratón de ciarenta y dos kilómetros y ciento noventa y cinco metros?. Lo más seguro es que abandone a no ser que tenga verdadera Fe cristiana para poder terminar la prueba. Yo he tenido esas experiencias.

Napoleón.- ¿Y consiguió llegar a la meta?.

Diesel.- Dejando a un lado la distancia de si era maratón o era algo superior a un maratón, que exactamente es cierto por su tremenda dureza, sí. Las tres veces llegué a la meta sólo por tener constancia y sobre todo Fe cristiana y llevando la frase "Jesús Vive" en la camiseta, sobre el corazón, que fue la que me motivó durante las tres veces. Oiga. ¿Usted cree que me alcanzó alguna mujer?. No. Yo ya estoy casado para que me alcance alguna mujer en esto o en aquello del correr.

Y me entra la risa. Y por fin arranco una sonrisa a Napoleón Bonaparte.

Napoleón.- A pesar de mi desgraciada vida y mi no menos desgraciada muerte me cae usted simpático. Al menos me ha hecho sonreír.

Diesel.- Para eso estamos muchas veces los cristianos, para hacer sonreír a un mundo que está perdiendo la sonrisa por culpa de los "amores libres" en lugar de vivir según los amores nobles. Pero eso es un tema ya demasiado explicado. Dejemos de correr mentalmente y hagamos una breve pausa a ver si el carcelero nos quiere regalar un buen trozo de rica y roja sandía.

Napoleón.- ¿Por qué dice rica y roja?.

Diesel.- Misterios míos. Sólo son misterios míos. No se lo pienso explicar. Así que no insista. Son cosas personales y privadas.

Napoleón Bonaparte llama al carcelero ahora con voz sosegada y éste vuelve "ipso facto" a cumplir la orden mientras me sigue mirando de manera extraña como diciendo ¿de dónde habrá venido éste?.

Diesel.- Oiga. señor carcelero o lo que sea, yo no me llamo éste, a ver si tiene más educación, yo me llamo José y vengo desde Madrid, de España, ¿lo sabe usted?. No me vaya a confundir con uno de sus prisioneros, so pazguato. Además, usted sólo es un simple gabacho, o sea, con perdón del resto de los franceses y sobre todo de las guapas chavalas francesas, un simple francés nada más.

Así que nos tomamos tranquilamente los trozos de sandía mientras a Napoleón I Bonaparte le veo por primera vez partirse de risa con los pantalones medio caídos. Al menos, aunque ya esté condenado si Dios no lo remedia y Dios siempre hace Justicia, se irá de este mundo habiendo reído alguna vez en su vida.

SEXTA FRASE: "La mejor forma de cumplir con la palabra empeñada es no darla jamás".

Diesel.- ¿Sabe lo que le digo, señor Bonaparte?. Que a usted no es que se le empeñen los pensamientos, que bastante empeñado está usted con los banqueros franceses, sino que se le empañan las ideas. Porque la mejor forma de cumplir con la palabra no es empeñándola sino siempre guardársela para uno mismo. No dar jamás una palabra a nadie es lo que usted ha hecho en su vida y por eso ya nadie se acuerda de sus pensamientos. Menos mal que estoy yo aquí para recordarlos.

Napoléon.- ¿No me irá usted a decir que no es una frase genial?.

Diesel.- Si esa frase es genial yo soy un bantú de Monomotapa. ¿Sabe usted algo de Monomotapa?.

Napoleón.- Jamás he oido ni el nombre tan siquiera.

Diesel.- Eso pasa porque no lee usted lo suficiente nada más que tácticas militares. Escuche esta pequeña lección de Historia para que aprenda que la palabra no se debe empeñar nunca sino que se debe cumplir siempre sin venderla a ningun banquero galo, de esos de traje de gala, o suizo, de esos de traje con zapatos de hebillas doradas: El Imperio de Gran Zimbabue también llamado Mwene Mutapa o Manhumutapa o Monomotapa o Mutapa fue un reino ubicado en el sur de Africa durante la Edad Moderna (entre 1450 y 1629), abarcando principalmente los modernos estados de Zimbabue y Mozambique. Su capital fue la ciudad de Gran Zimbabue.El imperio fue instaurado por los Gokomere, quienes son los ancestros de los modernos Shona. Gran Zimbabue alcanzó su cenit alrededor de los años 1440 por el comercio de oro. El oro era exportado desde el imperio al puerto de Sofala y a lo largo de la costa al sur del delta del río Zambeze, donde los comerciantes árabes lo intercambiaban por telas de Guyarat. Pronto, las presiones de los comerciantes europeos y árabes comenzaron a cambiar el equilibrio del poder en la región. Los portugueses iniciaron sus intentos de subyugar al estado a comienzos de 1505; pero, según Fernand Braudel, quedaron circunscritos a la costa por muchos años hasta 1513. El imperio Monomotapa comenzó a desgarrarse por sus facciones rivales, y el oro de los ríos que controlaban se agotó. Su comercio fue reemplazado por el tráfico de esclavos. Por esa época, los estados árabes de Zanzíbar y Kilwa se tornaron prominentes potencias de provisión de esclavos para Arabia, Persia e India.El imperio fue finalmente conquistado en 1629 por los portugueses y nunca se recuperó. Remanentes del gobierno establecieron otro reino Mutapa en Mozambique también llamado Karanga. Los reyes Karanga fueron llamados Mambos (en plural) y reinaron en la región hasta 1902. Pero esto es cosa ya del futuro.

Napoleón.- ¿Me encantaría saber algo del futuro de Monomotapa aunque yo no lo pueda ver jamás?.

Diesel.- De acuerdo. Parece que cuando ya solo le quedan dos o tres días de vida se le ha despertado el ansia de la sabiduría. Ahí va lo siguiente: El Imperio tuvo otro efecto secundario indirecto en la historia de África del Sur. Su oro suscitó en los europeos la sospecha de que Monomotapa controlaba las legendarias minas del Rey Solomón aludidas en la Biblia. La creencia que las minas se encontraban dentro del reino de Monomatapa en África del Sur fue uno de los factores que condujeron a la Compañía Holandesa de las Indias Orientales a fundar la Colonia del Cabo, que conduciría finalmente a la creación del país de Sudáfrica. Esto no significa que las leyendas fueran la causa primaria para fundar la citada colonia (su objetivo era crear una factoría, a mitad de camino, donde los barcos pudieran aprovisionarse en su camino hacia y desde la India); pero la leyenda fue difundida entre el pueblo menos culto para reclutar a los primeros colonos. Algunos registros sugieren que la mayor parte de éstos soñaron con encontrar la ciudad legendaria de oro en África del Sur, una creencia que tiene claros paralelismos en el mito sudamericano de El Dorado en el que muy posiblemente se inspiró. Irónicamente, Sudáfrica tenía, realmente, las mayores reservas de oro conocidas en la tierra, en lo que es ahora Johannesburgo; pero transcurrirían más de doscientos años hasta que fuera descubierto y la fundación de esta población. En otras palabras, la legendaria «ciudad de oro de África del Sur» no existió, pero los descendientes de aquellos colonos terminarían por construir una. Johannesburgo todavía es a menudo aludida como "la ciudad de oro" y de hecho su nombre en casi todas las lenguas indígenas lo traduce exactamente. Compare usted por ejemplo a los Monomotapas con los Gauteng de Sotho y los Egoli entre los zulú. Pero ésto ya no se lo podré explicar porque sería demasiado par sus pocas entendederas, Don Napoleón I Bonaparte.

Napoleón.- ¿Me está usted llamando loco otra vez?.

Diesel.- Por supuesto que sí. Más loco de atar que los que corren delante de los toros de San Fermín. ¿Acaso no sabe usted quién fue el tal llamado San Fermín".

Napoleón.- Yo de santos no tengo ni idea. A no ser que se esté usted refiriendo a la nueva manera de llamar a San Pedro.

Diesel.- Tiene usted menos idea de San Pedro como de San Fermín. Pero bueno, se lo voy a explicar en breves palabras antes de volver a su famosa Sexta Frase del dia de hoy: Nacido en Pamplona, hijo, según parece, de Firmo, alto funcionario de la administración romana, llegó a ser obispo de esta ciudad, que le venera como Patrón. Extendiendo su predicación a las Galias, muere mártir de su fe, probablemente hacia la mitad del siglo III. Fiesta: 7 de julio. Cada año por esta fecha, Pamplona respira alegría. Sus calles se llenan de color y bravura. Sus templos rebosan fe y amor: es el día de su Patrón, y los pamploneses, agradecidos, van superándose de año en año en la celebración de su fiesta. Pamplona no podrá olvidar nunca a su hijo preclaro que fue el primer obispo de la naciente cristiandad de la entonces llamada Pompelon: tiene un don demasiado grande que agradecerle, su fe, que hoy es ya esencia del alma navarra. Cuando Fermín vino al mundo, aún no había cristianos en Navarra. Y Pompelon -punto de confluencia en el trazado de las vías romanas que atravesaban el país- no era una excepción. Entre los habitantes de la pequeña unidad urbana, se encontraban los padres de Fermín -Firmo y Eugenia- que pertenecían a la aristocracia romana que llevaba la administración de la ciudad. La leyenda nos presenta a estos esposos llenos de un profundo espíritu religioso, que, aunque paganos, ofrecían sus dones a los dioses teniendo puesta en ellos su fe. Un día, al dirigirse al templo de Júpiter, para ofrecer sacrificios, se detuvieron a escuchar a un extranjero que estaba predicando la doctrina de un Dios llamado Cristo. Interesados en las verdades que exponía, Firmo y Eugenia le invitaron a su hogar, donde el presbítero Honesto vio por primera vez a aquel niño a quien más tarde prepararía para ser santo. En la intimidad del hogar, las convincentes palabras de aquel apóstol enviado por San Saturnino, obispo de Tolosa, conmovieron a toda la familia de Firmo. Poco después vino el propio San Saturnino en persona, que evangelizó en Navarra a más de cuarenta mil paganos, siendo él quien bautizó a Fermín y a sus padres. Vuelto San Saturnino a Tolosa, Honesto se dedica con afán a formar al joven Fermín, cuya personalidad había adivinado apenas le vio. A sus diez y ocho años consigue que hable en público, y cause la admiración de todos. Parece que es entonces cuando sus padres le envían a Tolosa, poniéndole bajo la dirección de Honorato, obispo y sucesor de Saturnino. Éste le ordena presbítero y más adelante le consagra obispo de Pompelon, su ciudad natal. El celo evangélico de Fermín en su tierra navarra corre parejas con el de San Saturnino. No es estéril su labor, y el infatigable misionar del joven prelado por poblaciones y aldeas de su tierra las transforma de paganas en cristianas. Pero su espíritu apostólico necesita ampliar horizontes, y por esto, después de ordenar los presbíteros suficientes para el cuidado de su grey, marcha a las Galias, donde era necesario todo el entusiasmo de su alma ardiente para afrontar las penalidades de la persecución que se estaba allí desplegando. Sin importarle el peligro que ello representaba para su vida, no cesa de dar conocimiento de Cristo. Primero Beauvais, luego la Picardía y finalmente los Países Bajos, oyen la palabra ardiente de Fermín, que en Amiens consigue la palma del martirio, al serle cortada la cabeza en la misma cárcel, a consecuencia de su infatigable predicación de la fe cristiana a todos.Poco más puede determinarse de la vida de San Fermín, pues la leyenda con que los pueblos quieren ensalzar a sus Santos, hace difícil conocer con más precisión la figura histórica del gran obispo misionero. Pero queda patente su vigor apostólico y su elocuencia que le llevó a dar testimonio de Cristo dondequiera que fuese, hasta hacerse santo por su fidelidad a la llamada de Jesucristo, que le llevó a sellar con su sangre la fe que predicaba. Y ahora sigamos con su famosa frase. ¿Así que usted es de los que se acostumbran a no dar su palabra a nadie, verdad?. Entonces cómo quiere tener usted amigos en su propio país mientras que Fermin hizo tantos amigos en Francia gracias a que sí daba su palabra a los demás. ¡Vaya pensamiento más carca el suyo, Don Napoleón!.

Napoleón.- ¿Carca ha dicho usted?. ¿Qué quiere decir eso?.

Diesel.- No le estoy llamando carcamal pues no deriva de eso y además usted sólo tiene 51 años de edad sino que deriva de carcunda que quiere decir reaccionario. Usted es un reaccionario y no un progresista como han querido presentarle ante el mundo los historiadores franceses. Carcunda exactamente es una persona que, como usted, tiene ideas retrógradas, que quiere decir partidario de instituciones políticas o sociales propias de tiempos pasados. Por eso el imperialismo siempre es retrógado, reaccionario y carca. Por eso no es capaz usted de dar la palabra a nada que sea progresar en la vida. Ha hecho usted que la Historia de la Humanidad retroceda miles de años y ahora se encuentre, en pleno 1821, como en la Era de las Cavernas. Brutalidad tras brutalidad y batalla tras batalla dejando a Europa con más muertos que vivos. Y no da usted su palabra a nadie porque sólo es un ególatra. Así que pasemos a otro de sus suculentos y famosos pensamientos que tanto dejaron con la boca abierta a los ígnoros que las escucharon. A ver si su frase número 7, que es un número al que se le conoce como "la niña bonita", es de verdad bonita o no lo es.

Napoleón.- !Vaya día que llevo!. !Ya me duele la cabeza de tanto pensar!.

Diesel.- Pues póngase su ridículo sombrero no vaya a ser que se le escapen las ideas como le ocurre a un tío materno que tengo en el futuro español que se coloca una boina para que no se le escape la única que tiene. Y ya sabe usted que me refiero a lo que se conoce como "varillas".

Napoleón.- !Madre mía, lo que estoy aprendiendo hoy!.

