Era época de los 12 años quizás. Puede que fuesen 11 o quizás fuesen 13 pero digamos que era época de los 12 años más o menos. Es igual. La edad es siempre relativa. Fue un veraneo largo en la casa de Pedro el Olivos de Valverde de Júcar. Yo, por las mañanas, la saludaba y me entretenìa en jugar con ella; después me iba a seguir con mis aventuras, diversas aventuras basadas en realidades y en recuerdos. A la hora de comer ella siempre esaba allí, a mi lado, y comía todo lo que yo le regalaba a manos llenas. Agradecida se quedaba esperándome todo el atardecer, con melancolía, aguardando mi regreso. Yo seguía con mis aventuras basadas en realidades y recuerdos. Y cuando las estrellas lucían ya en el cielo llegaba a la casa y ella, que nadie había conseguido hacerla entrar, se levantaba del suelo, siempre fiel, se contoneaba de puro contenta que se ponía, y pasábamos largos minutos jugando hasta que por fin los dos nos metíamos en la casa. Ella se iba a su rincón a dormitar pensando en el día siguiente y yo dormía siempre con el gato subido en mi cama dándome calor en los pies.
Un mal día a Estrella la pusieron una pesada piedra en el cuello y la tiraron al Embalse de Buendía. Me dieron ganas de llorar por ella pero me aguanté el llanto... aunque jamás olvidaré a Estrella porque sé que, posiblemente, esté allí, debajo del agua, convertida en estrella de mar mientras yo sigo observando las estrellas del cielo.