CANOABO: Su historia en un cuento.
Publicado en Sep 29, 2010
El visitante aparco el auto a la entrada del pueblo. Busco algunas cosas que tenía sobre el asiento, luego las arrojo dentro del morral deportivo y seguidamente bajó del automóvil, cerrando la puerta y pasándole el seguro.
Caminó unos cuantos metros, buscando información. Era la primera vez que visitaba, el pueblo de Canoabo. Instintivamente sacó del bolsillo de la camisa, una lista de papel, la miró por largo rato. En el orden de importancia lo primero que figuraba, se refería a conocer la historia local. Miró el cielo y luego el reloj buscando la hora, las agujas marcaban las doce y cuarenta. Era viernes y al mediodía la entrada al pueblo estaba un poco solitaria. No obstante el ambiente estaba cargado de sonidos que correteaban por las calles, a la par de una ventisca que formaba alegres remolinos que se disipaban lentamente. Sentado sobre el borde de una acera, al lado del boulevard Félix Adam, estaba un niño, como de diez años entretenido con su papagayo. Sin vacilar, camino hacia él. Guardo los lentes de sol en el koala, y luego la lista de papel en el bolsillo del pantalón. _Hola muchacho, dijo él recién llegado. _Hola, atisbó el pequeño. _ Conoces a alguien que pueda contarme la historia del pueblo. _ ¡Yo puedo! le respondió. _ ¿Tú conoces bien la historia local? _ ¡Si señor!_ Le dijo_ la aprendí en la escuela. El hombre lo miró con cierta empatía, le sonrió y luego le volvió a preguntar. _ ¿conoces a alguien como tu papa o tu abuelo, que me puedan contar la historia del pueblo? _ ¡caramba! señor ya le dije que yo puedo contarle la historia, ¡eso sí!, me tiene que comprar un helado grandote de chocolate y vainilla. Ante la insistencia del pequeño, no tuvo más remedio que aceptar. Dio tres pasos hacia él, aproximándose un poco, buscando un dialogo franco, con el pequeño, asumiendo su papel de interlocutor. _ ¡Bueno! no tengo nada que perder, así que vamos ver que me cuentas. El visitante le sonrió y se sentó a su lado. Allí sentados sobre el borde de la acera, el niño le informo que volarían con la imaginación en su papagayo mágico, y así recorrer la historia desde los primeros habitantes. El hombre se sintió ahora más interesado en la conversación y luego de hablar un rato más, le pidió explicarle por qué su papagayo era mágico. _Es mágico cuando yo le pongo esta pluma de Azulejo real, le dijo. _ ¡aja! y como encontraste esa pluma mágica _ Me la dio Mamá Azulejo, cuando defendí su nido con tres huevitos, que unos muchachos pretendían tumbar a piedras. Agradecida, se arranco una plumita y me dijo que cuando quisiera recorrer el tiempo con la imaginación que usara la plumita mágica, que ella me llevaría. _ ¡aja!_ dijo el citadino, siguiendo la conversación del chico_ Y cuando vamos a partir. _Bueno ya nos vamos_ le respondió_ súbase al ala derecha y yo voy en la izquierda. _Bueno solo resta presentarnos _dijo el hombre_ ¡yo soy Sebastián! _ ¡Y yo Juancito! mucho gusto. Se estrecharon las manos y en un abrir y cerrar de ojos ya estaban en el aire, el papagayo remontaba a través de nubes y más nubes, tirado por una cuerda de pabilo que sostenía Mamá Azulejo entre sus patas. Siguiendo las corrientes que venían del norte, subieron a lo más alto del cerro de "las Garcitas" allí aterrizaron en la cúspide de una gran piedra sembrada por la naturaleza, entre árboles y plantas de helechos. Sentados sobre la gran piedra, observaron un valle cubierto de espesa vegetación, y se imaginaron muchas chozas indígenas, destilando por el techo columnas de humo, que lentamente se disgregaban en el aire. _La historia de Canoabo se inicia en el periodo indígena. Podríamos ubicarnos fácilmente cuando Colon invadió nuestras tierras y culturas en nombre de la corona española, le dijo. Ambos observaban la profundidad del valle, y percibieron el quehacer diario de los primeros habitantes, aborígenes, que dejaron sus huellas grabando mensajes y dejando rastros de su cultura milenaria, en la superficie pétrea de grandes montículos