POSTALES OSCURAS DESDE CHOPIN.
Publicado en Sep 23, 2010
Embriagado por la música de Chopin me quede como paralizado en el sillón, mi ojos miraban extasiado el vibrar de las lágrimas de la araña que colgaba del techo pintado de un azul que semejaba el cielo, mientras cada nota, cada arpegio, cada acorde era un estímulo para mi ensoñación y una onda sonora que hacia tremolar silenciosamente aquellas lágrimas de luz. Me volví un niño de nuevo, corrí por los verdes campos del Parque Lazienki mientras la helada brisa congelaba mi piel. Vi a mi madre con su vestido azul dominguero, la sonrisa nerviosa que llevaba en sus labios para hacerme la despedida menos tétrica y dolorosa, el ruido de las botas, los ladridos furiosos, los silbidos violentos e impetuosos de las balas, los gritos y los llantos... todos los sonidos del terror volvieron a mí... las notas de los vetustos y torturados violines en Treblinka... cayo una lágrima del techo llenando de pequeños cristales el salón, el Estudio en do menor, Op. 10 n° 12 dejó de sonar, más no mi recuerdo, mi apesadumbrada evocación. Abrí los ojos lo más que pude tratando de desaparecer los tristes momentos... los oscuros sonidos invocados, pero mis ojos eran charcos, y cayeron otras lágrimas trémulas al compás de la melancólica música de Chopin que ahora brotaba de mi lastimado corazón, de las heridas aún abiertas de mi memoria.
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gabriel falconi
muy bueno
Felix Antonio Esteves Fuenmayor
Gracias por comentar y por recordarme la maravillosa música hecha en nuestro suelo suramericano.
Abrazos
Félix
daih
Una vez mas conmovida por tu texto Felix. Felicidades.
Daniel Florentino Lpez
Las obras musicales a veces terminan testimoniando
situaciones impensadas
Felicitaciones!
Un abrazo
Daniel
Felix Antonio Esteves Fuenmayor
Un Fuerte Abrazo
Félix
MAVAL
Somos lo que hemos vivido , ni más ni menos y la memoria nuca nos suelta ,cuanto más aquella asociada a lo que en plenitud forma parte de nuestra vida y en el hoy representa parte de la forma de ser de nuestro caracter...
Aprendimos llorando por desgracia , más que a veces de los momentos dulces...
Pero en ese reencontrar de la historia sabemos que somos auténticos , pues llevamos en nuestro ser las miradas de quienes más amamos que de seguro nos abrieron mas de una ventana para comprender el mundo que nos correspondía vivir...
Un abrazo cálido!