A ti,
que dividiste en mí
caminos y viejas brechas.
A ti,
que no  me dejaste hundir
en un putrefacto cieno.
 y apartaste con paciencia
las enérgica turbulencia…
 
No permitiste
que malgastara mi calma
cuando recorría ciego…
 
Me has procurado el privilegio
para llegar a la altura.
Sé que a tu lado
no caminaré a oscura…
Porque en borrascosos tiempos
no me siento indefenso…
Tú acarreas mi quebradiza nave
por un inequívoco puerto.
 
A ti
que me sacaste del barro y el vacio.
hoy quiero navegar contigo
hacia ignorados destinos…
 
Contigo he comprendido
mi ayer y mi presente.
Ya no me estremece ni espanta
el rayo más candente.
 
Tú me has dotado
de un inusitado amor.
Tu mano es valentía,
es fuerza y mi timón.
 
Ya no pretendo vagar
por  una avenida incierta.
A tu lado yo soy
una persona  completa…
 
A ti,
que has demolido mi duda
y mi temor.
A ti,
mi hombre amado, te entrego este amor…