Diesel.- Pero ¿sabe usted qué son las mujeres "varillas"?.

Napoleón.- Las flaquitas.

Diesel.- Frío, frío. Muy frío, señor Bonaparte. No da usted una ni a derechas ni a izquierdas. No quiere decir flaquitas sino facilonas por llamarlas con un nombre algo digno.

Napoleón.- Pues asi deben ser ellas...

Diesel.- Bueno. En eso estamos de acuerdo. Deben ser brujas verdaderamente feas pero feas de verdad.

Napoleón.- Así consigue uno cualquier número de mujeres.

Diesel.- Por supuesto que sí, como ocurría con un amigo de unos amigos míos de Madrid y del cual ya ni me acuerdo de cómo se llama porque no hice caso de su invitación, a la cual si acudieron mis dos amigos y comprobaron la verdad de que todas las que ligaban eran feas. Y si además pagamos dinero pues imagínese.

Napoleón.- Prefiero no seguir imaginando y pasar a mi séptima frase a ver si he acertado y es bonita de verdad. Pasemos... pasemos deprisa...

Diesel.- Por muy deprisa que pasemos siempre dejamos huellas. ¿Sabía usted eso?.

Napoleón.- ¿Todos los seres humanos dejamos huellas?.

Diesel.- Pues sí. Todos los seres humanos dejamos huellas en algún o algunos otros seres humanos. Absolutamente todos y no sólo los que están en las Enciclopedias. Todos tenemos alguien que, en algún momento de sus vidas, nos conocieron y les dejamos algún recuerdo. Todos los seres humanos despiertan emociones aunque sólo sea en un solo ser humano. Todos. Hasta los que han sido abortados por la Naturaleza o por la vil acción de matar a un ser vivo inocente que es el mayor genocidio que se puede llevar a cabo porque son seres humanos, y digo seres humanos desde el momento en que son concebidos. Los más inofensivos e inocentes que existen. Y hablando do lo otro, ya ve usted que la fama es sólo vanidad de vanidades nada más. Quizás sea usted muy interesante para los historiadores; pero para una guapa chavala francesa es mucho más interesante su novio que usted. Y eso refiriéndome a su "dulce Francia" así que si me refiero a cualquier otro país pues fíjese si es usted mucho menos importante de lo que se piensa; al menos para las chavalas guapas de cualquier país. Vamos a ver si su frase número 7, número al que los jugadores de naipes españoles le llaman "la niña bonita", es bonita de verdad.

SÉPTIMA FRASE: "Dios es justo siempre, aún cuando nos perdona".

Diesel.- Pare, pare un momento, por favor. ¿Qué quiere decir con eso de aún cuando nos perdona?. Esa frase es falsa. Dios no perdona a todos. Dios es justo siempre, como usted bien dice y, por eso, no perdona a todos. Sólo perdona a los que son merecedores de perdón porque si no fuese así se contradecería como usted se contradice. Si usted dice que es justo no puede decir que perdona a todos. No me gusta esa frase.

Napoleón.- ¿Cómo la hubiese escrito usted?.

Diesel.- Sencillo. No es necesario ser un sabio para saberlo. Yo escribiría algo que todos los cristianos y cristianas conocemos: "Dios es justo siempre y por eso perdona a los que tiene que perdonar y condena a los que tiene que condenar" y no me venga con el cuento chino ese que escucho tanto de que Dios es malo porque condena. Condena sólo a los que tiene que condenar para poder ser justo. O sea, que usted ha vivido con toda clase de lujos y amores libres y quiere alcanzar el Reino de los Cielo... ¿verdad?... ¿pero usted se cree que Dios es un inocente Ser al cuál se le puede engañar o asesinar como a los inocentes fetos humanos?. Pues no. Está usted y todos los que opinan lo contrario, totalmente equivocados. Así que esta frase número 7 no es, para usted, "la niña bonita"... sino alguna de esas mujeres feas que tuvo usted en su cama.

Napoléon vuelve a ponerse más rojo que un tomate murciano. mientras se levanta sujetándose los pantalones con las dos manosy, haciendo un esfuerzo supremo, recoge su sombrero, se lo pone como Dios le da a entender, y se vuelve a sentar frente a mí.

Diesel.- No me va a engañar. No se pone usted rojo porque le de vergüenza lo que ha estado haciendo con las mujeres, sino porque tiene ira de haber sido descubierto. El rojo de la vergüenza es un arrepentimiento de corazón mientras que el rojo de la ira, que es el que tiene usted, es un odio reprimido. Odieme si quiere por decirle la verdad u odie si quiere a Dios por ser justo... pero tenemos que seguir adelante...

Napoleón.- ¿Pero no tiene ya usted suficiente material para su libro?.

Diesel.- Mi Jefa de Dirección quiere cuatro sesiones de Coloquios y cuatros sesiones tengo que cumplir. He aprendido ya que sí es bueno dar la palabra a alguien y no como decía usted de no dar la palabra nunca a nadie. Y si doy mi palabra es para cumplirla.

Napoleón.- Está bien. Es usted mucho más fuerte mentalmente que yo que de verdad soy un testarudo de tomo y lomo.

Diesel.- Dice usted la verdad. Usted es un testarudo machaconeando siempre; y yo soy sólo un periodista y escritor que piensa siempre aunque usted y otros muchos no se lo crean. Por eso usted nunca, al igual que todos ellos, pidió perdón a nadie mientras yo sí lo hago cuando me equivoco. Pero pasemos ya de tema.

OCTAVA FRASE: "Es privilegio de los bufones, decir verdades que todos callan".

Diesel.- Ahora el que necesita que me explique qué es un bufón soy yo; porque me parece que tenemos dos definiciones bien distintas. ¿Me quiere explicar que es un bufón para usted sólo para ver si es verdad que dicen las verdades en su Corte o sólo las dicen cuando están fuera de su Corte?.

Napoleón.- ¿O sea, que me ríen las gracias y por la espalda me ponen verde y se ríen de mí?.

Diesel.- Exacto. Le dicen mentiras haciéndole creer que son verdades porque tienen miedo a que usted les corte las cabezas. Es al estar fuera de su Corte cuando dicen las verdades. Y eso ha pasado a lo largo de toda la Historia con los grandes genios militares, economistas y religiosos, y recalco lo de militares, economistas y religiosos, para no llamarnos a engaño.

Napoleón.- O sea, eso quiere decir que este pensamiento del cual me sentía yo tan orgulloso es también pura filfa.

Diesel.- Exacto. Es pura filfa; porque no se basa en la verdad de lo que son los bufones de la corte. ¿Me puede explicar ya que es un bufón en su época de los siglos XVIII y XIX?.

Napoleón no tiene más remedio que responder.

Napoleón.- En mi Corte un bufón es un personaje cómico encargado de divertirme con chocarrerías y gestos más o menos obscenos para hacerme reír.

Diesel.- Luego eso significa que nunca le dicen la verdad como usted asegura en su frase sino la verdad que a usted le interesa escuchar. Mientras que, fuera de la Corte que usted tan despóticamente preside, es un truhán que hace que las gentes de los pueblos franceses y no franceses se rían de usted. ¿Ha comprendido ya?.

Napoleón.- ¡Qué bochorno!. ¡Qué vergüenza!. ¡Que desagravio!.

Diesel.- Cállese, Don Napoleón, porque usted es tan hipócrita que olvida que nunca tuvo bochorno, ni vergüenza, ni supo lo que era un desagravio cuando estuvo haciendo lo que le daba la gana. Mire. Lo mejor es que nos fumemos un par de cigarrillos para que se le pase ya el malhumor. Y no disimule tanto que se le nota mucho.

Decidimos descansar fumando un par de cigarrillos. Yo con mi coburn y él con su cajita de rapé que le tiene las narices totalmente obstruídas. Es por eso por lo que habla de forma tan gutural como si estuviera hablando un gorrino. En este sentido, que me perdonen los franceses y sobre todo las chavalas guapas francesas, los españoles hablamos mejor porque los franceses usan mucho los sonidos nasales mientras que nosotros usamos mucho los sonidos linguales. El caso es que, dejando a un lado a las mujeres francesas, salvo alguna que toma también rapé pero es un número muy pequeño de ellas, todos los hombres franceses tienen unas narices verdaderamente gordas y yo deduzco que es por ley de evolución genética, ya que que al ponerse tanto rapé dentro de las narices les ha hecho desarrollar, a través de los años, estos enormes apéndices nasales.

Diesel.- Cada vez que le miro a la cara veo que tiene usted tan grande la nariz que se parece a Nasón que por otro lado es el nombre francés dado por Lacepede, así como el de Naso, a la denominación Nasseus, establecida por Commersen para una especie de peces. Y es que no es lo mismo rapé que rape. Si en vez de tomar rapé por las narices hubiese tomado rape por la boca no tendría usted, y muchos franceses como usted, esas tremendas y gordas narices.

Napoleón I Bonaparte se me enfada.

Napoleón.- ¿Me está diciendo que yo tengo la nariz gorda?.

Diesel.- Claro que sí. Es más, cuando miro su nariz me parece que estoy habando, en vez de con usted, con Ovidio, que me hace usted recordar a mi célebre compatriota Francisco de Quevedo y Villegas cuando dijo aquello de "Érase una vez un hombre a una nariz pegado".

Napoleón I Bonaparte se enfada todavía más.

Napoleón.- ¿Se atrevería usted a volver a repetirme eso?.

Diesel.- Por supuesto que sí. Y además de manera completa. Escuche: "Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba, érase un peje espada muy barbado. Era un reloj de sol mal encarado, érase una alquitara pensativa, érase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón más narizado. Érase un espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto,las doce Tribus de narices era. Érase un naricísimo infinito, muchísimo nariz, nariz tan fiera que en la cara de Anás fuera delito". Lo escribió Quevedo y yo se lo digo a usted y a todos los franceses que se meten rapé en las narices si es necesario.

Napoleón se queda mudo y sólo, mansamente, me pregunta...

Napoleón.- Qué es un rape. Yo sólo conozco rapé.

Diesel.- Vamos a ver. Vamos por partes para entendernos bien y para que sepa que yo sé del rapé tanto o más que usted sin haberlo tomado nunca. El rapé es un preparado de tabaco molido y habitualmente aromatizado dispuesto para ser consumido por vía nasal. La palabra viene del francés "rappé", rallado. Como la mayor parte de las formas de consumo de tabaco, la inhalación de rapé proviene de América. Las primeras descripciones de dicha práctica constan desde el segundo viaje antillano de Colón (1493-1496) y fueron recogidas por el religioso fray Ramón Pané. Una vez importado, de manera privada comenzó a ser consumido en Europa entre los grupos más pudientes, porque el tabaco se trataba entonces de un bien de lujo. Fue durante el siglo XVIII cuando el rapé se convirtió en una moda extendida entre los círculos aristocráticos europeos. La tabaquera de rapé, primorosa y artísticametne decorada, objeto de museo por excelencia, ha quedado ligada, como complemento habitual, a la imagen del aristócrata dieciochesco, como puede leerse en las obras de Honoré de Balzac y Vícto Hugo, por ejemplo. Y ahora, si no tiene pregunta alguna que hacerme, paso a decirle lo que es el rape.

Napoleón me da a enteder que se ha quedado totalmente lelo y no tiene ninguna pregunta que hacerme sobre el rapé.

Diesel.- Vayamos ahora con el rape. Rape es el nombre común que hace referencia a unos 265 peces emparentados entre sí de la familia de los Lófidos, orden Lofiformes. Las especies más frecuentes son el rape común o blanco y el rape rojizo. El pescado también es conocicdo con el nombre de sapo o pejesapo. Y de verdad que me está usted pareciendo, por su físico en general y por sus innobles maneras de actuar, un verdadero sapo. Y ahora cállese ya por un momento y pasemos a su noveno pensamiento, que cuando está usted callado al menos esa nariz tan grande que tiene parece una nariz grande más o menos pero algo más normal que cuando habla para decir tonterías acerca de los españoles y nuestro nivel cultural. Usted y muchos franceses como usted.

NOVENA FRASE: "Para dirigir bien la política es necesario hacerlo sin pasión. Recelad del odio; escuchadlo todo y no os pronunciéis jamás sin haber dado a la razón tiempo para volver".

Diesel.- Menudo bodrio de frase. No hay ni por dónde cogerla. Así que tengo que trocearla en cuatro partes. Vamos con la primera. Usted ha escrito que "para dirigir bien la política es necesario hacerlo sin pasión"... ¡pues está usted muy equivocado porque el político frío y calculador, como uno que tenemos hoy gobernando en España, es el político más sinvergüenza que existe puesto que todas las mentiras que le cuenta al pueblo lo hace con premeditación y alevosía!. Prefiero a un político apasionado, aunque se equivoque en lo que dice, que a uno como usted que, con total frialdad, manda a toda Europa a hacer cominos y no le importa en absoluto nada y, al igual que hace con las mujeres, calcula tácticas y estrategias con el único motivo de engañarlas para luego dejarlas por otras, como ocurre con otro que yo sé y se llama Emiliano. O sea, la primera parte, o el primer trozo de este pegote de frase es una verdadera atrocidad. Y cállese, por favor, hasta que termine con los siguientes trozos. En el segundo trozo usted ha escrito "recelad del odio" y yo le digo que si usted tiene que recelar del odio es porque no ha hecho más que sembrar el odio por todas partes por donde ha pasado pisando todos los derechos humanos como un mulo de carga en vez de un ser humano. El tercer pegote de la frase, que pegote es nada más, dice "escuchadlo todo y no os pronunciéis jamás". ¿Por qué entonces no predica usted con el ejemplo?. Porque usted, a lo largo de su historia, vaya que si ha estado hablando desde que era sólo un simple adolescente que hasta parece la madrastra de Cenicienta venga dar órdenes por aquí y por allá y echando discursos por allá y por aquí. Es usted más falso que un elefante de cartón o don Emiliano, don Benito y don Antonio juntos, que usted no los conoce bien porque forman parte del futuro... porque su carrera militar de verdad que ha sido la de un elefante barruntando por todas partes. O sea, que ha sido usted un charlatán completo toda su vida que hasta en la cárcel no deja dormir a nadie venga echar discursos paseando de un lugar a otro con una mano colocada en el pecho y la otra en la espalda para hacerse todavía más interesante. Y por último, en el último trozo o pegote de su frase ha dicho usted la burrada del siglo: "sin haber dado a la razón tiempo para volver". ¿En qué quedamos?. ¿Tiene usted Fe en Dios o sólo en sí mismo?. No me conteste. Cuando dice eso de la razón es porque usted sólo se escucha a sí mismo y por eso es por lo que ha armado la que ha armado, precisamente por no haber escuchado a la razón que, para que usted lo sepa, la creó Dios para algo más que para guardársela ladinamente para sí mismo. ¿Cuánto tiempo ha tardado usted en escribir ese pensamiento?.

