Wiisje literair von winf (Una invitacin a la literatura)
Publicado en Sep 10, 2010
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Dios te elige como caballero cuando has vivido el sonido de las cigarras del atardecer; cuando has levantado la vista y has observado sólo el rastro solitario de tu sombra alargándose por el camino; cuando la montaña se te ha empinado tanto que sólo tienes deseos de beber; cuando la frustración te ha hecho preguntarte más de una vez ¿para qué sirven tantas horas blancas y vacías?. Y ese vacío te ha llenado de ideas y de inquietudes en forma de sentimientos que se te han escapado de las manos. Es a través de tu caminar entre los grandes sauces tristes. Allí, desde donde la montaña has divisado a los ciudadanos, pequeños como hormigas lejanas, mientras te calientas bajo las nubes blancas.

Eres un huésped de la soledad que se ha quedado dormido siempre ceñido junto a la niebla de las primaveras y la lluvia antigua te ha mojado entre los pinos. Miras al cielo buscando a los pájaros regresar; te vuelves a montar tu equipaje a la espalda y bajas a la llanura de los días preguntándote ¿dónde estará la frontera?. Pero la frontera no existe y los pájaros no dejan de seguir estando a tu lado señalándote vías secundarias, perdidas entre los espinos de las rosas... y te vas haciendo un hombre tranquilo que se dirige a sí mismo una vez que consigues escribir poemas para regresar a casa.

Pasan los carruajes del tiempo y alguien te observa. Quizás tengas la suerte de que uno de ellos detenga su veloz carrera y te insistan en que puedes subir. Quizás tengas la suerte de que en aquel carruaje esté viajando tu compañera de toda la vida. Y entonces agradeces a Dios ese su mirarte en silencio... silenciosa.... pasando pr ti como una sombra reverdecida a través de sus sonrisas. Y le cuentas a ella el porqué de tus caminatas. Entra en ese carruaje que es el milagro cuando ella te acaricia el rostro y toda su figura silencisa palpita con un temblor de su corazón.

Anidan las grullas y las flores se van cubriendo de polvo mientras algunos gorriones bajan a beber de las fuentes y tú sigues viviendo. Te dan deseos de invitarla a ir a la ciudad a observar el sol mientras, con tus párpados casi cerrados pero siempre listos para visualizar lo necesario, la observas y no le dices nada... pero te atreves a tomarla de la mano, a bajarla del carruaje y a regalarle poemas con flores... hasta que ella te dice que sí. Y entonces te das cuenta del porqué de tanto camino sediento. Ahora ya puedes beber de la fuente de sus labios esa agua fresca que tanto te llena de humedad el alma.
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Miembro desde: Jun 29, 2009
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Descripción

Una invitacin a la literaratura.

Palabras Clave: Literatura Prosa Lrica Crsitianismo.

Categoría: Conocimiento

Subcategoría: Resmenes



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