Nunca me senté a escribir un poema, Jamás brotó de mí ninguna palabra. ¿Plagio? Si. Así es como lo llaman. Y tal vez señores soy alma blasfema Que entre sus filas se ha colado. Ajena A los mandatos de todo creador, Y solo soy un vil invasor. Un traidor, De vuestros preceptos. ¿Merezco condena? Juzgadme señores que os voy a decir, Quien ha sido víctima de mi acto vil: La noche, la brisa, el cielo y el sol, La luna, el mar, y hasta un caracol, Nostalgia, tristeza y por supuesto amor, Ya son creaciones de otro escritor. Yo las he tomado sin culpa o vergüenza, ¿Merezco castigo? Disculpen mi ofensa. El las ha labrado en la piedra del mundo, Yo las he leído con mucho orgullo, Pero hay un problema que debo contaros: Nadie excepto yo podría descifrarlos. Ante la belleza de sus nobles versos, escritos con letras de antiguos recuerdos, vivencias, amor y otros sentimientos, quedé conmovido. Tuve que hacerlo. He escrito entonces en tinta y papel, Lo antes creado con tinta de tiempo, Y que se ha labrado con dorado cincel, De manos de Dios. ¡Cuánto lo lamento!

Palabras Clave: No soy un poeta

Categoría: Poesía

Subcategoría: Poesía General