Desarma la colina la mirada; encierra el mundo que está por arriba; no es el reflejo de aquí abajo, pero contiene el material necesario para elevarse. Ahora que el aire es sopor y encanto me sumerjo al abismo cruel de la infancia; ¿psicoanálisis? Todo tiene sus ventajas y sus rupturas; toda estrella envía su luz con el trascorrer del tiempo y sin embargo su brillo no muere.
Hoy derrito la mirada para fundirme en la oscuridad, ahí donde todo es nada, donde las palabras resuenan en un eco bullicioso, y la madera tiembla y suena a tambor húmedo.
Será que la vida trascurre mientras miramos hacia el costado, y cuando volvemos la cara, sol oquedan vestigios de lo que fue; eterna realidad que desaparece y aparece en un abrir y cerrar de ojos; entonces, los oídos son los únicos testigos fieles de un mundo que se apaga y sin embargo grita porque está vivo... es la conciencia de la tierra la que nos necesita y nos vuelve para trascender el logro de la vida, para ser dentro de nuestra unificación, mar y marea sin nombre, llano y horizonte unidos en la lejanía.