Y entonces regalé colores... (Diario)
Publicado en Sep 09, 2010
Para salir definitivamente de aquel laberinto cretense en donde los cretinos de siempre me habían querido introducir... era necesario no echarse para atrás sino salir hacia a adelante. Así que tiré a la papelera de los desperdicios mis dos relojes equívocos. ¿Para qué quería yo saber las horas de mis dolores y los minutos de mis decepciones si sólo estaba interesado en los eternos segundos de mi felicidad?. Después me desencadené de la cadena de las falsas creencias que eran simbologías solamente y nada más que simbologías nada más y, para olvidarlas, la arrojé a un alcantarillado junto a la Plaza Mayor de Madrid, entregué mis rotos lentes en el Arco de Cuchilleros para ver con mayor lucidez mental y, por último, me dediqué, para olvidarlo todo definitivamente y saber quién era yo de verdad y quiénes eran los envidiosos, a ir regalando todos los colores de mi Fantasía a los niños y niñas más pobres de la humilde barriada, repartiendo mis rotuladores de la marca Carioca.
Y con la ayuda de Dios seguí soñando en grande...
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