Yo no busco nada... (Poesía)
Publicado en Sep 22, 2010
Yo ya no busco nada...
pues tengo la vida amada como vuelo de gorrión. Vuelo en un avión en la oscura madrugada. Quizás quieras llevar razón más lo mío sólo es un corazón que nunca se emborracha para olvidar la mala racha en las botellas de ron. Más allá de mis poemas sólo exite lo que quemas en alguna ocasión. Pero lo mío es olvido sin caer en la estación. No importa si es invierno o si el otoño ha llegado. No busco jamás un infierno para lograr lo soñado bajo la luz de un farol. Debajo de este sol que alumbra a mis canciones no son las bajas pasiones prisiones por conocer. Yo siempre tendré que ser el que mira las cometas de los niños en las fiestas y algún que otro querer. Y me refiero a princesas que dejaron sobre las mesas corazones con silencio. Ese es solo el precio que puse a sus promesas. Un poco de fiel aprecio y un marcharme con las manos vacías pero repletas de palabras recompuestas entre versos solo humanos. Algo de Dios entre rimas pero no canto en tarimas como el célebre cantautor. Yo sólo soy un autor de canciones de marismas, campos sedientos de ser, algo más que un parecer como hacen los que aspiran a ver cómo sus versos riman para al pueblo enloquecer. Lo mío es sólo viaje sin llevar nunca el traje de la traición como vida. Que todo aquel que envida a los juegos amorosos terminan siempre morosos en la proxima versión. No importa si es invierno o ya el otoño llegó. Nunca le canto al infierno sino al Dios que me creó. En las esquinas oscuras me he cruzado con los curas echando la bendición. Pero no tengo yo las premuras del pintor que se ensalzó con acuarelas oscuras buscando la ovación y el aplauso de las gentes. Yo soy de los ponientes del altamares silenciosos que pinto con ingredientes sin tener que ser preciosos los versos que voy desgranando mientras me voy alejando hacia otro lugar más allá. Más allá de la mentira existe un Dios que me mira. Quizás la razón no exista en esto de la conquista de ser poeta del pueblo... pero sigo siendo artista que cada día renuevo la búsqueda infinita de cantar siempre algo nuevo. Yo nada busco en las flores más que aspirar sus olores para vivir con pasión el verso de mis amores para un sólo corazón. Mediodía en la estación. Un vendedor ambulante pasa de mí adelante con su inmunda mercancía. Prefiero coger el tranvía y alejarme cuanto antes. No. No busco nada en los estantes de las bibliotecas ambulantes. Yo soy de los que aman solo unos instantes la luz de este claro día. Y al llegar la noche nueva mi poesía renueva una canción para ti. Yo soy solamente un sí y ese sí ya lo he dado a quien ama junto a mi lado el calor del frenesí. Y desbocado y sediento yo soy como es el viento: un ligero pasar en silencio que nunca le pone precio a un placer del momento. No me interesa el vestigio donde se pierde el prestigio por querer ser más despierto. Duermo con mi dulce sueño del cual sólo soy dueño que canta con tierno acento. No siento, y lo siento, otra poesía distinta; que lo mío nunca es tinta que de mano en mano mancha. Lo mío es la pura y ancha llanura de este desierto donde vivo en las dunas de tu verbo, y presiento cómo transformas las lunas para ser mi pensamiento. No busco ningún asiento en las academias del arte porque solo soy una parte de tu sueño y de mi acento. Por eso yo, como el viento, paso ligero adelante y voy dejando mis voces para que tú solo goces pues no busco más movimiento de cuerpo extraño en mi alma. Yo sólo soy esa calma que a las horas desconcierto y las convierto en olas para ofrecerte el concierto de mis felices auroras nacidas en este intento de ser siempre ese aliento que te acompoña en las horas del dulce y fiel sentimiento.
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