rocosos, que pernoctaban en las grandes montañas, o sobre la superficie mohosa de grandes piedras que dormitaban por siempre en los caudales de ríos y quebradas del pueblo. Existen petroglifos en el sector la seca de Canoabito, ubicado al este de la población. A la altura del rio Capa, subiendo por la toma, también se encontraron diversos petroglifos. Igualmente existen los petroglifos en Quebra´ bonita ubicada al oeste, colindando con el cerro Santa Rosa. Los petroglifos de las Garcitas, ubicada al sur del pueblo. En las filas de la Justa encontraron restos de arcillas y alfarería, con características de arte precolombino. En el sector la Sabana de Canoabo, existieron piedras con huellas de un pie de niño, así como piedras con huecos hechos por manos indígenas, quizás su uso fue de molinos. Esto habla de una cultura aborigen que se estableció bordeando las cumbres, montañas y pie de monte del poblado. _ ¡Mira allá!, en la ladera de la montaña Con la mano le mostraba destellos de lo que fue ayer, el perfil del indio Canoabo tallado por la misma naturaleza, sobre el relieve del camino hacia las Garcitas. Tanta belleza hizo que el visitante se levantara y atrapara el aire limpio y puro que viajaba con el viento fresco y suave, que saludaba al papagayo que remontaba alegremente, moviendo la cola. _Es nuestro guardián, su esfinge es muy atrayente, lástima que la mano del hombre dio inicio a su desaparición. _ ¿y existe alguna pintura, fotografía, o algo así? _ ¡sí! Existe, a dios gracias la poetisa Irma Lara escribió el poema "Guardián desde su altura" y tomo algunas fotografías que aún perduran. _ ¡oye eso está muy bueno tendré que verlo!....... ¿Porque Canoabo y como se originó el nombre? Preguntó. _ ¡Esa respuesta! _dijo con entusiasmo_ nos la dará el Montalbanero Don Torcuato Manzo Núñez, en su libro Historia de Carabobo. Don Torcuato Manzo Núñez, recopila la tradición oral según la cual Canoabo significa "aldea al lado de agua dulce, o ciudad o pueblo situado en la profundidad de un lago". También existen los vocablos Canuavo, Canoao, Canuao, Canuabo, como palabras de origen Indígena. Hasta ahora no está bien claro a que cultura aborigen perteneció el vocablo Canoabo. El historiador Roberto Maitezan, habla del Cacique Canoabo y lo identifica con los Cumanagotos. Otros defienden la tesis de que se trata de un vocablo de origen Guaiqueri, el historiador Luis Cubillan Fonseca es partidario de esta tesis. _ ¿Sabía usted que el vocablo Canoabo también existe en otros pueblos? _ ¿cómo va hacer? ¡Caramba!... explícame eso El muchacho levanto la mano con el dedo anular al aire, así como cuando uno tiene la respuesta, y comenzó a narrar la historia, mientras compartían una barra de chocolate. La historia escrita nos relata que en la Republica Dominicana también existió una cultura indígena, cuyo Cacique al igual que el nuestro se llamaba Canoabo, alrededor de esa cultura existe una historia muy bonita y triste como la de todos los mártires aborígenes. El Cacique Canoabo, él de allá, estaba casado con la hermosa princesa Anacaona y gobernaba con ella la región del Cibao. Una tarde cansado de la masacre de los españoles e incitado por su princesa, se fue con varios hombres y envalentonado ataco por la noche el fuerte de la navidad, destruyéndolo y derrotando a los españoles. Cuando Colon regreso y descubrió aquello, supo que el culpable había sido el Cacique Canoabo, lo persiguió y luego fue atrapado cuando intento atacarlos de nuevo. Después de esto Canoabo le maldijo y le dijo que cuando muriera seria pisoteado por la gente de su pueblo. Colon acordó que no podía juzgarlo a muerte, así que decidió trasladarlo a España para ser juzgado allí. Según fray Bartolomé de las Casas, el Cacique Canoabo murió durante aquel viaje, al naufragar el barco. _ Y yo me pregunto_ dijo el chico_ ¿y si sobrevivió al naufragio?.... y las aguas lo trajeron a las costas de lo que hoy es puerto cabello y luego se internó en estos valles y fundo un pueblo aborigen quizás con la idea de regresar y