INSOMNIO (III)
Publicado en Sep 03, 2010
Fue el mejor sexo oral que jamás le dí a nadie…labios húmedos, suaves, rosados. Pequeño cráter en erupción, expulsando la cálida y aromática lava…temblores convulsionan su cuerpo, en respuesta a los embates de mí lengua furiosa…quejidos de placer estallan desde sus entrañas, haciendo eco contra las paredes del pequeño cuarto; vuelta al origen, lo primitivo se manifiesta.
Abandonamos el baño, cruzando el salón del bar, dimos a la calle… -Vamos a un lugar mas tranquilo…la noche recién comienza-;le escuché decir mientras acomodaba su ropa interior… -Me parece perfecto, conozco el lugar preciso para nosotros-;afirmé con seguridad, en tanto buscaba las llaves del auto en el bolsillo del jeans algo gastado. -¡No!-; me dijo con firmeza…me dejó helado. -Vendrás conmigo-. Ella se sabía dueña de la situación y actuaba conforme a ello. Subimos a mí auto. Diana se instaló frente al volante y condujo. La noche estaba clara, cálida y fragante…noche de comienzos de primavera. Tomamos la carretera, pronto las luces de la ciudad fueron desapareciendo lentamente y las estrellas de la cúpula celeste se adueñaron del paisaje nocturno. -Me gustó demasiado lo que hicimos en el baño del bar…¿crees que nos haya visto alguien?-;preguntó, encendiendo un cigarrillo. -No lo sé…pero lo que si te puedo asegurar es que definitivamente nos oyeron- ;respondí sonriendo maliciosamente, mientras acariciaba la suave piel de su muslo, torneado y tibio. -¿Te diste cuenta cómo nos miraba el barman cuándo pasamos frente a la barra?- ; le pregunté, mirando los pedazos de cielo anclados en su rostro. -Sííííí….-; me contestó. -Y no pude evitar un poco de rubor al sentir cómo me miraba, literalmente…¡me quitaba la ropa con los ojos!…jajaja.-;agregó, mirandome de reojo, al tiempo que relajaba su pierna invitándome a seguir explorándola, en busca del tesoro oculto debajo de la falda. Con mís dedos separé los pétalos de su deliciosa flor…estaba latiendo, era un pequeño corazón con vida propia, y mojada. Los deslicé, introduciéndolos lentamente…resbalando, en el interior de esa delicada gruta, templo de lubricidad y placer carnal. Repentinamente detuvo el auto al borde de la carretera y, cúal leona atacando a su víctima, se me arrojó encima…era mí turno… .
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JUAN CARLOS
Muchas imágenes sugerentes casi explicitas,para describir la intensa pasión que mutuamente se han prodigado ambos pesonajes.. Me gusta como vas desarrollando el texto, directo,explicito y con mil imágenes y sensaciones... Felicitaciones y esperando una cuarta parte ...
Un abrazo..Juan Carlos..
juanfra
daih
juanfra