Andan mis silencios por ahí
con una poesía colgada del cuello,
una hoja en blanco como rostro,
y un lápiz gastado embolsillando letras de luz y sombras
que se alimentan del parpadeo inocente de los ojos.
Andan y créeme que volveré a escribir tu nombre
lo deletrearé despacio, me tomaré el tiempo para cada letra,
tan despacio que hasta el mismo sol
mirará debajo de los renglones
dudando del próximo amanecer, despacio,
asi como despellejan las letras a los cifras
que enumeran a las oraciones, despacio ,
asi como la casita dibujada a rayas encimadas
colgará del árbol pomposo las definiciones psicológicas
de un trauma olvidado.
Andan mis silencios y en medio de la soledad de los pensamientos,
en la sinceridad del ángulo más recto,
allá en la parte de la página donde sólo sirve para escribir la fecha,
allá estará con el piececito inquieto, ansiosa,
las ganas enormes de volver,
después que la poesía hable por mí,
que le dé espacios a aquello que ni siquiera tiene piel
aquello que se pinta en sangre como se pinta en besos,
aquello que como último recurso acude al llanto,
aquello que hasta produce náuseas para expresarse,
aquello que me imagino como un humito blanco,
aquello que sabe de la luna por que en su universo tiene una,
aquello... tal vez el alma.