reencontrarse con su princesa Anacaona. ¿Cómo la ve usted amigo? _ ¡Muchacho deja de esta soñando tanto!, e inventando romanticismo inexistentes. Que con este viaje imaginario que tenemos ya es bastante, le dijo entre risas. Aunque un poco confundido con la teoría del muchacho, quedaron de acuerdo en que existía la posibilidad dentro de la duda razonable. _Bueno ¡agárrese fuerte! que vamos a pasear un rato. Y diciendo esto alzaron nuevamente, vuelo con la imaginación. El papagayo se elevaba sobre un pueblo en formación, lentamente aterrizaron sobre el "Cerro Zamuraco". Popularmente conocido como el Cerrito, territorialmente recibe el nombre de sector "San José". Desde allí podían visualizar la iglesia y un poco más arriba la cruz del calvario. _ ¿En qué año se fundó el pueblo? pregunto Sebastián. _ ¿Adivine quién nos va dar la respuesta? Después de pensar un momento le dijo: "Don Torcuato Manzo Núñez" _ ¡aja!_asintió el niño con la cabeza_ ¡ve! ya está aprendiendo de la Historia de Canoabo. Las risas llenaron el lugar de carcajadas, que se fueron tras el canto de un cristofué que cruzó velozmente el espacio con su aleteo. Luego retomaron la conversación y le explico que Manzo Núñez dice en su libro, que Canoabo es la población más antigua del occidente del estado Carabobo, señala como fecha de fundación el 19 de marzo de 1711, cuando el presbítero Andrés Páez de Vargas, bendijo la primera iglesia construida con ayuda de los vecinos. Aunque hay mucha diferencia de criterio en relación a la fecha de fundación, la mayoría de los historiadores concuerdan en que Canoabo fue fundado en las primeras décadas del siglo XVII. -Ante tantas fechas establecidas por los diferentes historiadores, ustedes los Canoaberos, por cual fecha de fundación se rigen. _ Para nosotros la fecha de fundación es la que defendió a capa y espada Don Torcuato Manzo Núñez: el 19 de marzo de 1711. Y que muy bien refleja el historiador Caraqueño, Marco Tulio Mérida, en su libro "CANOABO: Un pueblo de Carabobo". -¿Y es de mucha significación para ustedes esa fecha? _ ¡Que si no! fíjese que es la fecha de fundación y además la fecha de celebrar las fiestas en honor a nuestro excelso patrono San José de Canoabo. El 19 de marzo es lo máximo en cuanto a celebraciones en nuestro terruño. ¡Hay que ver el gentío que llega de todos lados! _Si ya me han dicho que son unas fiestas muy buenas y que el 19 de marzo la plaza bolívar se abarrota de tanta gente que a las siete de la noche ya no cabe más un alma. _ ¡Así es mi amigo! nosotros cogemos palco bien temprano en las gradas de la iglesia. _ ¡El que se levanta temprano, agarra agua clarita! _ ¡Así es no más, tomas! .... _ja ja jaja , sonrió el citadino. _ ¡mira muchacho! ¿Y que es cierto de que aquí existió un Conde? ¡Parece misteriosa la cosa! _Ve allá _le señaló con la mano_ es la hacienda "el alto" fue en un tiempo propiedad de Martín Tovar y Blanco, el Conde de Tovar. Tomando la vía a Canoabito, se halla la Casa del Alto, allí existió un oratorio privado de la familia del Conde de Tovar. Este acontecimiento ocurrió durante el periodo cacaotero de Canoabo. Según Marco Tulio Mérida, este señor llego amasar tanto dinero que en 1771 su poder económico le permitió comprar por real cedula de Carlos III el vizcondado de Altagracia y el conferimiento de Conde de Tovar. El historiador igualmente señala en su libro que quizás nunca conoció a Canoabo, como tampoco piso la tierra de sus numerosas posesiones. _Es que la palabra Conde, conlleva a pensar en el ¡Conde Drácula! dijo Sebastián. _ja ja jaja, rieron al unísono. Con su humor y picardía partieron en vuelo multicolor, hacia el oeste. Allí se posarían entre los helechos de la cima del cerro Santa Rosa. _Veo que por aquí abundan, los sembradíos de naranja y mandarina. ¿Estos son los cultivos tradicionales del pueblo? _ ¡No mi amigo! estos cultivos son contemporáneos. Canoabo se sustentaba en sus inicios en el cultivo del cacao, luego se cultivó café, y más tarde el cultivo del ñame criollo tuvo su gran producción en los