Hoy me he despertado como con el cerebro hervido. Ando así, pesadamente, dando pasitos en bamboleo. No sé si estoy mononeuronal o ya llegué al estado aneuronal, lo cierto es que mis pensamientos trastabillan y mi estabilidad emocional se vá de lado. Pero siempre voy mirando el norte y tratando de guiarme entre mínimos delirios. Hay claros abiertos a mis pies que se inventan para ayudarme. Aún el sorgo extiende su mano y me sostiene. Estos apagones se me dan de cuando en cuando, pero siempre consigo una víbora y la agarro del cascabel y ella me lleva a mi madriguera con cama. Por lo general, cuando estoy así, parezco un bípedo dando tumbos en una cristalería y prefiero emanar hacia un solarium en mis bostezos y dormir el sueño de los que cantan, hasta que otro día me levante y vuelva a ser epitelial....jajaja