Napoleón.- Toda una vida.

Diesel.- Pues entonces no me extraña nada que, además de tener la nariz tan gorda, tenga usted el cerebro tan pequeño. La cabeza sí, la cabeza la tiene usted bastante grande y a lo mejor es por eso por lo que dicen de usted que es la mejor cabeza de Europa como he oído yo alguna vez por ahí a algún Paco descerebrado y sé por quién y por qué lo digo... pero cerebro tiene usted más poco que el mosquito anófeles por citarle a un nombre de mosquito. ¡Vaya frase!. ¡No hay ni por donde cogerla de lo absurda que es!. ¿Y para escribir eso, como pasó con el tal Paco, ha tardado usted toda una vida?. Si hubiese aprovechado su vida en hacer algo más productivo que no destruir como el caballo de Atila, que usted y Atila son dos personajes históricos similares para que se entere de una vez, y hubiese usted trabajado en la albañilería, por ejemplo y tan masón como dice que es, ya vería como se hubiese preocupado de usar la razón para poder subsistir. ¿Tiene algo que alegar?. Pues si tiene algo que alegar alegue y si no tiene nada que alegar aligere que ya tengo prisa.

Napoleón:- No... no... no... y no...

Diesel.- ¿Qué quiere usted decir con eso de no... no... no... y no...?.

Napoleón.- Que no puede ser que haya hecho yo otra vez el ridículo.

Diesel.- Pues lo hecho hecho está y no hay vuelta de hoja. Así que sigamos hacia adelante. ¡A ver si acierta alguna!... que la verdad es que estoy deseando que hoy acierte usted alguna... y eso que me dijo al principio que hoy se había levantado inpirado de verdad. Si no llega usted a estar inspirado hoy de verdad esto ya sería de verdad insoportable. Bueno, insoportable lo está siendo... pero quiero decir insoportable en el sentido de que no me hubiese tomado la molestia en venir a escucharle. Venga. Vamos a por la diez.

Napoleón.- ¿A por la mujer número 10?..

Diesel.- Pero vamos a ver... usted además de loco es tonto o qué le pasa... es que no puede dejar a las mujeres en paz aunque sólo sea por un momento. Que ya cansa con tanto María Walenska por aquí y tanto María Walenska por allá en vez de haberse conformado con su primera esposa Josefina. Sí que la Walenska está mucho mejor físicamente que la Josefina pero no quiero hablar ahora de mujeres. O sigue con el pensamiento número diez o sigo yo solo y ya está. Pues no le necesito para nada en esto de desmontar todos sus pensamientos.

Napoleón.- Bueno pero no se enfade.

Diesel.- El único que se ha enfadado ha sido usted porque le he dicho una verdad; que tiene usted una nariz enorme y un cerebro de mosquito anófeles... ¿ no es cierto?. La historia no miente.

Napoléón.- Mejor pasemos al pensamiento décimo; porque sino se va a pasar usted cantándome las ochenta en bastos toda la tarde.

Diesel.- Y si es necesario toda la noche también por supuesto. Venga ese pensamiento numero diez y déjese por un momento de mujeres, que de tan mujeriego que nos ha salido parece usted a Alicio en el país de las Alicias.

A Napoleón I Bonaparte no le queda otra cosa sino echarse a reir por no ponerse a llorar.

Diesel.- Ría o llore todo lo que sea... que a mí ya no me importa usted absolutamente nada y estoy deseando acabar pronto. A ver la frase décima cuán perfecta la ha escrito usted, Don Perfeccionismo.... que es usted un perfeccionista con lo de la infantería y la caballería y todo eso del somatén; que tiene la palabra somatén como lo único que sabe usted decir como gracioso sin gracia, y que en cuanto a saber de mujeres tienes más defectos y desperfectos que el techo de una buhardilla escochambrosa del Barrio Bohemio de París. ¿A lo mejor se creee usted bohemio porque ha conquistado la Bohemia so ridículo?. Para ser bohemio hay que haber nacido bohemio sea donde sea que se esté viviendo y no en buhardillas llenas de telarañas. ¡Cómo se puede ser bohemio con la cantidad de tocino que tiene usted en su barriga!. Ande.... vuélvase a mirar en el espejo a ver que ve.

Napoleón.- Me veo bastante gordo, si señor.

Diesel.- Vamos a ver... ¿qué entiende usted por ser bohemio?.

Napoleón.- Ser habitante de la Bohemia.

Diesel.- Usted está tocado de la cabeza o se quiere hace el chistoso sin tener ni un gramo de gracia. Sabe muy bien que me refiero a ¿qué entiende usted por ser un bohemio de la vida?.

Napoleón.- Vivir de mala manera, tomar alcohol, estar con cualquier mujer, tomar opio y otros alucinógenos como el kif, ser un artista surrealista, hacer lo que nos da la real gana...

Diesel.- Pare... pare un momento... que ya se me está embalando de nuevo. Eso que dice usted y que es lo que cree la mayoría de la gente es pura mentira. Para que vea, de nuevo, que la mayoría no tienen la verdad casi nunca. Ser bohemio es simplemente ser artista natural... lo otro es puro vicio... y por eso se puede ser un ejemplar cristiano siendo, a la vez, un ejemplar bohemio. Jesucristo, en realidad, era un bohemio y nunca hizo nada de lo que usted tanto pregona, dictador de pacotilla.

Napoleón cierra la boca.

DÉCIMA FRASE: ¿Cómo se puede tener orden en un estado sin religión?. La religión es un formidable medio para tener quieta a la gente.

Diesel.- Con la iglesia hemos topado le dijo El Quijote a Sancho Panza. Así que ese es un gran pensamiento suyo... ¿verdad?... ¡claro!.. ¡por eso es usted tan retrógrado, reaccionario y carcunda como ya le dije antes!. Un estado puede estar perfectamente bien dirigido precisamente si se aleja de la religión y se dedica a gobernar como Dios manda. ¿Usted cree que cualquier cura, sacerdote, obispo, arzobispo, cardenal o incluso papa es un formidable medio para tener quieta a la gente?. Son ustedes los dictadores tan faltos de inteligencia que hasta lo pregonan como si fuesen vendedores de pescado en un mercadillo de pueblo. ¡Por eso les interesa a usted y a los que son como usted mantener a la población dentro de la ignorancia!. Pero de este tema ya estoy hasta el gorro, y haga el favor de quitarse el gorro que está hablando con un ser humano, asi que dejémoslo ya así. Que Don Quijote llevaba toda la razón. Cuando topamos con la iglesia estamos mas perdidos que cuando topamos con un toro bravo. Porque a un toro bravo se le puede esquivar pero a todo el montaje religioso, y digo de cualquier religión que sea, cuesta siglos poder liberarse. ¿Asi que no hace usted pamemas y estratagemas con Julio VII verdad?. ¡Hasta con el arzobispo de Canterbury hace usted estratagemas para quedarse no sólo con el poder sino con las almas de las pobres gentes a quienes tienen ustedes siempre viviendo de rodillas. Escuche. A Jesucristo no le interesa tanto que se le hable de rodillas o no se le hable de rodillas. Él dio dignidad a los seres humanos y nos llama siempre a ser dignos y no creo yo que estar todo el santo día de rodillas ante otro ser humano sea precisamente digno. Pero ya no deseo hablar más de éste tema del Cristianismo... así que como ya está todo claro en cuanto al Cristianismo se refiere, vamos a por el islamismo a cual usted tanto adora porque cree que Mahoma era un sabio. Mire y lea usted mismo este documento escrito que traigo desde el futuro. Lea. Lea para que se enteren los del islam que nunca jamás conseguirán ser la religión de Europa. Muy al contrario. Van a ser ellos los que muerdan el polvo y me refiero al polvo de la Tierra y no al polvo del rapé o cualquier otro tipo de polvos. Que los verdaderamente cristianos también sabemos de eso, para que se entere usted y los que son como usted de una vez por todas. Lea. Lea, por favor...

Napoleón coge el documento escrito y, refunfuñando a medias, pero sin atreverse a decir ni pío, comienza a leer.

Napoleón.- "Ya ni siquiera se estudia en los colegios, creo. Moros y cristianos degollándose, nada menos. Carnicería sangrienta. Ese medioevo fascista, etcétera. Pero es posible que, gracias a aquello, mi hija no lleve hoy velo cuando sale a la calle. Ocurrió hace casi ocho siglos justos, cuando tres reyes españoles dieron, hombro con hombro, una carga de caballería que cambió la historia de Europa. El próximo 16 de julio se cumple el 798 aniversario de aquel lunes del año 1212 en que el ejército almohade de Miramamolín Al Nasir, un ultrarradical islámico que había jurado plantar la media luna en Roma, fue destrozado por los cristianos cerca de Despeñaperros. Tras proclamar la yihad -seguro que el término les suena- contra los infieles, Al Nasir había cruzado con su ejército el estrecho de Gibraltar, resuelto a reconquistar para el Islam la España cristiana e invadir Europa -también esto les suena, imagino- debilitada e indecisa. Los paró un rey castellano, Alfonso VIII. Consciente de que en España al enemigo pocas veces lo tienes enfrente, hizo que el papa de Roma proclamase aquella cruzada contra los sarracenos, para evitar que, mientras guerreaba contra el moro, los reyes de Navarra y de León, adversarios suyos, le jugaran la del chino, atacándolo por la espalda. Resumiendo mucho la cosa, diremos que Alfonso de Castilla consiguió reunir en el campo de batalla a unos 27.000 hombres, entre los que se contaban algunos voluntarios extranjeros, sobre todo franceses, y los duros monjes soldados de las órdenes militares españolas. Núcleo principal eran las milicias concejiles castellanas -tropas populares, para entendernos- y 8.500 catalanes y aragoneses traídos por el rey Pedro II de Aragón; que, como gentil caballero que era, acudió a socorrer a su vecino y colega. A última hora, a regañadientes y por no quedar mal, Sancho VII de Navarra se presentó con una reducida peña de doscientos jinetes -Alfonso IX de León se quedó en casa-. Por su parte, al Nasir alineó casi 60.000 guerreros entre soldados norteafricanos, tropas andalusíes y un nutrido contingente de voluntarios fanáticos de poco valor militar y escasa disciplina: chusma a la que el rey moro, resuelto a facilitar su viaje al anhelado paraíso de las huríes, colocó en primera fila para que se comieran el marrón, haciendo allí de carne de lanza. La escabechina, muy propia de aquel tiempo feroz, hizo época. En el cerro de los Olivares, cerca de Santa Elena, los cristianos dieron el asalto ladera arriba bajo una lluvia de flechas de los temibles arcos almohades, intentando alcanzar el palenque fortificado donde Al Nasir, que sentado sobre un escudo leía el Corán, o hacía el paripé de leerlo -imagino que tendría otras cosas en la cabeza-, había plantado su famosa tienda roja. La vanguardia cristiana, mandada por el vasco Diego López de Haro, con jinetes e infantes castellanos, aragoneses y navarros, deshizo la primera línea enemiga y quedó frenada en sangriento combate con la segunda. Milicias como la de Madrid fueron casi aniquiladas tras luchar igual que leones de la Metro Goldwyn Mayer. Atacó entonces la segunda oleada, con los veteranos caballeros de las órdenes militares como núcleo duro, sin lograr romper tampoco la resistencia moruna. La situación empezaba a ser crítica para los nuestros -porque sintiéndolo mucho, señor presidente, allí los cristianos eran los nuestros-; que, imposibilitados de maniobrar, ya no peleaban por la victoria, sino por la vida. Junto a López de Haro, a quien sólo quedaban cuarenta jinetes de sus quinientos, los caballeros templarios, calatravos y santiaguistas, revueltos con amigos y enemigos, se batían como gato panza arriba. Fue entonces cuando Alfonso VIII, visto el panorama, desenvainó la espada, hizo ondear su pendón, se puso al frente de la línea de reserva, tragó saliva y volviéndose al arzobispo Jiménez de Rada gritó: "Aquí, señor obispo, morimos todos". Luego, picando espuelas, cabalgó hacia el enemigo. Los reyes de Aragón y de Navarra, viendo a su colega, hicieron lo mismo. Con vergüenza torera y un par de huevos, ondearon sus pendones y fueron a la carga espada en mano. El resto es Historia: tres reyes españoles cabalgando por las lomas de Las Navas con la exhausta infantería gritando de entusiasmo mientras abría sus filas para dejarles paso. Y el combate final en torno al palenque, con la huída de Al Nasir, el degüello y la victoria. ¿Imaginan la película? ¿Imaginan ese material en manos de ingleses, o norteamericanos? Supongo que sí. Pero tengan la certeza de que, en este país imbécil, acomplejado de sí mismo, no la rodará ninguna televisión, ni la subvencionará jamás ningún ministerio de Educación, ni de Cultura".