años 70, 80 y principios del noventa. Ahora es el cultivo de las cítricas quienes llevan la voz cantante. La historia de Canoabo es en parte la historia del cacao venezolano. Para 1720, se cuenta de la producción de cacao en Canoabo y de las posesiones de árboles y su producción en fanegas. Para ese entonces Canoabo pertenecía al cantón de Nirgua, cuya jurisdicción estaba formada además por: Morón, Yaracuy, Cabria, Urama, y Alpargaton. Para aquella época los grandes cacaos de Canoabo, se llamaban así a los productores que se hacían ricos con dicho cultivo, eran: Domingo de Tovar, Manuel Gómez Pinto, Cristóbal Marco de la Parra, María de la Peña, y el maestro de campo Juan Ortega. Durante este tiempo los hacendados de Canoabo también cultivaron Tabaco, el cual llegaron a negociarles a los holandeses hasta 1000 arrobas de la aromática hoja. Por otra parte, si hablamos del café las crónicas nos señalan un periodo agrícola donde los grandes hacendados del país, comenzaron a sustituir la siembra del cacao por café. Canoabo no escapa a esta realidad económica y para 1809, sus productores son de los primeros en comenzar la siembra comercial del apreciado grano aromático. Los hacendados de Canoabo habían incrementado la siembra de café, entre otras razones, por la opinión generalizada en valencia de que su rentabilidad era superior a la del cacao. Años después, en 1878, las expectativas de los agricultores se derrumbarían cuando ocurre la crisis en el rubro. Ante la caída de los precios surge una alternativa de sustitución de cultivo. Nuevamente Canoabo es uno de los primeros lugares en iniciarse la siembra del tabaco, integrándolo con el cultivo del café. _ ¡Hay un hecho resaltante que ocurrió durante esta época! _ ¿cuál? _ Y es que durante este periodo, se da la abolición de la esclavitud en Venezuela, según decreto de Monagas. Como es de esperarse en Canoabo los hacendados sufrieron cambios en el modelo de producción. Algunos esclavos pasaron a ser pisatarios y muchos de ellos, con el tiempo establecieron relaciones de negocios con sus antiguos dueños. _Hubo otro hecho de gran importancia durante las centurias del 1800. _ ¿y qué otro acontecimiento de gran importancia ocurrió enmarcado en esos cien años? _ Bueno amigo que la iglesia de Canoabo estuvo derrumbada entre los años 1820 y 1875. Avanza sigilosamente el año 1886 cuando el sacerdote español, de origen catalán, Manuel Luciano de la Villa se aboca a terminar la construcción del actual templo religioso. El esplendor y lujo de esta casa de dios, es orgullo de los canoaberos y según los periódicos de aquel tiempo dicen: "podrá competir con los que hay en los pueblos vecinos". Esta obra de gran envergadura para aquella época se realizó, además, con el apoyo del general Natividad López y los servicios del ciudadano Ministro de Instrucción Pública. El Padre de la Villa será el primer sacerdote catalán de Canoabo y uno de los más queridos por su entrega, voluntad y conducta ejemplar que le gano estimación y respeto de su feligresía y la gente del pueblo. _ En homenaje a él, la callecita al lado de la iglesia, que comunica a la cruz del calvario, lleva su nombre "paseo padre la villa" _ ¿Existe alguna calle con el nombre de un Canoabero? _ Sí, claro que sí, está la avenida General José Esteban Ojeda. Canoabo posee tres avenidas: La avenida bolívar; La avenida Carabobo; y la avenida General José Esteban Ojeda. Esta última colinda con el rio naranjo. El general José Esteban Ojeda, estuvo en las disputas y controversias del partido liberal, por allá, a principios de 1888. El y el general Hermógenes López eran los caudillos de la región. Este Canoabero de ideología e influencia Guzmancista, gozaba de bastante popularidad y prestigio en el pueblo. La revolución legalista del partido liberal desencadeno hechos y circunstancias de la cual el pueblo no estuvo ajeno. Marco Tulio Mérida (1991), señala que el 4 de enero de 1888, el periódico caraqueño LA VERDAD público un pronunciamiento a favor de la candidatura del general Joaquín