La larga sombra.
Publicado en Jun 14, 2009
. Nadie se dio cuenta de lo oscuro que estaba ni de que hacía falta encender las luces de la sala, ni de que en la absurda penumbra de la casi noche ella se arrancaba impía pedazos de la piel, pedazos que le dolían pero que no importaba, porque estaba tan oscuro que nadie la veía. Quizás si hubieran encendido la luz, se habrían fijado en la sangre que salía a borbotones de las heridas que se multiplicaban como si parieran en todo su cuerpo. Había empezado por la lengua... aquella masa informe e inútil, siempre dentro de la boca que sólo servía para crearle problemas... por ella comenzó, y sólo paró cuando se cercioró de que la carga parásita no la molestaría más. Era incómodo asfixiarse con la sangre. Se rompió las mejillas para que el desagradable y viscoso líquido saliera por allí; se llenó la silla, el piso, la pared, y ella seguía deseando gritar sin poder emitir sonido alguno. Nadie se daba cuenta. La sala, en la ya franca noche, era una inmensa caja negra como un ataúd, pensó, y negándose a pensar deseó también arrancarse el pensamiento. Le molestaba el pensamiento y fue de lo primero que quiso desprenderse porque no podía evitar ver con nitidez lo que llegaba a él.Todo empezó con la revista y la mujer en la portada mostrándole cómo pintarse las uñas... "rojos tan naturales que sólo usted lo sabrá" decía. Y le empezó a salir sangre en los dedos en un derrochador espectáculo rojo, mientras la boca roja también, se reía a carcajadas. Y las carcajadas cubrieron la habitación, se esparcieron sobre la cama y el cuarto se llenó de hojas de papel que se le metían por los ojos, por los oídos, llevando a su reducido mundo ruidos insoportables que le impedían gritar, que la volvían incapaz de crear otro ruido que no fuera el de los estridentes tambores que colmaban el cuarto. Intentó al principio rescatar su voz que se había aletargado, hundido, en el pozo abismal de las absurdas carcajadas rojas, y se dio cuenta aterrada, de la imposible misión. Su sonido había muerto. Sólo estaba vivo, dolorosamente vivo, su pensamiento que crecía y abarcaba el mundo, volviéndose gigantescamente cruel, tan cruel que le estorbaba, que se bastaba en su magnitud. Con enormes brazos, la larga sombra amenazaba destrozarla, y cuando quiso escapar le fue imposible. Se quedó presa en la casi noche de la sala y nadie se acordó de encender la luz porque su mente lo abarcaba todo... se extendía más allá de las sangrientas carcajadas que le impedían gritar y sentir dolor o teñirse de rojo las uñas, casi garras, de sus dedos empapados en sangre.
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Susana del Rosal
magno sanchez pineda
Susana del Rosal
Anna Feuerberg
Me gustó tu relato, la presencia de sangre e las impresiones sobre la luz son estupendas.
Deesto los pretenciosos que marcan estrellas ligeras cuando no puedej apreciar un buen texto, no le des importancia a eso, te lo he subido hasta donde hasta lo que me permitió el sistema.
Un abrazo,
Anita
Susana del Rosal
MAVAL
el devenir del ser
quien es el que asume todas sus miserias y grandezas...
cual sea su motivo o su fundamento para descarnar sus sustancias
y al fin descubre que ni eso lo logra separar de su material concepción
que da la impresión es por lo mismo que tiró banderas ...
Me gusta la indefinición!
Maval