A Napoleón I Bonaparte le tiemblan las manos como si un enfermo de Alzheimer fuese.

Diesel.- ¿Qué le ha parecido, gran generalísimo amante de Mahoma?.

Napoleón, abochornado, se toma un largo trago de su sempiterna botella de coñac.

Diesel.- Deje de beber tanto coñac, déjese de coñas conmigo y diga qué le ha parecido.

Napoleón.- ¡Dios mío!. ¡Vaya proeza!.

Diesel.- Así que ahora sí dice usted Dios mío... ¿verdad?. No es un documento mío sino de un gran escritor del futuro llamado Arturo Pérez-Reverte; pero lo podría haber firmado yo mismo porque estoy tan de acuerdo con él que en el futuro al tal Gadafi y al tal Ahmadeniyad y al tal Bin Laden les va a pasar ídem de ídem. Amén. Pasemos a su décimo primer pensamiento de hoy.

DÉCIMA PRIMERA FRASE: "En las revoluciones hay dos clases de personas; las que las hacen y las que se aprovechan de ellas".

Diesel.- Breve y conciso señor conquistador de pueblos y mujeres. Yo escribiría que "En las revoluciones hay cuatro clases de personas: las que las hacen, las que se aprovechan de ellas, las víctimas y las que no caen en el engaño". Se acabó el tema. Porque explicarle eso a usted es como predicar en el desierto sabiendo que a usted sólo le interesaba dominar el mundo. Continuemos con el siguiente.

DÉCIMA SEGUNDA FRASE: "No hay que temer a los que tienen otra opinión, sino a aquellos que tienen otra opinión pero son demasiado cobardes para manifestarla".

Diesel.- ¿Y usted que se autoproclama tan valiente, valeroso y conquistador tiene miedo a los cobardes que no manifiestan sus verdaderas intenciones?. Entonces no es usted tan valiente, ni tan valeroso, ni tan conquistador como se cree. La autoestima es aquello que nos hace valientes, valerosos y conquistadores de nuestro propio yo sin importarnos para nada el miedo de los cobardes. ¿Qué es el miedo al miedo sino solamente la cobardía de no saber superarlo?. No, señor Bonaparte. Está usted totalmente confuso y confundido. Los que tienen otra opinión tienen otra opinión y son valiosos tenerlos en cuenta pero los que, teniendo otra opinión, son tan cobardes que no la manfiestan cara a cara, son simplemente cobardes como usted bien dice y por eso, porque son cobardes, no hay que tenerles ninguna clase de miedo ni físico ni mental. La mejor manera de batirles no es huir de ellos sino seguir hablando con ellos para poder demostrarles que tenemos valor, somos valiosos y conquistamos lo que nos pertenece. Como usted opina la contrario de lo que opino yo es por lo que, al final, ha caído en desgracia. O sea, que su valentía sólo era una manera de ocultar su cobardía. El querer ser conquistador de pueblos y mujeres en plural es el mayor problema de los cobardes; porque demuestran que su inseguridad les hace querer aparentar lo que no son. Ahora comprendo por qué se mete usted una mano en el pecho y la otra en la espalda... porque es la manera de esconder el temblor de sus manos cuando tiene en verdad miedo de los cobardes. ¿Comprende la enorme contradicción de su pensamiento?.

Napoleón.- !Me cazó de nuevo!.

Diesel.- No le he querido cazar para nada porque, como aprendí de un buen amigo sencillo y honesto, yo no cazo cierta clase de animales como usted. Sólo me interesa cazar la dignidad humana para repartirla a manos llenas. ¿Comprende ahora por qué hay personas que poseen mucho y merecen la pena ser llamados personas y personas que poseen mucho y merecen la pena llamarlos simplemente gentes y personas que tienen poco y merecen ser llamadas personas y personas que tienen poco y merecen ser llamados simplemente gentuza?. Eso es algo que no lo enseña la vida como usted cree, porque eso es algo que enseña la existencia como dice Jesucristo. Así que dejemos ya a las religiones que sigan sus erráticos caminos porque lo que es yo no pienso apartarme nunca del Camino, la Verdad y la vida. O sea, que por muy alta que sea la dignidad de un religioso que me diga a mí que me tengo que autoflagelar o autosuicidarme para alcanzar la gloria tenga usted por seguro que no le escucho. En otras palabras, por un oído me entra y por el otro oído me sale, sea que me entre por la izquierda o sea que me entre por la derecha para ser totalmente claro y honesto. Cuando oigo a algún religioso, de la iglesia y religión que sea, predicar cosas que no predicó Jesucristo no les hago ni caso. Y como hizo don Quijote, pasemos de largo porque los poderes de las religiones son como molinos de viento. Si los ataca le derriban a usted con sus aspas pero si usted sigue el camino hacia adelante y no les hace ni caso sólo son fantasmas nada más. O sea, inexistencias si las quiere llamar por otro nombre. Porque los fantasmas no existen. Así que para mí las religiones no existen. Y esa frase que ha escrito usted no me sirve, aparte de confirmar lo que siempre he sospechado, para nada.

DÉCIMA TERCERA FRASE: "No soy ni mucho menos ateo, pero no puedo creer todo lo que me dicen en contra de mi razón sin ser falso e hipócrita".

Diesel.- ¡Vaya!. ¡Ya estamos con el famoso pensamiento número 13 y sus supersticiones!. En contra de la razón materialista, que es la única razón que usted cree que existe sin darse cuenta de que existe la razón espiritual, antepongo yo la razón de la Fe. Y si usted cree que razón humana y Fe divina son incompatibles comete usted un error más grave aún que el ser ateo. Porque al menos el ateo es claro, conciso y rotundo. Acepta que no cree y se marcha de la vida para desaparecer para siempre. Pero los tibios como usted, que sólo creen en lo que la razón materialista les hace creer, son mucho peores y muchos más peligrosos, porque en el fondo ocultan que lo que son es agnósticos. Esa es la verdad. ¿Sabe ya que usted no es un creyente sino un simple agnóstico o no sabe lo que es ser agnóstico?.

Napoleón está temblando ahora de pies y de manos y se tiene que sentar muy firme para no caerse al suelo. ¿Será que tiene de verdad Alzheimer?.

Napoleón.- Si... pudiera... usted... explicarme... qué... es...

Diesel.- Está bien, pero no tiemble. Se lo voy a explicar tan racionalmente como usted desea. Es una actitud filosófica que declara inaccesible al entendimiento humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende la experiencia.

Napoleón.- No me he enterado de casi nada.

Diesel.- Pero... ¿no le gusta tanto a usted Agustín?.

Napoleón.- No. Yo apenas leo salvo libros de caballeria rústica y algo de infantería.

Diesel.- Por curiosidad... ¿sabe usted qué es roncero?.

Napoleón.- ¿Alguien que ronca de vez en cuando?.

Me hace sonreir por lo bajo.

Diesel.- No, Don Napoleón, no. En ese caso habría dicho roncador o ronquero pero he dicho roncero. ¿Sabe o no sabe lo que es roncero?.

Napoleón.- No lo sé.

Diesel.- Roncero es quien usa roncerías para conseguir algo que le interesa.

Napoleón.- Sí. Supongo que será algo así como un pedigüeño callejero.

Diesel.- Mucho peor que eso. Un pedigüeño callejero sólo pide para poder sobrevivir porque se está muriendo de hambre. Roncero es el que le hace halagos o muestras de cariño y acciones a su favor, pero en el fondo busca conseguir un fin nada claro.

Napoleón.- ¿Un traidor quiere usted decir?.

Diesel.- Efectivamente. Alguien que traiciona a un amigo es un traidor. Y yo diría que es el peor de los traidores además. Hay muchos ronceros hoy en día.

Napoleón.- No se lo discuto porque, como siempre, me demostrará fácilmente que lleva razón.

Diesel.- No es por llevar razón o no llevarla... pero tenga mucho cuidado con las mujeres de su Corte Imperial porque los ronceros buscan oportunidades de poner cuernos en las alcobas.

Napoleón.- Demasiado tarde el aviso para mí. ¿Cuántos ronceros habrá habido en mi Corte Imperial cuando yo estaba en todo lo alto?.

Diesel.- ¿Ha mirado alguna vez usted al cielo?.

Napoleón.- Nunca. Yo sólo he mirado a los horizontes.

Diesel.- Pues sería mejor que hubieese mirado hacia el cielo también; pues tantas estrellas como hubiese podido usted contar cada noche así es el número de los ronceros que había en su Corte Imperial.

Napoleón.- ¿Y eso qué tiene que ver con leer o no leer a San Agustín?.

Diesel.- Que yo sepa no le he citado a San Agustín sino solo a Agustín.

Napoleón.- Yo sólo conozco algo a San Agustín.

Diesel.- Y no seré yo quien le quite a usted ese gusto ahora que está al borde de la muerte. Pero yo no me refiero a Agustín de Hipona; sino a una forma de hablar genérica, a esos "agustines ronceros" latinos, por ejemplo españoles y mire que yo soy español y por eso los conozco muy bien, que hacen tantas roncerías, halagos y muestras y acciones de cariño porque se creen que son de familia imperial, y por eso andan metidos entre las Cortes de toda Europa, porque tienen ciertas cualidades intelectuales, más bien superficiales por cierto, que les hacen ser puntillosos con los hombres y perfeccionistas con las mujeres hasta casi rayar en la obsesión pero que, a la hora de la verdad, como decía mi abuela son como lo de "el mejor cerdo se lleva la peor bellota". ¿Me ha comprendido señor Bonaparte?.

Napoleón.- Bastante bien. Pero ¿podría ser más explícito ahora que ya no me importa en absoluto la cantidad de "agustines ronceros" que hayan medrado a mi costa en mi Corte Imperial?.

Diesel.- Si. Puedo añadir algo más. Su fingida sociabilidad está siempre, aunque ellos no lo sepan, sometida al imperativo de la afinidad sentimental para poder ser expresada.

Napoleón.- O sea, que no son tan libres ni tan conquistadores de damas como creen sino que llega cualquiera de ella y los maniata.

Diesel.- Efectivamente. Así son los creídos y vanidosos "agustines ronceros" aunque creen, otro gran error de su egolatría, que poseen una gran capacidad de comprensión de las fuerzas que rigen la naturaleza. En un principio consiguen una gran capacidad mental persuasiva gracias a su fuerza de voluntad unida a su capacidad de concentración, pero en cuanto caen unos pocos aguaceros encima de ellos, y se les ha olvidado sin querer el paraguas en su domicilio, quedan totalmente descubiertos, con el trasero al aire como dicen en mi tierra, y mostrando que son sólo una simple capa de barniz. Por eso son traidores con los amigos y por eso se les descubre fácilmente que son traidores con los amigos.

Napoleón.- ¿Y cómo no me di cuenta yo?.

Diesel.- Porque le pasó lo mismo que a mi amigo Luis. Porque a usted le encantaba que le halagasen por todas partes por donde caminaba. Así es imposible descubrirles. Si se hubiese bajado alguna vez de su gran caballo blanco o hubiese caminado con alguno de ellos por las oscuras calles de las noches de París los hubiese reconocido enseguida.

Napoleón.- ¿Cómo sabe usted tanto de ese tema con lo joven que es?.

Diesel.- Porque, aunque nunca dejo de mirar al horizonte, miro muchas veces al cielo, miro a las estrellas, miro a la luna y también a esas estrellas fugaces que desaparecen huyendo de mi vista. Esas estrellas fugaces que huyen de mi vista son los falsos y traidores amigos, los "agustines ronceros" como los llamo yo.

Napoleón.- Que los llame usted "ronceros" lo entiendo perfectamente por la definición tan clara que me ha dado sobre ellos... pero ¿por qué los llama precisamente "agustines"?.

Diesel.- Muy fácil, señor Bonaparte. Porque con las mujeres se creen más sabios que Agustín de Hipona pero tropiezan con la primera que les cae encima. Y con los hombres se hacen pasar por santos cuando ni son santos ni nada que se le parezca. Eso bien que lo aprendió mi amigo Carlos.

Napoleón.- Comprendo. Comprendo. O sea, que he sido por mucho tiempo víctima de sus engaños.
Diesel.- Así es, don Napoleón. Pero mire, no quiero ahora amargarle la poca existencia que le queda con el tema este de los traidores que yo los he conocido a miles desde el principio sin que ellos se dieran cuenta de que los conocía. Mejor pasemos a su siguiente pensamiento.

Napoleón.- Vamos a ver si ahora tengo más suerte.

Diesel.- Comete usted otro grave error. Los pensamientos no se escriben para tener buena suerte o mala suerte; sino para dejar algo verdaderamente importante para la sociedad. El problema de sus pensamientos es que sólo son importantes para usted por su elevado egocentrismo, pero para nada sirven para el bien de la sociedad. ¿Comprende ahora por qué me ha mandado mi Jefa de Redacción a mantener estos Coloquios con usted y ser crítico de sus famosas frases equivocadas?.

Napoleón.- Bueno. Que sea lo que Dios quiera.

Diesel.- Eso está bien dicho. Que sea lo que Dios quiera impartir con su Justicia. Ahora vamos a por el pensamiento número 14 de hoy una vez superado el número que usted tanto teme.

DÉCIMA CUARTA FRASE: "El gobernante debe tener energía sin fanatismo, principios sin demagogia y severidad sin crueldad".

Diesel.- Con esta frase estoy totalmente de acuerdo.

Napoleón.- Vaya por Dios. !Al fin conseguí una victoria!.

Diesel.- Lo dudo que me haya vencido esta vez.Vuelvo a repetirle que se mire en el espejo de su alma para ver si, aunque con la frase estoy de acuerdo, usted cumplió o no cumplió con ella.