crespo. Inmediatamente el 25 de enero en LA VOZ PÚBLICA se manifiestan contrariamente desde Canoabo y protestan por el pronunciamiento, "declaramos para conocimiento del público que en LA VERDAD se escriben mentiras, y que nosotros somos partidarios del honrado Guzmancista Dr. Rojas Paul". Esta fracción Guzmancista sufriría un revés al triunfar la revolución legalista de 1892, el general Joaquín Crespo tomaría Valencia y el general José Félix Mora, quien concentro su ejército con gente de Canoabo, Urama, y Alpargaton, sería nombrado presidente del Estado Carabobo durante el periodo Crespista. El hombre y el muchacho bajaron lentamente la cuesta del cerro Santa Rosa, ambos se quitaron los zapatos para sentir la tierra bajo sus pies, en pocos minutos el polvo amarillo se impregno a ellos formándoles una capa fina alrededor del tobillo. En el trayecto tuvieron un encuentro con unos lugareños que subían al cerro, con sus burros cargados de comidas y enseres. Más adelante se detuvieron en el puente del rio Capa, allí refrescaron el calor y se pusieron los zapatos. En seguida continuaron el camino, hasta entrar a la avenida General José Esteban Ojeda. En su imaginario, se vieron transitar las calles del pueblo cuando eran de tierras. _ ¡por aquí se realizaron tardes de toros coleados! Y también por la calle caramacate, lo que es ahora la calle Sucre. _Me imagino que esto era una arboleda, refugio de cientos de pájaros. _ ¡Bien que se lo imagino, señor! Además el rio de naranjo fluía silenciosamente como una serpiente de agua traslucida, donde los bagres, dures y viejos se desplazaban velozmente nadando a ras de la arena; limpia, brillante y llena de miles y miles de trocitos de sílice plateados, que como escarchas brillaban a la luz del sol y la luna. _ ¡Qué tiempos aquellos! _ Si eran tiempos de las casas de bahareque y techos de tejas. Tiempo de las grandes casonas de adobe y pisos de ladrillos. Tiempo donde los arbustos de café y cacao ornamentaban los jardines floridos. Aquellos momentos de endulzar el café recién coláo con guarapo de caña de azúcar o con el sabroso papelón. El tiempo de los arreos de burro de lento caminar. Conversando y conversando, llegaron hasta la iglesia del pueblo. La imagen de San José Bendito, lucia radiante cual estrella incólume al tiempo. Sus bendiciones esparcidas a lo largo y ancho de la región, convergían en sus pobladores que sentían el templo como la casa de todos. Allí todos eran iguales, todos eran hijos de dios. Y eso solo eso los hacía felices, cada vez que se reencontraban en un abrazo cordial y caluroso el 19 de marzo. Salieron del templo haciendo la señal de la cruz y luego se sentaron en un banco de la plaza. _Algo que usted no me ha preguntado y yo le voy a decir es sobre los extranjeros que vinieron a Canoabo. _ ¡Caray mijo! es que la historia de tu pueblo es tan rica que se me escapan algunas cosas, pero ¡cuénteme, cuénteme! que esto se pone más interesante. _Entre 1876 y 1881 llegaron inmigrantes canarios, catalanes, italianos y alemanes. Muchos de ellos se quedaron trabajando, en el agreste y rudo valle, rodeado de montaña, y aquí formaron sus familias. _Tengo entendido que Gerbasi es ¡Canoabero! _ ¡Mire! _le señaló_ allí nació el poeta Vicente Gerbasi. Una larga y ancha casona al lado de la iglesia, fue la cuna del universal Vicente Gerbasi. Por aquí caminó hacia la escuela, buscando las nociones elementales de las primeras letras. También monto en su burrito negro, que le regaló su padre. Igualmente jugó con Pluma, su entrañable amigo de infancia, cuya historia nos dejó plasmada en sus cuentos. Vicente Gerbasi, descendiente de italianos, nació en Canoabo el 2 de junio de 1913. Luego de pasar parte de su infancia en nuestro pueblo, al cumplir los 10 años, su papá; Juan Bautista Gerbasi Vita, se lo lleva una mañana de viaje a Italia. Se embarcó en puerto cabello rumbo al país ancestral. Allí se educó y luego la muerte repentina de su padre en Canoabo, en 1928, le obligó a regresar a su terruño natal. El Canoabo de Gerbasi fue