Mi regreso
Publicado en Jun 11, 2009
...Y un día volví a mi hogar, en Pringles. La puerta derramó algunas lágrimas, casi como yo. Más adentro gritaba el silencio. El abandono con su aroma, inconfundible, su presencia demostraba. Mi sacrificio, huérfano, en un rincón sentado estaba. Me abrazó, meneó la cabeza, mordió su labio inferior con los dientes y junto a mi caminó la tristeza. La risa estridente de mis hijos, corría de aquí hacia allá, como un ratoncito, Chi lo sa. La soledad rasguñaba las paredes, golpeaba su cabeza en los vidrios, ya no aguantaba más. En mi habitación, el rechinar del amor mi nombre pronunciaba; mis viejos sillones de mimbre ni siquiera a los ojos me miraban. El polvo mi rostro soplaba, mis recuerdos entre sí al oído se hablaban. El césped convertido en pasto mis pies acariciaba, trataba de detenerme, mas yo no lo dejaba. De repente, dí un giro y me alejé de mi casa. Todos amarrados me gritaban: - ¡ No nos dejeeees! ¡ Vuelveeee! ¡ Te amamos tantoooo! - Y yo nuevamente, Los ignoraba, los traicionaba, los abandonaba...
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ana reyes