"Mi Segunda Clase de Educación Sexual."
Publicado en Oct 04, 2010
Educación Sexual Mirar a una mujer era un verdadero pecado para todos, hombres o niños, si una mujer salía a la calle con su gran barriga preñada, era un pecado, los curas en su púlpito nos lo advertían y nos mandaban al infierno. Educación sexual no teníamos, aún es extraño que se eduque sexualmente a un niño y menos a una niña. Tenía solamente 6 añitos y jugaba trompo con dos amiguitos en la plaza de mi pueblo, jugábamos a la Rayuela. Ésta consistía en un círculo de un metro de diámetro que marcábamos con el errón del trompo en la tierra, le hacíamos un hueco en el centro y allí depositábamos 2 centavos por jugador. Luego, por turnos lanzábamos el trompo a bailar, a pegarle a la moneda y, sacarlas del círculo, hasta sacarlas todas. El que más sacara monedas ganaba y tenía derecho a darle miretes a los trompos de los perdedores. (el mirete era un castigo y cosistía en darle con el errón -puntilla- del trompo al del perdedor hasta dañarlo o rajarlo) Terminamos el juego y me fuí con mi primo para mi casa, fuimos a una calle inconclusa -muerta le decíamos- a orinar. Allí vimos una cosa de caucho como una bomba de inflar -hoy le dicen globos-, nos lanzamos sobre ella y yo la cogí. Entonces me dediqué a inflarla muy contento por toda la calle real, unas personas en una esquina me gritaban la inflara más burlándose de mi y -entre ellas un hemanito mayor que me jodía mucho- yo obedecía, hasta que un señor me gritó que botara eso, que era cochino, que me lavara la boca. Cuando ingresé al ejército como voluntario a mis 16 años, supe que era UN CONDÓN lo que con alegría inflaba. EDUQUEMOS BIEN A LOS HIJOS Manizales, Octubre 7 2010
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raymundo
Verano Brisas