Napoleón se pone de pie, totalmente nerviso, y camina de un lado para otro de la celda con su característica forma de esonder las manos.

Diesel.- No se proecupe. Sé esperar. Y espero que, cuando me responda, sea sincero.

Napoleón se vuelve a sentar y saca las manos. Le siguen temblando más que un flan a la puerta de un colegio de niños.

Napoleón.- Es cierto.

Diesel.- ¿Qué es cierto?.

Napoleón.- Que no cumplí con nada de esa frase. Que no estuve actuando de acuerdo con mi pensamiento.

Diesel.- Y a eso ¿cómo lo llamaría usted?.

Napoleón.- ¿Locura?.

Diesel.- Algo más que locura señor Bonaparte, algo más que locura.

Napoleón.- ¿Vanidad?.

Diesel.- Algo más que vanidad señor Bonaparte, algo más que vanidad.

Napoleón.- ¿Soberbia?.

Diesel.- Algo más que soberbia señor Bonaparte, algo más que soberbia.

Napoleón.- ¿Avaricia?.

Diesel.- Exacto. Ese es su cuadro mental psicológico como el de muchos otros hoy en día: locura, vanidad, soberbia y avaricia. ¡Fíjese bien en el tablero de su linda mesa, donde todavía tiene las banderas clavadas e los países que conquistó y en los que quiso conquistar pero no pudo, y digamos también que pasó lo mismo con sus mujeres, para que sepa qué cuadro se presenta para la vida de Europa de los siglos XIX y XX. ¿Descubre ahora por qué espero yo con tanta Fe que el siglo XXI sea totalmente diferente?.

Napoleón.- Dentro de mi locura, mi vanidad, mi soberbia y mi avaricia ha abierto usted un pequeño espacio para mi claridad mental. Gracias por ello, señor Diesel.

Diesel.- No. No me de a mí las gracias. Dese usted la oportunidad de seguir siendo como es hasta el final. No de las gracias a nadie si no son sinceras. Es mejor morir así que no morir dejando de ser quien quiso ser.

Napoleón se queda totalmente callado y dispuesto para el siguiente paso.

DÉCIMA QUIINTA FRASE: "No hay subordinación en el temor que prevalece en los estómagos vacíos".

Diesel.- Pensamiento vacío éste, completamente hueco e inane, señor Napoleón. Demuestra que usted lo escribió sin saber tan siquiera lo que es el vacío y aún menos un estómago vacío. Verá. La cuestión no es tener temor a ciertos vacíos... ¿me está siguiendo la conversación?.

Napoleóan.- Esto escuchándole con toda atención. Me deja usted atónito.

Diesel.- ¿Quiere que le hable del vacío que supone la soledad?.

Napoleón.- No la he conocido nunca.

Diesel.- Pues el vacío que supone la soledad es el peor vacío que puede tener un hombre o una mujer en esta Tierra. Porque el vacío del estómago no debe temerse tanto. Dios siempre tiene algo para ello. Pero el vacío de la soledad no tiene tan fácil remedio. Sólo un milagro lo puede llenar. ¿Me está siguiendo de verdad?.

Napoleón.- Sí. Le estoy siguiendo. Es el primer hombre que, en mi vida, se está atreviendo a hablarme con tantas verdades y sin temor alguno.

Diesel.- Como digo mi verdad sólo tengo el Temor de Dios... pero no tengo temor de ningún hombre ni de ninguna mujer. ¿Lo entiende ahora?.

Napoleón.- ¿Es eso la Fe de la que me ha hablado ya?.

Diesel.- Sí. Esa es la Fe de la que le he hablado ya. Pongamos el ejemplo del Milagro 16-18. Esa es mi Fe. Esa es mi mejor manera de superar el vacío de la soledad. Muchísimos hombres y mujeres del planeta no tienen esta oportunidad porque no ha habido nadie que se lo haya explicado con total sinceridad y sencillez. Muchos filósofos han escrito grande frases, y no me refiero precisamente a las suyas y perdóneme por ser tan sincero, porque sus frases no me llenan en absoluto, sino por ejemplo a "sólo sé que nada sé" que es una frase totalmetne hipócrita cuando la dice un sabio y "pienso luego existo" que es también una frase medio errática porqu, a veces, estamos existiendo sin pensar... y me estoy refiriendo a cuando estamos durmiendo o cuando hemos dejado la mente en blanco; pero todos esos filósofos se enredaron los unos con los otros, como si el pensamiento humano fuera un juego de vencer el uno al otro y el otro al de más alla. Por eso a los filósofos llamésmole también "agustines" para seguir con el ejemplo; pues no saben la verdad de las cosas que están pensando. Hay en ellos un vacío existencial porque ns saben ver la noche, no saben ver la luna, no saben ver las estrellas fijas y mucho menos las estrellas fugaces. Sólo saben ver el sol y ver sólo el sol no es suficiente para llenar el vacío de la soledad aunque aparentemente de sol derive, lingüisticamente hablando, soledad. El asunto no es el sol, señor Bonaparte. El asunto es la edad. Divida usted la palabra soledad sólo en dos sílabas y no en tres... ¿qué resultado obtiene?.

Napoleón.- Sol por un lado y por el otro Edad.

Diesel.- Pues así se debería haber razonado desde hace muchos siglos, don Napoleón. Cara al sol sólo produce cantos; pero cara a la edad produce algo superior, produce el encanto que es muy superior al canto. ¿Sabe interpretarme?.

Napoleón.- Lo intento. Siga, por favor.

Diesel.- El Milagro 16-18 es el encanto de la edad señor Bonaparte. Ese encanto de la edad que nos anula por completo el vacío de la soledad. Ve usted qué fácil es filosofar sin ser un "agustín roncero"?.

Napoelón.- Ya lo veo... ya lo veo...

Diesel.- Imposible. Usted no lo ve ni tendrá oportunidad de verlo porque nunca tuvo verdadera Fe y sólo sembró soledades allá por donde pasó. Soledades en los corazones humanos de sus mñultiples víctimas, fuesen pueblos o fuesen mujeres, que es la peor de las soledades que existen. Esa soledad del corazón no es estar solo o acompañado, que ambas cosas sopn buenas en su justa medida, sino que es el vacío de la esperanza... ese tremendo vacío de los que quedaron muertos en vida porque nadie los amó ni tuvieron valor para pedir ese milagro a Jesucristo a pesar de que éste nos dice todos los días que no dejemos de pedirle ese milagro o cualquier milagro que deseemos. Y es que algunos se conforman con pequeñas cosas materiales nada mas... cuando los verdaderos sueños cristinaos deben ser Grandes.

Napoleón.- Yo siempre he tenido sueños Grandes.

Diesel.- No se confunda, señor Bonaparte. Usted sólo tuvo sueños de Grandeza que es diferente, pero que muy diferente y hasta distinto, que tener Sueños Grandes. Usted soñaba con la Grandeza con los ojos cerrados y por eso dejó tantos muertos y tantos heridos, tantos hombres y mujeres víctimas de sus locuras imperialistas. No, señor Bonaparte, cuando un cristiano es verdadero o cuando una cristiana es verdadera, siempre sueña cosas Grandes con los ojos abiertos; porque a Dios le gusta que los visualice, que los dibuje, que los plasme en algo concreto aunque sea muy Grande y parezca imposible. Para Dios no hay nada imposible. El verdadero cristiano y la verdadera crisitiana que sueña en Grande hasta dibuja los colores de su Sueño, la forma física de su Sueño, porque la espiritual ya la tiene conseguida, y hasta los más mínimos detalles físicos de sus Grandes sueños sean sobre cosas materiales o sean sobre las personas a las que desean amar.

Napoleón.- Jamás nadie osó hablarme así.

Diesel.- Porque sólo los que son bohemios y bohemias de nacimiento pueden hacerlo con hombres como usted. Los otros, los bohemios que se arrastran por los suelos de tanta droga, tanto alcohol y tanto sexo indiscriminado al son de músicas insoportables de escuchar y sin sentido, que se autoproclaman los de la movida, no son ni tan siquiera artistas de la verdad... por eso no son bohemios aunque alquilen buhardillas o pequeños estudios par aparentar que sí lo son. Lo de la movida es, en ellos, una verdadera farsa. Claro que sí se mueven... pero alrededor de sus vicios y sus engaños a las sencillas personas que les creen héroes y los convierten en mitos vivientes. Eso también es otro vacío. A ese vacío lo llamo yo el vacío de las impotencias porque teniédolo todo a su alcance, pues sólo son pequeño burgueses que, paradoja de la vida, es lo que critican, no saben valorar lo que a otros les falta. Si lo supiesen de verdad no serían tan narcisistas de sí mismos y de sí mismas. Sólo buscan placer, fama y dinero. Sin embargo existe otra movida verdadera que es sencilla y natural, que no tiene vicios y que es completamente sana. Esa es la movida verdadera, a esa movida Dios les da en abundancia tanto material como espiritual, y a esa movida verdadera, y no a la falsa, es a la que yo pertenezco. ¿Lo entendió?.

Napoleón.- Sí. Ahora si.

Guardo un minuto de silencio, sólo por ver si es verdad o mentira que Napoleón I Bonaparte, el ex-emperador de Europa, ha conseguido captar y comprender por qué le he ido contando todo esto. Le dejo pensar este minuto que parece una eternidad... hasta que Napoleón se decide a hablar..

Napoleón.- Me parece que todo esto pertenece a un contexto general llamado envidia.

Sonrío. Ha captado lo suficiente. Ha comprendido bastante. Ha sabido algo de este porqué.

Diesel.- Casi exacto. Acertó de pleno. El contexto general de todo esto es esa enfermedad que destruye las almas humanas y que se llama envidia. Pero la envidia produce algo. ¿Qué es lo que produce la envidia?.

Napoleón.- No lo sé. Me doy por vencido.

Diesel.- Escuche, gran generalísimo, esto no es un juego de niños para saber quien gana o quien vence. Así que nada de tirar la toalla, que estamos hablando de hombre a hombre o por lo menos, en lo que a mí respecta, sí.

Napoleón.- ¡Ya está!. ¡Produce las mentiras!.

Diesel.- Bastante acertado ha estado en esta respuesta. Por supuesto que la envidia sólo produce mentiras; pero dichas mentiras, que son de muy diversas índoles y muy diversos asuntos, tienen un epicentro general. ¿Cúal es el epicentro general de todas esas mentiras de muy diversas índoles y muy diversos asuntos?.

Napoleón.- No tengo ni idea.

Diesel.- El epicentro de todas esas mentiras de muy diversas índoles y muy diversos asuntos es eso que se llama murmuración. Murmurar es hacer comentarios en perjuicio de una persona ausente; o sea, a espaldas de esa persona y a través de la traición. Las murmuraciones son puñales clavados por la espalda. Algunos que le han traicionado a usted hasta meterlo en esta cárcel de donde ya no saldrá jamás salvo muerto es posible que hasta se haya pasado por Jesús, pues ha de saber que Jesús de Galilea dijo que muchos serían los que vendrían en su nombre para mentir y engañar a los pueblos enteros porque sólo desean el poder para, al final, destruír al planeta. Esos que en el nombre de Jesús, iucluso alguno habrá que se llame también Jesús, son los murmuradores. Los hurtadores de la dignidad humana.

Napoleón.- ¿Alguno de esos hurtados que se llaman incluso Jesús me han traicionado?.

Diesel.- A mi desde luego que sí lo han intentado sin conseguirlo pero a usted por supuesto que también y con usted sí que lo han conseguido. Si le es posible hacer un poco de memoria, recuerde... recuerde la manera en cómo llegó usted definitivamente a caer en esta mazmorra de la cual ya no saldrá nunca vivo sino muerto.

Napoleón comienza a recordar una vez que se le ha pasado la borrachera de tanto coñac como ha bebido esta mañana.

Napoleón.- Recuerdo que el 31 de marzo de 1814 París fue ocupado por los aliados. El 3 de abril fui depuesto por mis propios senadores bajo la presión de mis propios mariscales de campo; así que tuve que abdicar para salvaguardar los derechos de mi hijo, el día 4 de abril, pero ante la imposibilidad de emprender una nueva ofensiva sobre París debido al abandono de Marmont, abdiqué nuevamente el 6 de abril y esta vez incondicionalmente para poder negociar con los aliados. El 11 de abril, con el Tratado de Fontainebleau, se estableció la renuncia de mi soberanía en Francia e Italia tanto para mí como para mi familia, y además me exiliaron en la isla de Elba, una pequeña isla a 20 kilómetros de distancia de la costa italiana, pero mantuve mi título de emperador de manera vitalicia. Ahora bien, después, entre 1814 y 1815 se llevó a cabo el Congreso de Viena donde se dispuso el nuevo mapa de Europa llamado postnapoleónico. En mi Francia, los realistas instalaron en el poder a Luis XVIII, María Luisa y mi hijo quedaron bajo la custordia de ésta y el emperador Francisco I y ya no volví a verlos nunca más ni a ella ni a mi propio hijo. Consciente de los deseos de los ingleses por la restauración borbónica, escapé de Elba em febrero de 1815 y desembarqueé en Antibes el 1 de marzo intentando prepararme para retomar Francia.

Diesel.- Bien. Todo eso está muy bien. Ahora recuerde ¿por qué fracasó su intento y quiénes lo trajeron a Santa Helena?.

Napoleón.- El rey Luis XVIII envió al Quinto Regimiento de Línea, comandado por el mariscal Míchel Ney, quien me había estado sirviendo anterioremente en Rusia. Al encontrármelo en Grenoble, me acerqué solo al regimiento, me apeé de mi caballo y, cuando ya estaba yo en la línea de fuego del capitán Randon grité: "!Soldados del Quinto, ustedes me reconocen; si alguien quiere disparar sobre su emperador, que soy yo, puede hacerlo ahora!". Después hubo un breve silencio y los soldados gritaron "!Viva el Emperador"!". Todos juntos marchamos a París. Llegamos el 20 de marzo, sin disparar ni un sólo tiro y aclamado por el pueblo; así que levanté un ejército regular de 140.000 hombres y una fuerza voluntaria que, rápidamente, ascendió a casi 200.000 soldados. Fue el comienzo de los Cien Días.