aquel pueblo rodeado de montaña, de cacaotales, de cafetales, de camburales, donde viven las serpientes, donde viven leones y dantas, y animales maravillosos. _Vicente Gerbasi es dueño de una poesía que obliga a despertar nuestros sentidos y el amor por nuestra infancia. _ Así es mi amigo, es un poeta universal que nos atrapo con aquello de "venimos de la noche y hacia la noche vamos", lo he leído muchas veces y siempre me quedan ganas de volverlo a leer. Es como leer Doña Bárbara o Cien Años de Soledad, cuando se llega al final hay que comenzar a leerla de nuevo, y es un ciclo que nunca termina por que siempre se descubre algo nuevo. _Caramba muchacho de verdad que me sorprendes con tu actitud, y tus conocimientos. _Estamos para servirle mi amigo, ahora nos toca volar hacia el norte ¡agárrese duro! que vamos vientos en contra. El cometa agarro vuelo y minutos después lentamente aterrizaban sobre la fila de "Las Gallinetas", desde allí podía observarse la Represa de Canoabo, el Sector la Sabana, Cocorote, Agua Clara y las "Cumbres de Canoabo". Las cumbres de Canoabo es el mirador turístico por excelencia del pequeño valle, la aurora nos muestra desde allí un manto espeso de nubes blancas, neblina que por las tardes baja de las montañas y adormece sobre las casas dándole matices misteriosos a las noches de luna llena. El vuelo de las aves y bandadas de pericos enverdecen el cielo de los días de agosto. Desde allí los días de marzo es colirio para los ojos, el amarillo de las flores de araguaneyes viste de gala los cerros hacia al poniente, el zumbido de miles y miles de abejas atraídas por el colorido y el néctar de sus flores, acompañan el canto del Cristofué, los Azulejos, el Canario y el Gonzalito, que acampan sobre sus ramas. Sus trinos se unen en un concierto natural, que eleva el aliento de vida del monte y sus habitantes. Desde allí la represa de Canoabo se ve como una inmensa Anaconda, que lleva en su vientre cardúmenes de peces sembrados por la mano del hombre y además lleva la esencia de la vida para alimentar y mitigar la sed de los habitantes de la costa y sus pueblos aledaños. Desde allí el cielo es más azul y las tardes se ven moteadas por los pigmentos de los crepúsculos que se dibujan en el claro cielo de las montañas de cápita y escondido. Los viajeros se sentaron sobre el borde de un talud de tierra y desde allí contemplaban extasiados la bella naturaleza que adornaba el pequeño valle rodeado de tantos cuentos, mitos y leyendas. _Continuando con la historia de mi pueblo, puedo decirle que Canoabo se mantuvo a la luz de lámparas por mucho tiempo. La primera compañía eléctrica que se instalo fue una inversión entre canoaberos y valencianos. Le dieron el nombre de compañía electricidad de Canoabo y el documento fue firmado en Canoabo el 17 de febrero de 1929, por los socios Raúl Viso Sucre y Fernando Miret. _ Algunos amigos me han contado historias de muertos y aparecidos, cuando por las calles del pueblo deambulaban sombras a la luz de las lámparas de kerosene y gasolina. _ bueno.... Ja ja ja eso es cierto, pero....muchas brujas y sayonas que aparecían de cuando en cuando, hoy sabemos que fueron personas disfrazadas haciendo diabluras y travesuras en las noches oscuras; noches de cantos de grillos y ulular de lechuzas. ¡Claro...esta! También existen los misterios de aparecidos y muertos que regresan del más allá, buscando ¡quizás! Salvación para sus almas, y otros que regresan para cuidar y proteger algún familiar..... _ ¿y de un tesoro que está enterrado en la montaña de la justa? _ Cuentan los viejos, que allí existe un entierro que data de la época de la independencia. Según dicen...se descargaron siete mulas, cuya carga consistía en morocotas, joyas, y utensilios de oro y plata....pero lo enterraron con una maldición que reza "de tres uno"...es decir solo tres pueden desenterrar el oro...pero uno morirá y quedara enterrado ahí......ese es el acuerdo sino, no hay oro... _ uumh....Ese acuerdo como que no es muy bueno... ¡es mejor pájaro en mano que