¿Qué no te llevaste de mí?
Publicado en Sep 26, 2010
Tomaste lo más pueril, todo lo superficial reemplazable.
Dejaste atrás el amor que te profesaba, lo echaste al cesto de la basura. Lo he recatado y guardaré preciado en mi cajón de los recuerdos. Olvidaste llevarte la memoria de aquellos momentos que compartimos juntos. Las interminables horas que se convertían en infinito. Mis fantasías incumplidas, los besos no dados. Dejaste también la esperanza de recibir mi legada cuando partiera. Todo te pertenecía y lo despreciaste por un falso orgullo inculcado. Todo el tiempo por vivir, los decubrires gratos que no llegaron. Te llevaste todo aquello que no valía más que el esfuerzo de adquirirlo en el comercio de la esquina. No pudiste cargar con las emociones que despertabas con tan sólo una mirada furtiva. Tampoco te llevaste las sonrisas de las noches juguetonas, fundidas en orgasmos perpetuos. Dejaste atrás los porvenires mejores, las caricias escondidas, mis sueños convertidos en pesadillas. Cargaste con estúpidas banalidades que te hicieron creer que tú solo podías. Olvidaste que dos es más que uno, aunque sólo existiera un alma. Sólo me dejaste el amargo sabor de la hiel que las mentiras y los engaños destilan. La traición al amigo que no es permitida, que jamás se olvida. Un cuarto vacío de la esencia de tu presencia, como el alma que habita en tus entrañas. Menester será rehacer lo maltrecho que me dejaste, sanar poco a poco las heridas. No escuchar tu nombre para no carcomer el sentimiento en odio convertido. Dejar que el tiempo pondere en su justo valor las acciones cometidas. No sé hacia adonde la balanza se inclinará para dar la razón. Mi vida a ti entregada por completo. Las mentiras que se hicieron parte de tu vida.
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José Luis Marrero