Sentimientos bajo la lluvia. (Reflexiones)
Publicado en Sep 22, 2010
Está lloviendo en Murcia. Sé que me estoy mojando lo mismo que sé que tú me estás odiando por seguir la Verdad del Camino de Jesucristo. No me importa. Un sabio llamado Rafael Montesinos ha escrito sobre el odio: "Acepto que sientas odio, pero no que actúes con él... acepto que ames, aplaudo que actúes siempre con él". Sé que me estoy mojando pero también sé que nunca supe lo que era odiar ni tampoco lo sé ahora ni lo sabré en el futuro. ¿Odiar?. ¿Qué significa la palabra odiar cuando en mi diccionario no existe tal palabra?. Puede que tú goces con la palabra odiar... ya lo sé... y también sé que me estoy mojando... pero tengo el sentimiento tan dentro del alma que jamás ni la lluvia ni tu odio corrompen mi forma de ser. Se puede llorar de tristeza o se puede llorar de dolor. Quienes aman lloran de tristeza. Quienes odian lloran de dolor. Esa es la diferencia.
Llueve en Murcia cuando las calles se llenan de personas que caminan, cada una de ellas, en pos de alguna meta. Existen metas en la vida... pero jamás el odio fue una meta para mí. Aquí te expongo toda una serie larga de frases que algunos y algunas, en algún momento de sus vidas, escribieron sobre el odio: El odio es la cólera de los débiles. Odiar a alguien es otorgarle demasiada importancia. El Odio es un borracho al fondo de una taberna, que constantemente renueva su sed con la bebida. El que domina su cólera domina a su peor enemigo. Cuando nuestro odio es demasiado profundo, nos coloca por debajo de aquellos a quienes odiamos. El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro. No se odia mientras se menosprecia. No se odia más que al igual o al superior. No honres con tu odio a quien no podrías honrar con tu amor. El odio es la venganza de un cobarde intimidado. El odio del contrario es el amor del semejante: el amor de esto es el odio de aquello. Así, pues, en sustancia, es una cosa misma odio y amor. Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros. Más se unen los hombres para compartir un mismo odio que un mismo amor. Le he amado demasiado para no odiarle. Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia nada construyen, porque sus simientes son de odio. Pasión más viva que la amistad es el odio. No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores. Nada que un hombre haga lo envilece más que el permitirse caer tan bajo como para odiar a alguien. Odiar es un despilfarro de corazón, y el corazón es nuestro mayor tesoro. El odio es una tendencia a aprovechar todas las ocasiones para perjudicar a los demás. Ira de hermanos, ira de diablos. El odio no disminuye con el odio. El odio disminuye con el amor. La indiferencia engendra odio. Cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga. Reflexiones bajo la lluvia. Sé que me estoy mojando y que tú me odias por seguir la Verdad del Camino de Jesucristo. Se me ocurra a mi, en este momento, una frase sobre el odio. Te la voy a decir sin ninguna clase de vergüenza o complejo alguno. "Cuando odias estás perdiendo la verdadera vida". Se me acaba de ocurrir pensando en ti, a quien a pesar de todo ni odié nunca, ni odio ahora, ni odiaré jamás. Yo no deseo perder ninguna porción de la verdadera vida odiando... aunque sé que me estoy mojando... La lluvia cae siempre del cielo. Es algo que, si te detienes a pensar, tiene mucho que ver con la vida. Por eso levanto mi vista al cielo y veo la lluvia caer mojándome la frente. Vuelvo a reflexionar sobre el odio e invento un nuevo sentimiento: "Jamás el odio triunfa mientras haya un solo hombre o una sola mujer que sepa lo que es amar". El mundo entero se puede salvar si un sólo hombre o una sola mujer, o ambos al mismo tiempo, no saben lo que es odiar. Llueve en Murcia y sé que me estoy mojando como sé muy bien que me estás odiando por seguir la Verdad del Camino de Jesucrito pero, como ya he dicho an alguna ocasión, el que sigue el Camino de Jesucristo jamás se pierde, el que siente la Verdad de Jesucristo jamás se equivoca y el que vive la Vida de Jesucristo jamás muere. Otros sabios dijeron sobre el odio: Te odio porque deseo abrazarte, te odio porque quiero soñarte, te odio porque necesito besarte, te odio porque añoro tocarte, te odio porque ya no espero encontrarte después de amarte... El odio nace del querer demasiado a alguien. El día que odies a una persona tienes que pensar si de verdad te merece la pena. El odio muchas veces es el pan de cada día que nos ayuda a no hundirnos en la decadencia. Si haces que todos te odien estarás preparado para la vida sin esperar nada de los demás. Si lo que buscas es un rollo de una noche, aquí la encontrarás; sino, también. Eres la persona que más quiero en el mundo... y sin embargo te odio. Te aviso de que cada vez que tropieces mi odio estará detrás de ti recordánndote que nunca debiste jugar conmigo. El odio no es más que una forma de expresar temor. No te odio por lo que eres eres sino por cómo me tratas. El odio es un sentimiento bajo de rencor y repulsión a lo extraño, a lo que no nos gusta, a lo que puede agredirnos en una situación de indefensión. Está lloviendo en Murcia y sé que me estoy mojando, pero no me asusta ni me da miedo alguno tanta palabrería escrita a favor del odio. Y pienso: "Quienes escriben a favor del odio es porque nadie nunca jamás los amó de verdad". Sentimientos bajo la lluvia. Escribo un último pensamiento en el teclado de mi corazón: "Un corazón que jamás odia es un verdadero corazón". Adiós. Mañana puede que deje de llover en Murcia y entonces dejaré de mojarme y seguiré mi camino hacia mi Destino sin volver la cabeza atrás para ver cómo me odias por seguir la Verdad del Camino de Jesucristo. Adiós. Que, a pesar de todo, seas feliz.
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