Los nios nos escuchan....
Publicado en Sep 10, 2010
Las veía pasar, camino a la escuela, casi todas las mañanas. La joven mamá y su niñita, con delantal de jardín de infantes, graciosa y parlanchina, anticipaba la alegría del encuentro con sus iguales, mientras yo salía a buscar mi transporte y Natalio, que barría la vereda, como presentando armas, detenía el escobillón, para darnos paso.
La primavera llegó con sorpresas, la mamá, despojada de los abrigos del invierno, dejó ver su incipiente y encantadora preñez. Por cuestiones de trabajo, cambié durante un tiempo mi rutina y al no coincidir los horarios, dejé de verlas. Un día, la familia, aumentada, las encontré en el supermercado. La mamá saludó y me acerqué para conocer al bebé. Robusto y saludable, Tiziano, dormía en su coche, beatíficamente. Juliana, no era la misma nena, chispeante y habladora que solía encontrar. Rehuyó mi cariñoso acercamiento y fue a esconderse, huraña, detrás de la mamá. Meses después, una tarde, el estridente sonido de la sirena de un servicio de emergencias, me distrajo de mis ocupaciones. El portero de mi edificio, al día siguiente, comentaba con un grupo de gente, sobre el hecho luctuoso, ocurrido en un departamento de la zona. No me detuve, el tiempo, me urgía. Al volver de mis ocupaciones, no pude evitarlo. Natalio me lo dijo de un tirón y sin anestesia. – Algo terrible ocurrió ayer. Una nena de seis años, la que pasa todos los días con su mamá para ir a la escuela, la que tenía un hermanito……Lo arrojó desde el balcón de un séptimo piso, en donde viven. Es en el edificio Brasca, a dos cuadras de aquí. Días después, de labios de la atribulada mamá, pude conocer los detalles. - Juliana, antes de nacer Tiziano, cambió conductas y humor. Es común que ocurra, me dijo la sicóloga, de la nena, manejada con tacto, esa situación revertirá, comenzará a aceptarlo y a compartir todo con su hermanito. Es sólo cuestión de tiempo. Soy culpable de esta tragedia. Estuve muy nerviosa, por mi situación personal, estoy separada y hago trabajos de gestoría en casa, para no dejar con extraños a…. mis hijos. El nene lloraba con frecuencia y me desconcentraba de mis tareas. Vendrían a retirar unos legajos y tenía que hacer algunas correcciones. Tiziano, lloraba y lloraba, lo cambié, le di de comer pero al dejarlo en la cuna, volvió a gritar. Sin pensar en las consecuencias, fuera de mi, exclamé: “En cualquier momento, lo arrojo por el balcón.” Al fin se durmió, Juliana, dibujaba en la mesa de la cocina. Fui a terminar mi trabajo. Escuché, que abría la puerta corrediza del balcón, - No salgas querida, está fresco, dije automáticamente y seguí con lo mío. Oí que obediente, la nena, cerraba la puerta y sonreí al escucharla cantar, como hace tiempo no lo hacía. Firmé y sellé la última hoja, cuando sonó el timbre. Pensé, que la vida podía, a pesar de todo, ofrecerme nuevas oportunidades y feliz, salí a entregar el legajo recién terminado. No era quien yo imaginaba. El encargado del edificio, uniformados, vecinos se agolpaban en la puerta con miradas acusadoras. Como a través de una bruma, escuché algo sobre mi hijito. Corrí hasta la cuna…..vacía. Juliana, ajena a lo que ocurría, dibujaba en la cocina tarareando una canción infantil.
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haydee
Saludos
haydee
haydée
JUAN CARLOS
Cariños...Juan Carlos..
arturo