El año que descubrí a Belmont (Diario)
Publicado en Sep 10, 2010
Yo ya sabía de la existencia de Juan Belmonte, uno de los toreros más grandes de la Tauromaquia a nivel mundial; pero no tenía ni idea de que existiera Belmont. Fue sólo cuando me atreví a cruzar el "charco" (entiéndase Océano Atlántico) que me ecnontré con él. Vestido de azul y blanco, sin más adorno especial, a Belmont le conocí en el año 1994 después de Jesucristo, aunque ya antes había tenido algunas referencias de él allá por 1986 antes de Jesucristo aproximadamente. Así fue cómo me hice amigo de él para no aburrirme en los días pesados. Conocer a Belmont fue un placer inolvidable. Pasamos doce o trece años interesantes Belmont y yo. Mientras él escuchaba mis historias, se encendía de entusiasmo. Y es que Belmoont era mi confidente favorito. Cuando, a veces, Belmont se agotaba de tantas historia que yo le narraba, se tomaba un breve descanso y, en su lugar, venía Montana... y cuando Montana también se agotaba siempre había algún Leader que venía a acompañarme en mis charlas, para combatir la abulia y el peligro de alguna que otra bruja casera. El caso era pasar el tiempo con los viejos guardas callejeros que me contaban historias de boxeadores ya retirados y a quienes entretenía contando chistes que me ideaba sobre la marcha, no fuera que se durmieran y llegasen los cacos "bonifacios" para desalojarnos todo lo que teníamos guardado en casa. Nunca me olvidaré de mi querido amigo Belmont.
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