Diesel.- Así que volvió usted a engañar a su pueblo, ¿no es cierto?.

Napoleón.- ¿Engañar a mi pueblo?. ¿Ellos me aclamaban con total alborozo?.

Diesel.- Pero porque no sabían que usted intentaba de nuevo ser el amo del mundo a pesar de que muriesen tantos como tuvieran que morir. ¿Cuál fue el modo y la manera que usted llevó a cabo para engañarles de nuevo a unas personas que eran tan ignorantes que no se daban cuenta de sus malvadas intenciones?.

Napoleón se muerde las uñas y no desea contestar.

Diesel.- Contésteme rápido que la Historia debe continuar y tengo un poco de prisa. Y no se muerda las uñas que eso es señal de inseguridad, miedo, inmadurez y falta de confianza y de verdadera personalidad para ser un líder. Un verdadero líder nunca se muerde las uñas. Pero como le veo muy nervioso le invito a un par de cafés que traigo en este termo y que es de la región murciana de España.

Así que él sigue contando mientras tomamos café de Camarca.

Napoleón.- Les engañé muy hábilmente. O sea que, establecido de nuevo en París, promulgué una nueva Constitución, de carácter falsamente más democrática y liberal que la vigente en el anterior imperio. Era sólo para volver a intentar conquistar el mundo. Muchos veteranos cayeron en la trampa y acudieron a mi llamada y así es cómo llevé a cabo el nuevo intento de apoderarme de toda Europa. El resultado fue fatal. En la llamada Campaña de Bélgica fui definitivamente derrotado en la célebre Batalla de Waterloo, el 18 de junio de 1815.

Diesel.- Ya estamos llegando al quid de la cuestión. ¿Qué pasó después?.

Napoleón.- El pueblo francés, que vivía en la ignorancia, me apoyaba... pero los políticos, que sospecharon de mis intenciones, me retiraron su apoyo y tuve que abdicar otra vez. En esta ocasión en favor de mi hijo Napoleón II. Tuve que ir obligatoriamente a Rochefort y allí capitulé ante el capitán del buque británico Bellerophon.

Diesel.- Y el final de esta larga historia le ha traído hasta aquí... ¿no es cierto?.

Napoleón.- Exacto. Fui encarcelado y desterrado por los británicos a esta cárcel de la isla de Santa Helena el 15 de julio de 1815.

Diesel.- Si no cuento mal, usted lleva ya 6 años en prisión.

Napoleón.- Si. Junto con un pequeño grupo de seguidores. Y ahora acabo de dictar mis memorias donde critico duramente a mis aprehensores.

Diesel.- Le voy a dar unos datos interesantes que usted a lo mejor no recuerda. Apunte estos nombres aunque ya de nada le sirvan porque está ya en su última semana de vida. Apunte, apunte. Laisné denunció sus ambiciosas actividades, lo cual hizo que se celebrase una votación en la cual usted fue derrotado por 223 contra 51 votos.

Napoleón.- Me...

Diesel.- No. Palabras sucias no le permito. Así que calle la boca y siga anotando en su memoria: el futuro Luis XVIII llamó a los franceses a recibir con los brazos abiertos a los invasores aliados; a pesar de todo su talento y sus numerosos éxitos en el arte militar y muy poco en el arte de cortejar a las mujeres casadas o solteras, porque a usted el daba lo mismo ese detalle porque no tenía ni ética ni moral en ese asunto, fue su propio Senado francés quien, en conjunto, volvió a cortarle las alas de águila imperial que tanto deseaba ser usted, deponiéndole definitivamente. ¿Y quién reinaba en Inglaterra el 15 de julio de 1815?.

Napoleón.- Me parece que Jorge III de Hanóver... pero la memoria me está fallando...

Diesel.- No. Tiene usted todavía bien la memoria pero los lapsus que se le producen es por otra cosa...

Napoleón.- ¿Sabe usted qué está pasando conmigo?.

Diesel.- Sí. Pero prefiero decírselo al final de mis Coloquios, porque entonces no c0nseguiría lo que busco, que es termianr mi libro, y además no le quiero hacer sufrir antes de tiempo. Así que ya sólo falta saber algo del buque británico Bellerophon. ¿Recuerda algo para compeletar la lista?.

Napoleón.- No. Eso sí que no lo recuerdo.

Diesel.- Memorice estos tres nombres. Eran tres. Siempre suelen ser tres. El que parece pacífico, el que sólo amaga y el que definitivamente le da el golpe mortal. Apunte. No los olvide jamás allá en el otro mundo: el capitán Edward F. Bruen, el almirante Alexander Duff y el vicealmirante Doveton Sturdee. Usted cree, erróneamente, que ha sido el único hombre de este mundo que ha sido atacado por la envidia de un "Monstruae Tricefalorum" que es como llamo yo a los Monstruos de Tres Cabezas que se mueven por el poder, la ambición, la avaricia y, sobre todo, la envidia... además de desear a ciertas mujeres que les han dado un no más rotundo que la famosa Pirámide de Egipto desde donde usted proclamó aquello de "!Soldados, desde esta Pirámide diez mil siglos os contemplan!". Uno de los que han sufrido esa experiencia pero de la que Dios me libró y no como ha ocurrido en su caso, es el "Monstruae Tricefalorum" que denomino E.B.A. Si ha escuchado bien he pronuciado EBA y no EVA; luego no es ninguna mujer guapa, preciosa y completamente bella de la cabeza a los pies, sino un horrendo monstruo masculino y machista de tres cabezas. Es EVA precisamente la que les ha dado el no rotundo a todos ellos y sus secuaces. Memorice antes de morir. E punto, B punto y A punto. E.B.A del triángulo que forman las ciudades de Madrid-Alicante-Quito. No me vencieron jamás y ahora la Ira de Dios quizás no tenga más remedio que cortarles la cabeza como San Jorge hizo con el Dragón de las Tres Cabezas exactamente. Desde luego a mi EVA nunca la van a conocer cómo es en realidad. Y con esto termina la cuestión. Siempre son tres, señor Bonaparte, los que manejan los hilos. Todos los demás sólo son o víctimas inocentes o seguidores como borregos. Y, volvindo a su caso, si hubo alguien que se hacía pasar por Jesús, el que le ha hurtado el poder, es, por lo tanto, Luis XVIII de Francia. He aquí lo que sé de él, por si le interesa llevarse un último recuerdo de quien el es que le ha hurtado sus poderes, gran genralisimo: Rey de Francia (Versalles, 1755 - París, 1824). Conocido por su título de conde de Provenza, era hermano de Luis XVI. Durante el reinado de éste adoptó una postura avanzada, cercana al pensamiento de la Ilustración, e incluso aceptó la Revolución de 1789. Más tarde, sin embargo, la evolución de la Francia revolucionaria le decidió a huir del país en 1791 (el mismo día que el rey era detenido en Varennes cuando intentaba escapar por otro camino); se reunió con su otro hermano (el futuro Carlos X) y empezó a encabezar las intrigas de los emigrados contra el régimen revolucionario, dirigiendo una red de espías y manteniendo contacto con los insurgentes contrarrevolucionarios del interior. Tras la ejecución de Luis XVI en 1793, se proclamó regente en el exilio, y luego rey por la muerte del delfín Luis XVII (1795). Sin embargo, la causa de la restauración de los Borbones pasó por horas bajas durante el periodo en que usted gobernó Francia, ya que presionó a los restantes Estados europeos para entorpecer las actividades del pretendiente. Después de peregrinar por varios países, sus derrotas en 1813-1814 le abrieron nuevas perspectivas: con el apoyo de Gran Bretaña y de Talleyrand se abrió paso la idea de poner a Luis en el Trono cuando se consumara la victoria aliada sobre Francia. Desembarcó en Calais y prometió a los franceses establecer una monarquía constitucional, que plasmó en la Carta otorgada de 1814, donde la autoridad del rey quedaba limitada por un Parlamento bicameral y por la garantía de los derechos individuales de los súbditos". ¿Así que usted confiaba mucho en Talleyrand, no es cierto?.

Napoleón.- ¡Cómo pudo traicionarme el muy hijo de...!

Diesel.- Nada de palabras feas ahora, señor Bonaparte, guardéselas para sus memorias si quiere pero no para mis Coloquios y mi correspondiente libro... ¿entendido?... así que aligeremos el paso con sus próximos pensamientos. Que todo esto ya es Historia pasada y nada más. Ya no tiene usted el estómago vacío como decía. Ya lo tiene usted bastante lleno. Continuemos entonces.

DÉCIMA SEXTA FRASE: "Es necesario que la moral y las ideas políticas de la generación que está formándose dejen de depender de la noticia del día o de las circunstancias del momento".

Diesel.- Una de las cosas que menos soportable y más despreciable es para un ser humano se llama necedad de otro ser humano.

Napoleón.- ¿Por qué me dice eso?. ¿Hay algo malo en mi frase?.

Diesel.- Si partimos de que en su Corte Imperial no existía ninguna clase de moral, todo lo que ha escrito es paja mojada. ¿Por quué no dice que sus ideas no eran ideas sino idealogías imperialistas nada más?. Se contradice tanto entre lo que escribe y lo que piensa que, de verdad, o usted debería estar en un manicomio o simplemente no haber nacido. Si la moral no tiene que depender de las noticias del día, como parece que usted quiere decir, el mundo estaría lleno de gente feliz. Pero resulta que entra usted en un círculo vicioso de los muchos círculos viviosos en que entró, porque los medios de comunicación estaban al servicio de su poder y sólo daban a conocer lo que usted desaba que fuese conocido. ¿Es feliz o no es feliz la gente?.

Napoleópn.- Supongo que depende de las circunstancias.

Diesel.- Sí. Depende de las cirunstancias. ¿Y quién creea las cirunstancias hasta ahora?.

Napoleón.- Supongo que quienes dirigen los grupos sociales.

Diesel.- ¡Pero cómo dice usted que las nuevas generaciones no deben depender de las circunstancias cuando usted ha sido uno de esos dirigentes de grupos sociales que han creado circunstancias para los demás durante toda su vida!. José Ortega y Gasset, un escritor y filósofo español que usted no conoce dijo, con total sinceridad, "Yo soy yo y mis circunstancias". Lo dijo con sinceridad y, a pesar de ello, se le puede rebatir diciendo que si las circunstancias son parte de mi yo al final, para que un ser humano sea enteramente libre es mejor decir lo que ya escribí un día: "yo soy yo" que es lo mismo que vino a decir, palabra más o plabra menos, Jesucristo. Así que si puedo corregir a Ortega y Gasset que era mucho más inteligente que usted, con mayor razón lógica, y aplico sólo la lógica deductiva después de la inductiva como mandan los cánones del pensamiento humano, le puedo rebatir a usted por completo.

Napoleón.- !Caramba!. Me está haciendo usted pensar demasiado. O sea... que si yo estaba creando mis noticias y las cirucunstancias del mundo que me rodeaba, ¿cómo podía ser yo tan cínico y falso para decir que no había que creer en ellas?.

Diesel.- Sí. ¿Cómo me explica usted eso a mí para que yo lo pueda entender?.

Napoleón.- La única explicación poosible es que he sido siempre un mentiroso.

Diesel.- Exacto. Usted ha sido siempre un mentiroso con la política y con las mujeres. Habla de moral cuano no tiene moral. Habla de ideas cuando sólo tienen ideologías imperialistas. Habla de no hacer caso a las noticias cuando tiene los órganos de los medios de comunicación controlados bajo su poder, y habla de apartarse de las cirunstancias cuando era usted el que las estaba creando. ¿Se puede comprender ese laberinto?. Es lo que está ocurriendo siempre desde el inicio de las primeras civilizaciones humanas. No desde el principio de la Humanidad, que es cosa diferente, sino desde el principio de la Historia. ¿Entiende ya la gran diferencia entre ser hombre natural y sincero y ser hombre artificial y engañoso?. Pero, para que sepa algo que va a ocurrir, es usted la antesala de un tal Adolf Hitler para quien usted será uno de sus más queridos ídolos por eso del fascio romano y tras él vendrán otros también con las mismas ideas cada vez más imperialistas; aunque como ya se sabe la manera de neutralizarles, el mundo se salvará... pero no gracias a ustedes los más Grandes de la Historia... sino a los que tienen la juventud por dentro y por fuera... que eso es cosa que usted no ha tenido jamás. Le hablo de los cristianos y cristianas señor Bonaparte.

Nuevo silencio en la mazmorra.

Diesel.- Siga con otro.

DÉCIMA SÉPTIMA FRASE: "Nada mas difícil, pero nada mas precioso que el saber decidirse".

