Conversacion con angel (Tercera parte)
Publicado en Jan 27, 2009
Conversacion con angel (Tercera parte)
Como explicar que mi vida antes de lo que le paso a mi madre no era color de rosas y sin embargo estaba tan bien. Éramos felices, teníamos problemas como todo el mundo pero ella siempre encontraba la manera de solucionarlos y seguir adelante. Era una mujer maravillosa, el mundo se podía caer delante de sus pies que sacaba una sonrisa y buscaba la manera de hacerte reír, alegrar el momento y siempre estaba allí. A veces no entiendo como llegue hasta aquí sin ella durante tantos años. Luego de su muerte fue como si el cielo se nublara delante de mis ojos, y los días se volvieron grises durante mucho tiempo y fue como si ya nada pudiera estar bien. Vivía en la casa de mi tía pero para ella lo mejor hubiera sido que yo no existiera, en su círculo de amigos y conocidos no me nombraba, no quería que la gente se enterara que yo estaba allí, cuando había visitas me mandaba a mi habitación y me prohibía salir o incluso hacer ruido alguno. Como iba a explicarle a la gente que la hija de la asesina de su hija vivía en su casa. Mi única compañía en esa casa era Lupy, ame tanto a esa gata, recuerdo que cuando estaba sola en mi habitación en silencio ella venia, se sentaba en mi falda y dejaba que la acaricie por horas y en esos momentos hacia que no me sintiera tan sola. Creo que me estoy yendo de tema estos no son los detalles importantes pero por donde retomar quizás en el detalle mas importante. Mi tía trabajaba en una de las empresas de comunicaciones más importantes del país. Había empezado como secretaria pero con los años, a medida que tomaba experiencia, conocía detalles, manejos de la misma y una importante amistad con uno de los socios dueño de la empresa, la ascendieron a directora ejecutiva de la misma, para cuando yo casi cumplía mis quince años. Si ya se lo que deben pensar y no se equivocan mas allá de todas las carencias de afecto que les pueda enumerar, tenia una vida de lujo viviendo con ella. Económicamente no me faltaba nada, la mejor escuela, mi habitación era la envidia de cualquiera el mejor televisor, el mejor equipo de música, la computadora mas cara, hasta la mejor cama de dos plazas solo para mi, un baño privado y fue por eso y por las actitudes de mi tía que jamás invite a nadie a ir allí, además ninguno de mis amigos en ese momento hubiera entendido como teniendo todo lo que tenia era como era. La mayoría de las cosas que había en mi habitación era regalos de mi tío comprados con el dinero de ella, yo jamás le había pedido nada a ella y es mas a esa edad trabajaba en una tienda que había cerca de la casa y a la que solía ir a comprar siempre desde pequeña y me había hecho amiga de la dueña. Trabajaba allí desde que salía de las escuela hasta las ocho de la noche, al llegar a la casa me daba una ducha y me encerraba en la habitación que con música y la computadora hasta la hora de la cena cuando bajaba a comer y luego volvía a mi habitación a estudiar y a dormir. Esa era mi rutina durante la semana, mis amigos solían juntarse los viernes y sábados en un bar en el centro por la noche donde siempre tocaban bandas y pasaban buena música, como mi tía no me dejaba salir a esas horas seguía el ejemplo de mi tío, me escapaba cuando se dormía y volvía antes de que despierte. Pero otra vez me estoy yendo de tema. Como les decía a mi tía la ascendieron cuando yo casi cumplía mis quince años, sin embargo no fue mucho lo que duro en ese puesto porque fue justo un año después cuando ocurrió. Era miércoles por la noche, ya casi era la hora de la cena y estaba recostada en mi cama, Lupy se había acostado encima de mí y la acariciaba cuando escucho la puerta de entrada que se cierra abruptamente, me asomo por la escalera para ver si ocurría algo como mi tío solía golpear la puerta así luego de discutir con ella pero me sorprendí al ver que esta no era esa situación pues dos hombres vestidos de policías lo apuntaban con armas y le gritaban: -¿Donde esta el dinero?, ¡vamos abre tu maldita boca y dilo! ¿Donde esta el dinero? - No se, yo no lo se, yo no lo toco, por favor baje el arma- les suplicaba casi en llanto, cuando mi tía sale de la cocina -¿Qué esta ocurriendo?- al ver a los dos hombres allí con armas se queda como dura y uno de los dos hombres le dice al otro es ella agárrala y ese mismo lo agarra a mi tío. Ya se que fue de cobarde pero que se suponía que debía hacer, tratando de no hacer ruido alguno volví a mi habitación y me encerré en el ropero durante un largo rato cuando escuche un tiro y luego otro y mis ojos empezaron a llenarse de lagrimas y el susto hacia que no pueda de parar de temblar, el ropero ya se había convertido en un rió de tantas lagrimas que habían caído cuando escucho que suben rápido por las escaleras, mi corazón comenzó a palpitar mas y mas y mientras mas cerca los escuchaba mas fuerte y rápido latía y un minuto se me hizo eterno, el cuerpo cada vez me temblaba mas y ellos ya estaban allí y el corazón parecía que se me quería escapar del cuerpo y sin querer golpeo algo en el ropero, hace ruido y lo escuchan, empiezan a revisarlo todo cuando se acercan al ropero y abren lentamente la puerta, estaba tan aterrada que ni siquiera recuerdo si respiraba, por suerte abrieron la otra puerta y Lupy salto de allí directamente a la cara de uno de ellos, el grito ¡maldito gato! Y la arrojo contra el suelo con fuerza y dijo -Era solo un maldito gato, agarra cualquier porquería que valga y vayámonos de aquí.-el cerro la puerta del ropero - Espera- le contesta el otro- ¿no te parece extraña esta habitación? ¿No crees que otra persona viva aquí? - Tonterías, debe ser la habitación de la muertita, sabes que son solo esos dos y no vive nadie más aquí. Jamás había agradecido tanto no existir para ella, creo que habré estado encerrada en ese ropero durante 6 horas o más cuando por fin junte valor y salí muy silenciosamente de allí, baje las escaleras con cuidado y cuando mira el comedor solo me quede helada en shock no se durante cuanto tiempo, estaban los dos atados en las sillas el tenia un agujero justo en su cien había sangre por todos lados y ella solo recordar esa imagen hace que me sienta tan mal, a ella le pusieron el arma en su boca no tengo palabras para describir como se sintió ver eso nunca pude borrar esa imagen de mi cabeza, levante el teléfono no se como y cuando reaccione la policía ya estaba allí. Como aun era menor de edad me mandaron a un hogar sustituto hasta cumplir mi mayoría de edad. No se habían llevado nada realmente importante solo algo de plata, pues no había mucho en la casa ya que ella tenía todo en los bancos, sus joyas pero comparado con lo que había en los bancos eran solo monedas y alguna que otra tontería como las computadoras portátiles, celulares, en fin nada que valiera la pena en comparación a lo que me quedo a mi como única heredera y a lo cual tuve acceso al llegar a la mayoría de edad, todo lo que tenia en los bancos, dos casas, los autos. Fue dos semanas después de aquel terrible hecho que la vi, estaba recostada de costado en la habitación que compartía con tres chicas más en aquel hogar cuando la escucho entre susurros… Porque llora una niña si no es por heridas, pero no huyas, ni temas son solo heridas ligeras muy pocas llegan a ser grandes penas. Y si tienes una pena no la escondas en tu pecho hazla liviana gritándola al viento. Y veo ese rostro tan bonito rodeado de luz. Lilian Yamila Bianco
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Carlo Trejo
Leucrota Dexturyce