MAGO, LADRÓN Y PROFETA
Publicado en Jun 14, 2009
MAGO, LADRÓN Y PROFETA
Mago entre magos de origen finlandés, además de ser un ladrón de caballos, atrapaba viajeros con sus hechicerías, timándolos primero y matándolos después. Pero Hermod, símbolo de la velocidad, dispuesto a suprimir tanto atropello, con la vara rúnica que le diera Odín, decidió acabar con sus trapacerías. Pese a los monstruos peligrosos que el ladrón interpuso en su camino, el dios alcanzó ileso la mansión maldita y ató de pies y manos al gigante, haciéndole cantar sus numerosos crímenes. El hechicero se expresó de tal manera que el Sol se agazapó tras una nube, la Tierra bramó como los cíclopes y los vientos, brutalmente desatados, aullaron como lobos en la noche. El mago pidió a Hermod mirar la lejanía donde bajaba una corriente púrpura de sangre fresca que inundaba el suelo. Una mujer llegó junto a un niño que triste sollozaba desvelado, y éste creció tan rápido que pronto blandió un arco y numerosas flechas. El ladrón explicó la profecía y los ensalmos hechos, augurando que la sangre era el pronto asesinato del hijo más amado por Odín. Al mismo tiempo aseguró que si el Tuerto cortejaba a Rinda, única hija del rey de los ruthenes, el heredero vengaría a su hermano, neutralizando la funesta profecía.
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Delfina Manuela Schuble