Diesel.- Es cierto. Yo por ejemplo no dudo nunca en ponerle tildes o acentos a esos mas que usted no los puntúa. ¿Por qué?. Porque me gusta decidir por mí mismo y fueron, en su día, reglas de la ortografía española y así ocurre con otras muchas reglas más, y ve como lo acentúo con total decisión, a las cuales no pienso hacer caso porque me enseñaron a escribir de una manera correcta y no voy a seguir, de manera decidida, lo que digan los orondos señores de la Academia de la Lengua que cambian cuando les viene en gana porque parece ser que no tienen otra cosa más decente que hacer en el Gran Salón de la Academia que, a veces por cierto, `parece un saloon del viejo Oeste de los Estados Unidos d etanto que se odian unos contra otros. Yo no cambio, señor Napoleón, ni de esposa, que la mía es verdaderamente un modelo por su belleza externa e interna, ni de manera de escribir que es lo suficientemente bella para mí y tampoco la cambio aunque le rechinen los dientes a los de las Academias Hispanas. Así que afirmo que lo verdaderamente importante no es saber decidirse sino saber por qué camino decidirse. Saber decidirse es demasiado fácil. Sólo tiene que elegir el camino de la mayoría. Saber elegir el camino propio, el camino de uno mismo, el camino singular, el camino que siguen las minorías cristianas es lo verdaderamente precioso. O sea, que usted siempre deja los pensamientos a medias, sin terminar, como diciendo ¡Viva el libertinaje!. Y no es el libertinaje el camino más precioso, don Napoleón, ni tan siquiera el famoso Libertarismo que tanto atrae a mucha gente, sino la Libertad, gran generalísimo, la Libertad que se llama Liberación. Liberación de mente. Liberación espiritual. Liberación física. Pero de todo esto ¿qué va a entender alguien como usted y los que le siguen a usted si parece que les suena a chino?. Sigamos.

DÉCIMA OCTAVA FRASAE: "Es importante que el pueblo de París no se crea que es la nación"

Diesel.- ¿Es que sólo existe París en el mundo?. Para ustedes los chauvinistas franceses desde luego que existe sólo París en el mundo como si el Centro del Mundo fuese París. El Centro del Mundo no es París, señor Napoleón, porque sus célebres geodésicos Charles Marie de La Condamine y Pierre Bouguer, y después le cuento algo muy interesante sobre esto, además de que fue más difícil la hazaña de los españoles, se equivocaron totalmente cuando dijeron que el Centro del Mundo está en las afueras de Quito. Y es que ustedes los franceses son bastante chauvinistas pero también bastante ignorantes, porque la Tierra no es una circunferencia y por lo tanto, al ser una esfera, el centro del mundo nunca está en la superficie sino dentro de dicha esfera. O sea, en el centro de su diámetro. Por otro lado, cada ser humano es un mundo totalmente diferente; luego el Centro del Mundo está en el ecuador de todos y cada uno de los seres humanos. Don Napoleón, el Centro del Mundo está en nuestro ecuador. Y en cuanto al resto de la frase debe ser: "Es importante que los seres humanos no se crean los nacionalismos". ¿Entiende por qué le he cambiado la frase?. ¿Sabe por qué digo que es importante que la gente deje de luchar por los nacionalismos?. Porque los nacionsalismos y las naciones, además de ser ya un tema que debía haberse superado hace más de un siglo, sólo sirve para separar en vez de unir. Un día expresé en público algo de lo que nunca me arrepentiré de haberlo expresado. Es lo siguiente, a ver si se entera usted un poco de cual debe ser el verdadero futuro para la Humanidad: "Los poderosos pueden ponernos todas las separaciones físicas que quieran, pueden ponernos todas las barrreras geográficas que deseen, pueden inventarse todos los pasaportes diferentes que crean necesarios para controlarnos, pero nunca podrán poner fronteras a los corazones y por eso el amor va más allá de los nacionalismos, lo puede todo y nadie lo puede encarcelar porque es el mayor símbolo de Libertad que deben poseer los hombres y mujeres de este planeta. ¿Lo ha entendido ya?. ¿Ha entendido ya por qué yo rechazo plenamente toda clase de nacionalismos aunque me sienta orgulloso de se español y vivir en mi querido Madrid?.

Napoleón.- Luego yo me puedo sentir orgulloso de querer ser el amo de Europa.

Diesel.- Porque usted no sabe que Europa no existe en realidad... ya que Europa sólo es una agrupación de países y no un país entero. Si Europa fuese un país entero ya no tendría sentido ser el amo de Europa sino de un país llamado Europa. Bueno. No le voy a liar más el asunto porque le veo a usted totalmente desmadejado que es una manera muy española de decirle hecho polvo en el buen sentido de la palabra. A ver ahora lo de la famosa medida del Centro del Mundo y a ver si hubo allí españoles o no hubo españoles, aunque ustedes no los hayan querido poner en la base del monumento porque se creen ustedes los únicos básicos de Europa y que si no existiese Francia no existiría ni Europa ni Centro del Mundo. ¿Comprende ahora por qué les llamo chauvinistas e ignorantes?. Ahí va la dichosa Historia otra vez: Allí se pueden ver los trece bustos que representan a cada uno de los sabios científicos de la Misión Geodésica Francesa que según cuenta la historia, habían arribado a Ecuador en el año 1736 para participar de la medición del meridiano. A la izquierda de la Avenida principal a destacar es la presencia de los cuatro Pabellones, el de España, el de Francia, el de Alemania y por supuesto el de Ecuador; cada uno de ellos exponiendo una temática científica y cultural atractiva y diferente. En la República del Ecuador existen dos monumentos que marcan el centro del mundo. Hay el que se conoce como la Mitad del Mundo, y hay otro situado en la carretera panamericana, hacia el norte, que muestra también el paso de la línea ecuatorial. Existe también otro en Costa de Marfil, donde también se encuentra una referencia del centro del mundo. Pero, ¿por qué la mitad del mundo ? Fundamentalmente, porque la misión geodésica francesa, dirigida por L´Condamine, viajó al Ecuador para resolver una discusión que existía en la Academia de Ciencias de París, sobre si el globo terráqueo tenía achatamiento en los polos o en los extremos, que por entonces se planteaba. Esta misión hizo mediciones y cálculos astronómicos para determinar cuál era efectivamente el achatamiento de la Tierra. De ahí se deriva el Sistema Métrico Decimal, porque el Metro es la diezmillonécima parte de un cuadrante del meridiano terrestre, que fue medido por la misión de L´Condamine y todos los expertos que estuvieron en El Ecuador. Fueron ellos: Pedro Vicente Maldonado, 1704-1748; Antonio de Ulloa, 1716-1795; Jorge Juan y Santacilia, 1713-1773; Couplet, 1686-1737; Godin Des-Odonnais, 1712, 1780; Morainville, 1706-1774; Hugot, 1694-1743; Joseph de Jussieu, 1704-1779; Seniergue, 1684-1739; Verguin, 1704-1770; Pierre Bouguer, 1698-1758; Louis Godin, 1704-1760; y Charles Marie de L´Condamine, 1701-1774. El Ecuador fue escogido por una razón: De los países ecuatoriales, el que mejores condiciones de vida presentaba en el momento era El Ecuador. De los países ecuatoriales, porque el África era mucho más complicada y, muy seguramente, en ciertas regiones asiáticas también existían dificultades.La misión se estableció y duró varios años, y en la Mitad del Mundo, como se llama en El Ecuador una pequeña y agradable ciudad, cercana a Quito, se encuentra el museo de los geodésicos franceses, en donde se muestran algunos de los instrumentos astronómicos que se utilizaron para la medición. Usaron diversos instrumentos, pero el problema principal se presentaba por la serie de sensibilidades que surgieron en las comunidades, las que veían extranjeros que hacían cosas extrañas. Se conoce de una anécdota en el diario de L´Condamine, que lograron instalar dos referencias hechas a base de ladrillo y mortero para sus mediciones astronómicas, y la tercera, tenían que hacerla en una loma cerca de Quito, que se llama Cruz Loma, porque allí existe una gran cruz, y lograron realizar las mediciones de Caraburo, de Hoyambaro, y la tercera era la de Cruz Loma, que les generó enormes dificultades debido a que tenían que llevar a lomo de mula los ladrillos para, luego de los cálculos astronómicos, instalar esta referencia con un pequeño trozo de metal, posiblemente bronce, que marcaba exactamente el lugar de la medición. El problema surgió cuando la preocupación de ciertas comunidades indígenas dio pie para investigar qué era lo que esas personas estaban haciendo, se preguntaban si estarían buscando el tesoro de Atahualpa, o qué daño vendrían a hacer estas personas extrañas. Esto hizo que se destruyera, y cuando ya se había construido la pirámide de Cruz Loma, se destruyeron las otras dos. Entonces, cuando se instalaron a hacer las mediciones y querían los referentes, ya no pudieron usarlos. La preocupación surgía por una misión que para el común mortal era extraña, era rara. Como esta situación, existen otras. Cuando la misión se instaló, España tuvo recelo de la misión y envió a dos científicos españoles de gran calidad, que fueron Jorge Juan y Antonio de Ulloa, que se presentaron como asistentes de la misión, pero en realidad era para espiar lo que estaban haciendo. El monumento tradicional, el más conocido, era un monumento más pequeño que el actual. Hoy es una construcción que incorpora al interior, con las mismas características del monumento original, que era de menores proporciones, un museo etnológico que tiene un atractivo, y es que, el observador puede, mediante un ascensor, subir hasta la cúpula donde hay un globo terráqueo representado, y la línea ecuatorial, y de ahí se puede observar un ambiente muy árido; es una zona en donde el sol es muy fuerte, y luego va descendiendo por varios pisos y se van descubriendo las culturas autóctonas. Es un gran atractivo que vale la pena conocer porque se descubre que El Ecuador, como muchos de nuestros países, es multicultural, tiene expresiones muy diversas. El anterior monumento, mucho más pequeño, fue trasladado a otro lugar de la línea ecuatorial, que es una población llamada Calacalí. El nuevo monumento refleja exactamente las mismas características que el antiguo. Al hablar del Sistema Métrico Decimal, nos remontamos a las dificultades de la Edad Media con la incapacidad de tener sistemas de medición comunes, la Yarda, por ejemplo, era una medida que resultaba de la distancia entre la punta de un dedo y el hombro de un rey inglés. Y por el estilo, habían mediciones distintas. Pero, a partir de estas mediciones que hicieron los científicos franceses, se determinó el Metro, que hoy tiene una magnitud en una barra, en un rayo de luz, de ciertas características, es decir, el Sistema Métrico Decimal tiene otras valoraciones, pero hoy, finalmente, el Metro y el Sistema Métrico Decimal, parte de Quito, porque el Metro tiene una valoración que equivale a la diezmillonécima parte de un cuadrante del meridiano terrestre medido por los científicos franceses. ¡Le puedo demostrar a usted que Jorge Juan y Antonio de Ulloa fueron dos hombres mucho más ilustres que toda la gleba francesa que dcomo moscas a Ecuador!. Nosotros, sólo con dos, tuvimos más que suficiente.

Napòleón.- ¡Caramba!. ¡Es fuerte lo que dice!.

Diesel.- Y tan fuerte. Sólo dos contra toda una gleba... pero dos de mucha más talla que los suyos juntos. Jorge Juan y Santacilia (Novelda, Alicante; 1713 - † Madrid; 1773) fue un científico y marino español. Jorge Juan nació en la hacienda de los "Juan" situada en el término municipal de Novelda, concretamente en El Fondonet, y fue bautizado en la villa de Monforte del Cid. Estuvo muy vinculado a la orden de los Caballeros de Malta de la mano de su tío, que ocupaba uno de los más altos cargos de la orden. Jorge Juan acabaría recibiendo el título de Comendador de Aliaga de la orden de los Caballeros de Malta. Estudió Gramática y en 1729 ingresó en la Escuela Naval Militar de San Fernando. Participó en la expedición contra Orán y en la campaña de Nápoles. En 1734 se embarcó, junto con Antonio de Ulloa, en la expedición organizada por la Real Academia de Ciencias de París a las órdenes del Astronomo Louis Godin, para medir un grado del meridiano terrestre en la línea ecuatorial en América del Sur, específicamente en la Real Audiencia de Quito (el actual Ecuador), lo cual se hizo en Quito, su capital, territorio en aquella época bajo el dominio de la corona española. En la expedición se determinó que la forma de la Tierra no es perfectamente esférica y se midió el grado de achatamiento de la Tierra. Jorge Juan permaneció diecinueve años en América estudiando la organización de aquellos territorios por encargo de la corona. A su regreso, Fernando VI le ascendió a capitán de navío. Consciente de que la armada española comenzaba a estar anticuada, el marqués de la Ensenada le encargó viajar a Inglaterra para conocer las nuevas técnicas navales inglesas, y a su regreso se hizo cargo de la construcción naval española, renovando los astilleros. Su actividad tuvo tan buenos resultados que pocos años después los ingleses devolvieron la visita para estudiar sus mejoras.
En 1757 fundó el Real Observatorio de la Armada, en San Fernando (Cádiz) y en 1760 fue nombrado jefe de escuadra de la Armada Real.Sus restos se encuentran en el Panteón de Marinos Ilustres, de San Fernando (Cádiz). Su imagen es bien conocida por los españoles, puesto que figuraba en el reverso de los antiguos billetes de 10.000 pesetas. ¿Qué he ha parecido el "curriculum vitae" de nuestro Jorge Juan?.

Napoleón.- !Me deja asombrado de verdad!.