cien volando!.. _ ¡así es mi amigo! _ ¿y la Universidad Simón Rodríguez, como vino a parar a estas latitudes? _ ¡Bueno yo creo que la mano de dios tuvo mucho que ver! La historia contemporánea de Canoabo refleja en sus páginas, el proceso de despoblamiento que caracterizo a la Venezuela petrolera. Canoabo no escapo a este proceso de despoblamiento, el cual hizo énfasis durante los años sesenta y setenta. Muchos ya condenaban al pueblo a la soledad, al pueblo de las Casas Muertas de Miguel Otero Silva. Pero como el hombre propone y dios dispone. Envió a un insigne educador y luchador, al Doctor Félix Adam. Este poeta de la educación se enamoraría de este valle enclavado entre montañas y lucharía contra vientos, mareas y otras adversidades para crear el 8 de octubre de 1976 el núcleo Nº 7 de la universidad Simón Rodríguez. Fue como un bálsamo para resucitar de la soledad al populoso pueblo, al igual que lázaro Canoabo fue renacido de la muerte lenta por este ilustre educador, que continuo luchando a favor de la Educación Andragogica. A partir de allí los jóvenes Canoaberos, estudiantes de los pueblos circunvecinos y los educandos citadinos, han llenado sus calles con su bulliciosa alegría y el deseo de encontrar conocimientos en sus centros educativos. _Creo que sin proponérselo logro una verdadera revolución, porque trasformo un pueblo moribundo en un modelo de estudio, producción y trabajo, razonó el visitante. _Conclusión acertada_ dijo el muchacho_ es más yo agregaría que fue una verdadera revolución de amor, porque a partir de allí comenzó a desarrollarse un trabajo mancomunado en favor de la educación. El pueblo de Canoabo cuenta con todo el sistema nacional de educación, desde la educación inicial hasta la universitaria. Amén de existir los sistemas de educación para adultos, que por alguna razón u otra no pudieron continuar con sus estudios. Hoy por hoy Canoabo brilla como una luz divina, y todo gracias al pundonor de aquel, que sin ser poeta, tomo de las frescuras de sus ríos, del aire de sus montañas y del calor y la hospitalidad de su gente las energías necesarias para fundar un centro del saber en función de un pueblo. _ ¿El boulevard a la entrada del pueblo lleva su nombre, verdad? _Así es amigo, y también está la Escuela Félix Adam en Los Naranjos, el sector Félix Adam en la Castrera. Aquí lo recordamos con mucho cariño, más cuando su último deseo fue que sus cenizas reposaran en nuestro pueblo, en un mirador ubicado cerca de la Universidad. _ ¿y ya sus cenizas reposan aquí? _Por los momentos no, pero nos corresponde a las nuevas generaciones luchar por que su sueño se haga realidad. ¡Ojala! para el Tricentenario de Canoabo las autoridades competentes cumplan con lo prometido. De ser así el núcleo universitario de Canoabo, será bautizado con su nombre y su espíritu de lucha estará con nosotros por siempre. Cerraron los ojos y en un tris, ya estaban de vuelta sentados sobre la acera de la calle. _ ¡Caramba esto recorrido pasó rápido! como un vuelo de pájaro. _si, la historia es entretenida e interesante, cuando podemos imaginar los eventos en su tiempo. _Bueno muchacho yo estoy muy agradecido, así que te invito a comernos un helado de chocolate y vainilla ¡bien grandote! lo que me has contado no tiene precio y un helado es un símbolo de compartir con los amigos, lo que por herencia les corresponde. Juntos marcharon a la heladería más cercana, mientras el tiempo continuaba pasando y las páginas de la historia del pueblo continuaban llenándose con letras notables.............. CUENTO BASADO EN LOS TEXTOS DE: MARCO TULIO MERIDA: Canoabo, un pueblo de Carabobo. Ediciones del Gobierno de Carabobo. Valencia 1991. MANZO NUÑEZ, TORCUATO: Historia de Carabobo. Ediciones de la Presidencia de la República, Caracas 1981. PAGINA WEB CONCULTADAS: http://www.google.co.ve/search?q=historia+de+canoabo&hl http://es.wikipedia.org/wiki/Cacicazgos_de_La_Espa.
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Daniel Florentino Lpez
Sóllo me queda conocer Canoabo
Un abrazo
Daniel