Un amor no correspondido
Publicado en Sep 13, 2010
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    Seguí lo que vi en ti. Creí y me sumergí en tu mirada, pero tú no me decías nada, sólo fingías que no me veías. Yo, igual que al principio, te seguía mirando fijamente sin parpadear y tus ojos me pedían ayuda, pero tú continuabas con tu sínica apariencia que no me dejaba actuar.
    Continué con la esperanza incesante de observar tus pupilas oscurecidas de soledad y arrogancia. La distancia entre tu cuerpo y el mío cada vez era tan gigante como cielo y la tierra. Sin embargo, insistí en acercarme despacio, sin detener mi vista hacia ti y sin decir nada.
    El tiempo se reducía cada vez más, mientras llegaba justo donde estabas. Seguías con tu simulación desbordante y yo con ganas de ayudarte y de perderme en tus sueños. Tan pronto, estaba frente a ti. Me mirabas con profundo dolor y desconfianza. No podía hacer nada, porque la expresión de tus ojos me decían, a diferencia que al principio, "vete".
    Respiré profundo para saber si aún estaba viva. Bajé la cabeza y pensé que debía apostar por lo que sentía. Él colocó su mano en mi rostro y la deslizó en mis mejillas. No dijo nada, simplemente, se alejó de mí  y se fue a otro lugar.
    Entre una multitud, lo busqué desesperadamente y sin calma. Mis manos vibraban de preocupación. Corrí por todos lados y lo busqué en cada rincón, pero no logré encontrarlo.
    Cansada y desolada me marché a casa y al amanecer comprendí que si intentaba encontrarlo, posiblemente lo hallaría. Volví al lugar y mientras accedía, lo vi sentado frente a una chimenea, tomando licor. En mi rostro se dibujó una enorme sonrisa y mis ganas de verlo frente a frente se incrementaban mucho más.
    Me acerqué y me senté. Me miró sorprendidamente, esperó escasos segundos y se fue. No hice nada para detenerlo. Lo observé hasta que se hizo inobservable. Esperé aproximadamente cinco minutos y me fui.
    Mis ganas de verlo eran increíbles, pero sus acciones me herían. No me di por vencida. A partir de ese momento, asistí todos los días al lugar y a la misma hora, pero fue en vano porque no lo vi.
    Decidí no buscarlo y deje de ir al lugar donde lo vi por primera vez. Volví con mi rutina y como de costumbre, fui al parque a ver a los niños jugar. Allí, en el suelo estaba sentado de una forma muy particular y con la mirada perdida cómo sino supiera qué hacer. Me acerqué por última vez y me senté junto a él. "Quiero confiar en ti  y vivir junto a ti por siempre", dije, con mis manos abrazadas junto a las de él, quien me miró por varios minutos sin decirme nada. Yo esperaba su respuesta y de pronto, soltó mis manos y a través de señales comunicó: "Mi corazón ya no puede amar, está destruido y sin fuerzas. Déjame perderme en el viento con mi soledad. Vete y no vuelvas más". Las lágrimas recorrían mi cara y un nudo se presentó en mi garganta, impidiéndome hablar.
   Tomé su mano derecha y la coloqué en mi pecho por varios segundos. Con señales le di a entender: "Mi corazón se acelera cuando a tu lado estoy y lo que siento por ti, es amor". Me levanté y me fui, dejándolo sólo y complaciéndolo con lo que me pidió. No lo volví a ver. A pesar de todo, entendí que el corazón no se obliga y menos cuando no puede o no se deja amar.         
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Foto del autor Leximar Hernández
Textos Publicados: 7
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4 Comentarios 685 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Palabras Clave: Amor

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Pensamientos


Creditos: Leximar Hernández


Comentarios (4)add comment
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Enrique Dintrans A:

Leximar:
Hermosa historia en que logras expresar el carácter libre y misterioso del amor. Es triste, realmente triste, pero tiene una dimensión terapéutica de aceptación. Y una gran profundidad. Gracias por compartirlo.

Saludos
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July 18, 2013
 

Leximar Hernndez

Me alegra mucho que te haya gustado, Enrique.
Responder
July 18, 2013

Richard Albacete

Hola Leximar: No logro comprender todavía por qué no eres más comentada...Debe ser por que no has interactuado todavía con otros, pues esta página posee esa dinámica. Tu pensamiento resulta un hermoso relato amoroso, cargado con expresiones de sinceridad y, sobre todo, muy realista. Te dejo mis felicitaciones y un gran abrazo. Richard.
Responder
April 12, 2013
 

Leximar Hernndez

Gracias por tus palabras, Richard. Este texto tiene tres años publicado. Yo duré mucho tiempo en volver a esta red literaria. Me dediqué en formarme como periodista y no me daba tiempo para escribir. No te preocupes. Pronto escribiré nuevos textos, que te gustarán a ti y a muchos más.
Nuevamente, gracias. Un abrazo. ;)
Responder
April 13, 2013

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