Diesel.- Pues ahí va el siguiente: Antonio de Ulloa y de la Torre-Giralt (Sevilla, 12 de enero de 1716 - Isla de León, 5 de julio de 1795) fue un científico, militar y escritor español. Hijo del economista mercantilista Isidoro de Ulloa Pérez. Con trece años se embarcó en el galeón San Luis, navío que zarpó de Cádiz rumbo a Cartagena de Indias, y con el cual regresó a Cádiz en septiembre de 1732. Ingresó en la Real Academia de Guardiamarinas de la marina española en 1733. En 1735 fue destinado, con el grado de teniente de fragata junto con su colega Jorge Juan y Santacilia, miembro de una Misión Geodésica Francesa, expedición científica dirigida por Pierre Bouguer, y patrocinada por la Academia de Ciencias de Francia para medir el arco de un meridiano en las proximidades de Quito (Ecuador), el viaje se inició el 26 de mayo de 1735, quedando en la ciudad de Cartagena de Indias con los académicos Franceses quienes se retrasaron en la llegada varios meses. Fue el descubridor del platino en el Chocó (Colombia) y participó en la revisión de las defensas de los puertos de El Callao y de la costa chilena.En el tornaviaje a Europa, su navío fue apresado por los Británicos, en Londres fue presentado a Martin Folkes, presidente de la Royal Society, quien le propuso como miembro del cuerpo, siendo elegido el 11 de diciembre de 1746, finalmente fue liberado y regreso definitivamente a Madrid el 25 de julio de 1746, acababa de morir Felipe V y ahora reinaba Fernando VI estando como ministro el marqués de la Ensenada, después de un viaje de 11 años fue nombrado capitán de navío y recibió el encargo de recorrer el continente para tomar conocimiento de los últimos avances científicos.Fue el fundador del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, el Observatorio Astronómico de Cádiz y el primer laboratorio de metalurgia del país, así como miembro de la Real Academia sueca, la Academia de Berlín y correspondiente de la Real Academia de Ciencias de París. Fue también comendador de Ocaña en la Orden de Santiago. Volvió a América como gobernador de Huancavelica (Virreinato del Perú) y superintendente de las minas de mercurio de la región (1758-1764), tratando de recuperar la productividad de la mina y enfrentándose con el gremio de mineros y los funcionarios del virreinato. Fue nombrado contraalmirante en 1760. A petición propia fue relevado de su cargo a finales de 1764 y se estableció en La Habana a la espera de un nuevo destino. Ulloa aprovechó su estancia en la isla de Cuba para elaborar un informe sobre el funcionamiento de las comunicaciones postales entre España y el Perú a raíz de la creación de la empresa estatal de los Correos Marítimos. En su Modo de facilitar los Correos de España con el Reyno del Perú escrito en 1765, no sólo se ponía de manifiesto la inviabilidad de la ruta existente, sino que también ofrecía una posible alternativa al respecto. Por aquel entonces, la correspondencia para América se enviaba desde La Coruña a La Habana, para su posterior reparto por todo el continente. Este trabajo nos describe a la perfección las dificultades por las que atravesaba la distribución del correo por la América meridional, problemas que se solventaron cuando en 1767 una nueva línea postal quedase inaugurada entre La Coruña y Buenos Aires. La estancia de Ulloa en Cuba no duraría mucho tiempo y muy pronto tendría la oportunidad de desempeñar nuevamente responsabilidades de gobierno. Tras la Guerra de los Siete Años, y como compensación a las pérdidas sufridas por sus compromisos en el Pacto de Familia en la lucha contra Inglaterra, España recibió de Francia el territorio de la Luisiana. Antonio de Ulloa fue nombrado gobernador de la misma, tomando posesión del cargo el 5 de marzo de 1766, pero fue expulsado por los colonos franceses, que no aceptaron el dominio español y mucho menos la restricción del comercio a seis puertos peninsulares. Durante su mandato prohibió el comercio y la entrega de armas a los indios, pero no tuvo éxito en su reclamación de ayuda económica a la metrópoli.Entre 1776 y 1778 participó en la organización de la flota del virreinato de la Nueva España (actual México) y la creación de un astillero en Veracruz. Estuvo al mando de la última gran flota de Cádiz al nuevo continente. Alcanzó el grado de teniente general en 1779, pero su servicio activo no fue tan brillante como su carrera científica. Participó en el Gran Sitio a Gibraltar (1779) y en 1780, siendo comandante de la flota de Azores. Fracasó en la reconquista de la Florida, por lo que fue juzgado en una corte marcial que lo declaró inocente, pero le exoneró de sus responsabilidades de mando, tras lo cual fue designado director general de la Armada española, cargo que ocuparía hasta su muerte, en 1795. Su hermano Fernando fue ingeniero jefe de las obras del Canal de Castilla. De su matrimonio con la limeña Francisca Ramírez de Laredo tuvo seis hijos, de los cuales Francisco Javier también se dedicó a las armas, tomando parte en la batalla de Trafalgar y llegando a ser ministro de Marina, director general de la Armada y capitán general. ¡Qué le ha parecido este otro "currriculum vitae"

Napoleón.- ¡Me deja usted alucinando!.

Diesel.- Porque hay franceses que, como usted, no tienen la suficiente humildad de reconcoer los méritos de los demás; sobre todo si son españoles. Y eso, señor Bonaparte es falta de amor a los demás. Eso les pasa porque muchos franceses como usted se creen que son los únicos que tienen amor propio y, para que se enteren, la inmensa mayoría de españoles tenemso nuestro propio amor. ¿Sabe cómo llamo lo que hacen ustedes con la fama de los españoles ilustres que la quieren mancillar continuamente?. Lo llamo falta de amor hacia los demás.

Napoléon se queda abochonardo.

Napoleón.- Pues es cierto. Me ha dejado usted hecho unos zorros. ¿Quién le ha dicho a usted todo eso?.

Diesel.- Simple investigación histórica nada más. Bastante zorros sí que son los franceses como usted.

Napoleón.- O sea... ¿que eso es la falta de amor hacia los demás?.

Diesel.- Pues sí y no es original mío; sino sólo una versión razonada de la vida y obra de Jesucristo: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado". Y lo dijo a toda la Humanidad. ¿Se ha enterado ahora de por qué dije lo que dije y no me desdigo de lo que dije?. Pue si ya está más claro que el agua sigamos adelante.

DÉCIMA NOVENA FRASE: "Me encanta el poder. Pero lo amo como a un artista. Me encanta como el músico ama a su violín, para extraer de él sus sonidos, acordes y armonías".

Diesel.- Si ama usted el poder como a un artista sólo confirma que es usted bisexual como se da a entender en sus biografías. Si ama la música del violín sigue significando lo mismo. Y su usted extrae sonidos, acordes y armonías vuelve a confirmarlo.

Napoleón se vuelve a poner más rojo que los pimientos murcianos y se da, de golpe, dos tragos de coñac.

Diesel.- Espere. Dejemos a un lado su bixesualidad. Le voy a decir algo más importante sobre ese pensamiento. El poder nunca encanta a los hombres de sano juicio; porque el poder conlleva una responsabilidad y quien carga con dicha responsabilidad sólo puede ser un masoquista. A nadie que sea normal le puede encantar el poder. Sólo un masoquista puede decir tal cosa. En cuanto a los verdaderos artistas, hombres y mujeres, no buscan jamás ser amados o amadas por un poderoso militar porque... ¿cómo puede usted compaginar las armas con el arte?. Las armas sirven para la muerte. El arte sirve para la vida. Luego usted está totalmente equivocado o enloquecido. Da lo mismo que sea usted un aficionado al violín y extraiga sonidos, acordes y armonías, porque sus canciones sólo son para la guerra y nunca son canciones para la paz. Esa frase o pensamiento suyo es, otra vez, todo un bodrio. Pasemos al siguiente pensamiento.

VIGÉSIMA FRASE: "Los conquistadores deben ser tolerantes y proteger todas las religiones".

Diesel.- !Vaya absurdo!. ¡Es quizá el pensamiento más absurdo de todo este Día Tercero de mis Coloquios con usted!. ¿Me puede usted decir a mí cuándo un conquistador ha sido tolerante y cómo puede ser tolerante alguien que conquista a otro ser humano?. Para conquistar hay que derrotar y para derrotar no se puede ser tolerante. Me refiero tanto a las mujeres como a los pueblos. Son las mujeres y los pueblos los que tienen que conquistar a los hombres y luego éste amarlas y amarlos y no al revés. Y en cuanto a las religiones si usted es tolerante con todas es que no sabe definirse por ninguna. Supongamos que una religión es una mujer. Su a usted le gustan todas es que no tiene gusto alguno. A veces he oído decir ambas cosas; que hay hombres a los que les gustan todas las mujeres y todas las religiones. Y yo sigo manteniendo que esos hombres ni tienen clase ni saben lo que es la belleza. A mi no se me ocurriría escribir tal idiotez. En cuanto a las mujeres y las religiones hay que ser selectivo. O es de una de ellas o pasa de todas ellas. Yo, por ejemplo, soy de una sola mujer y paso de todas las religiones. ¿Comprende?. Lo que nunca escribiría es este absurdo que ha escrito usted. Me parece que he sido claro y directo y no hay lugar a dudas. ¿O tiene usted duda alguna en lo que he analizado?. ¿Usted cree que yo saldría más de un día seguido con una mujer que no me gustara?. Eso jamás. Si no me gusta saldría sólo una vez por obligación y caballerosidad pero jamás dos veces con ella. Y en cuanto a las religiones, como paso de todas ellas, pues no escribo esa idiotez. Si hubiese elegido una sola religión sería de esa religión y no de las demás. Pero resulta que soy solamente cristiano. ¿Usted cree que Jeuscristo no sabía lo que era la belleza de las mujeres?. Pues se equivoca. La belleza de las mujeres la creó Dios junto con la Naturaleza viva. Son luego, las malas costumbres y los malos hábitos, lo que hace que se produzca lo contrario. En fin, como ya lo he dejado bien claro pasemos a la siguiente cuestión.

VIGÉSIMA PRIMERA FRASE. "El gobierno debe organizar la educación de modo que pueda controlar las opiniones políticas y morales".

Diesel.- Como no creo en ninguna ideología paso absolutamente de comentar esta frase porque paso absolutamente de hablar en público de ningún gobierno mientras estos se basen en las ideologías. En privado es otro el cantar.

VIGÉSIMA SEGUNDA FRASE: "El hombre de Estado no tiene derecho a ser sentimental".

Diesel.- Debió haber bebido usted demasiado coñac cuando escribió eso. Un hombre de Estado si está carente de sentimientos es un dictador y un dictador, para mí, no es un hombre completo, luego no puede ser, por derivación lógica y razonable, un hombre de Estado. En otras palabras; los dictadores como usted no son hombres completos... y no son hombres completos por la sencilla razón de que no tienen sentimientos, con lo cual son sólo cosas nada más. Cosas que hablan, cosas que dicen, cosas que ejecutan... pero cosas que no sienten. O sea, en otras palabras, son como las piedras. Ni sienten ni padecen. Y si no sienten ni padecen es que no son personas y al no ser personas dejan ustedes de ser hombres completos y se convierten sólo en gentes. ¿Entendido, mi gran generalísimo?. La próxima vez que hable usted de jefes de Estado procure usted estar en buen estado mental y no bajo los influjos de la borrachera.

VIGÉSIMA TERCERA FRASE: "Al morir dejo dos vencedores, dos Hércules en ciernes: Rusia y Estados Unidos de América".

Diesel.- Al morir lo único que deja usted es la vida. Lo de los Hércules solo son mitos. Insisto en que al morir, por su falta de Fe cristiana, y ya está a punto de hacerlo, lo único que deja usted es la vida. Será la Historia la que designe quiénes son potencias mundiales y quiénes no lo son pero usted no puede escribir la Historia del futuro porque dependerá de muchas circunstancias que usted, al morir, dejará de conocer. Eso pasa con todos los humanos que no tienen Fe verdadera. El futuro es predecible pero sólo para quienes tienen Fe en ese futuro. ¿Cuántas veces se han equivocado los racionalistas a la hora de designar a los Hércules del futuro?. Muchísimos. Usted cree, por ejemllo, que los próximos Hércules serán Estados Unidos y Rusia, olvidando que no será llamada ésta Rusia sino Unió de Repúblicas Soviéticas Socialistas y se olvida de otras naciones como, por ejemplo, Alemania, China y Japón.

VIGÉSIMA CUARTA FRASE: "Sólo la religión consigue que los hombre soporten las desigualdades de rango, porque tienen consuelo para todo".

Diesel.- Se equivoca en la última parte de la frase. He visto a muchos religiosos y religiosas sufrir durante toda su vida, desde que nacieron hasta que murieron. Luego no son las religiones las que tienen consuelo para todo. O sea, ni son todos los que están ni están todos los que son. ¿Es cierto o no es cierto que hombres y mujeres de cualquier religión sufren toda su vida?. Aclare ya su mente de una vez por todas. Lo que consuela es la vida y no la muerte y las religiones solo hablan de la muerte como punto final de la vida; mientras Jesucristo habla de la eternidad después de la vida sin tener que pasar por la muerte. ¿Ha visto la diferencia quen hay entre su pensamiento más o menos religioso y el mío simplemente cristiano?.

VIGÉSIMA QUINTA FRASE: "En la guerra, como en política, cualquier mal, aunque no infrinja las normas, sólo es excusable cuando es absolutamente necesario: todo lo que está más allá es crimen"

Diesel.- Sólo una única frase porque tengo tiempo de irme porque mi Jefa ya me está esperando. Agárrese para no caerse, gran genralísimo. Ahí va mi frase: "Toda clase de guerra es un crimen contra la humanidad". Adiós. Me están esperando para cenar y seguir viviendo. Mañana estaré otra vez por aquí.

Napoelón no ha podido responder a ninguna de mis últimas objeciones porque está tirado en el suelo más borracho que nunca.

Diesel.- No siga bebiendo, señor Bonaparte. No la podrá olvidar jamás. Me estoy refiriendo a la más guapa de sus amantes o por lo menos a mí me parece la única guapa de verdad de todas sus amantes, María Waleska... de la cual ya hablaremos al final de nuestros Coloquios para su asombro, gran conquistador del mundo y de las mujeres. Ni tampoco podrá olvidar lo que se perdió por ser tan avaricioso. Así que mañana quiero verle bien sobrio. Hasta mañana si Dios quiere. Y piense. Piense un poco en Dios esta noche y no tanto en la Waleska; porque se va a llevar una ingrata sorpresa y el que avisa no es traidor.

Salgo de la celda dándole las gracias al carcelero y señalándole que mi presencia en Santa Helena, si no hay ninguna contraorden por parte de mi Jefa de Redacción, mañana será la última.
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