Torrevirreina
Publicado en Oct 01, 2010
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Torrevirreina
 
 
 
 
            Desde mi altura, con esta vista privilegiada que me da la misma, me siento bonita vestida de Mudéjar. He sentido el frío helador de los inviernos, calurosos veranos o templados otoños y primaveras; espectadora de historias en cada uno de ellos.          
            Me acompañan un edificio disfrazado de Renacimiento, la plaza empedrada, dibujando una flor en el centro de cantos rodados en distintos tonos, con sus talleres y casitas alrededor;  nos  envuelven verdes aromas de campo, habitan en nuestros huecos  algunas aves con sus trinos, que rompen el silencio cuando despierta el alba, salamanquesas y otros animalillos de campo. Soy testigo mudo de la belleza de este paraje y del pequeño mundo que se crea dentro del mismo.
            Al amanecer, empieza el movimiento y si no fuera de piedra, diría que me entusiasmo. Comienzan a venir aquellos que llenaran de vida este espacio, contemplo como avanzan por el camino que les trae hasta aquí, pensándome un faro cuando alzan sus miradas hacia mí, mostrándoles la senda que han de seguir.
            Empiezo a oír voces, bullicio y risas, que llenan en el ambiente de un mágico calor y antes de que me de cuenta, están afanados en sus tareas yendo y viniendo con los materiales, los instrumentos, papeles…
El murmullo de las máquinas,  los golpes de las herramientas se convierte en música, ¡nos van a lucir  a renovar!, nos hacen  nuevas escaleras, arreglan los tejados para que la humedad no nos cale, iluminan nuestras zonas oscuras tomando un aspecto de luz y color que agrada y alegra; mobiliario nuevo, nuevas puertas, revestimientos cálidos de madera, blancas baldosas, pintura y barniz…
El huerto toma color,  crecen las matas pareciera que sin esfuerzo, esas que admiramos con satisfacción, pero allí están con sol o con lluvia cavando para plantar  semillas, hortalizas, con mimo y dedicación…
            Profesores y alumnos, lampistas, albañiles, hortelanos, pintores o carpinteros, administrativos, y aquella persona que con una sonrisa siempre está dispuesta, es nuestro cuidador, aquel que procura que no nos dañen.
            El equipo está formado y Torrevirreina está bella. Yo seguiré erguida esperando que se llene la plaza de voces y de fuerza, que con risas y sudores no se rompa la cadena. 
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Foto del autor Mar Sal
Textos Publicados: 23
Miembro desde: May 05, 2009
4 Comentarios 1020 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

LLena de vida

Palabras Clave: Disfrazado de Renacimiento

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Pensamientos



Comentarios (4)add comment
menos espacio | mas espacio

Gustavo Adolfo Vaca Narvaja

Y yo envìo las voces de este continente y.....tambièn las risas.....jaja
Hermoso relato y descripciòn Mar
Felicitaciones
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November 13, 2010
 

Mar Sal

¿Que puedo decirte? Resonaran tus risas y tus voces en el silencio de tus pensamientos.
Un fuerte abrazo
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November 14, 2010

Antonio JImenez Villa

Exelente cronica, con muy buena calidad en las descripciones, y llena de romantisismo por esos paisajes rurales, esas edificaciones antiguas que nos alejan del bullicio de la ciudad.

SALUDOS AMIGA.
Responder
October 29, 2010
 

Mar Sal

Muchas gracias por tus comentarios es un placer recibir unas letritas tuyas y saber que me lees. Un abrazo
Mar
Las fotos pertenecen a lo descrito, tanto del camino como de la finca
Responder
October 29, 2010

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