Caricias
Publicado en Oct 13, 2010
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Su cuerpo se estremeció al sentir las caricias sobre su torso desnudo. Habían permanecido abrazados durante horas en silencio, conectados a un nivel mas allá del habla, pero esta simple muestra de afecto, una simple caricia, logró hacerla sentir cercana a él, de una forma mucho más profunda que en momentos anteriores.
Levantó la mirada y sonrió. Él comprendió que esa breve sonrisa significaba mucho más que cualquier palabra, era definitivamente una muestra de cariño más real y honesto. La contempló por unos momentos y le besó tiernamente, lo maravillaba el hecho de que pudieran pasar de situaciones y noches apasionadas, a momentos de tranquilidad y demostraciones de amor puras y sencillas.
Permanecieron unos minutos más recostados, juntos abrazados, escuchando la lluvia y en la presencia de una luz tenue proporcionada por la cortina de nubes frente a la luna.
Finalmente, fue ella quien decidió romper con aquel estado de maravillosa inercia.
-¿Te gustaría comer algo?- Preguntó apoyándose sobre su muñeca para quedar a la vista de él. Algunos de sus cabellos aun anunciaban el lugar donde había reposado su cabeza, recostada durante tanto tiempo en el pecho de él.
-De hecho...si. ¿Necesitas ayuda?- Respondió él, incorporándose un poco para quedar a igual altura. Estaba hambriento, ahora que lo pensaba, no recordaba la última vez que había probado bocado, aparte de los dulces labios de ella.
                                                                                          
-No es necesario, traeré lo primero que encuentre.
Dicho esto, lo besó por última vez, antes de abandonar la almohada.
Se sentó en la cama, a espaldas de su acompañante, mientras él contemplaba cada parte de su cuerpo y la veía vestirse con su camisa y salir velozmente de la habitación.
Estando ahora solo en la cama, miró por la ventana. Seguía lloviendo igual de fuerte desde... ¿Qué hora era?
Se sentó y cogió su reloj del velador.
-Dos de la mañana.-Dijo sorprendido.
Se escuchó un grito proveniente de la cocina
-Mierda.-Dijo en un quejido.
Se levantó al escuchar esto, cogió sus pantalones y colocándoselos salio de la habitación hacia la cocina.
-Estás bien?-Dijo abrazándola por las espalda.
-Me corté.-Levantó el dedo
-Déjame ver.
Se dio vuelta con el dedo levantado, él tomó una servilleta y le limpió la sangre.
- Es pequeño, ¿Duele mucho?-Preguntó haciendo una mueca.
-Mucho. No podré preparar nada.- Bromeó
-Yo lo hago, no queremos que te desangres, yo no quiero.- Besó la herida tiernamente y con una palmada le pidió que se corriera.- ¿Qué preparabas?
-Frutas
-¿Frutas?- Preguntó sorprendido.-Dijiste lo primero que encontraras, pero ¿Fruta?
-Son las 2 de la mañana, no iba a preparar la cena.
-Déjame ver... ¿Qué hay rico aquí? - Dijo recorriendo la cocina. Abrió unos cajones, luego el refrigerador, siguió dando vueltas y al quedar frente a ella dijo.- Lo encontré.
-¿Qué cosa?
Se acercó completamente a ella y rodeándole la cintura con los brazos dijo:
-Esto
-¿Esto? No soy un "esto".
La besó breve, pero tiernamente y dijo apartándose:
-Pero esto si.- Levantó la mano y le mostró la manzana que había tomado del mesón donde ella se encontraba.
Ella rió y dijo:
-¿Viste? Fruta.
-Veré que encuentro. Ve a acostarte - La pidió con otro beso.
La siguió con la mirada, contemplando su escultural figura que se distinguía sutilmente bajo la camisa. Desde aquella noche, juró jamás separarse de aquella camisa.
Volvió a lo suyo a penas la perdió de vista.
Comenzó por el refrigerador, abriéndolo revisó cuidadosamente cada uno de los compartimientos.  Sacó un frasco de mermelada y la colocó sobre la mesa. No tenia ni la menor idea de que preparar, por lo que permaneció un buen rato frente al refrigerador abierto, antes de sacar unos cuantos huevos y mantequilla. Los dejó en la mesa junto a la mermelada y se dirigió a los estantes. Abrió tres antes de encontrar el que contenía la harina, y luego el aceite.
Continuó abriendo cajones y puertas hasta que consiguió todo lo que necesitaba.
Prendió el hervidor y preparó las tazas con café.
Abrió las cortinas por completo y miró a través del vidrio el maravilloso paisaje nocturno. Nunca disfrutó mucho de la lluvia, aunque le agradaba escuchar las gotas caer, odiaba el sentimiento melancólico que esto le producía. Pero hoy, hoy era diferente. Con él en la cama junto a ella, no había nada mejor que la excusa de la lluvia para permanecer abrazados por siempre; y el sonido, maravilloso sonido que acompañaba al silencio entre los dos y lo transformaba en una armonía imaginaria.
Levantó la mirada hacia la  potente luz en el cielo
-Luna llena.- Pensó.- ¿Qué podría ser mejor?
Sintió los ruidos en la cocina y decidió volver a la cama.
Encendió la televisión, sin prestarle atención, ya que tan solo lo hizo para rellenar el vacío que xx había dejado en la habitación.
Al escuchar los pasos que se dirigían hasta ella, levantó la mirada, expectante.
.-Listo...Es lo mejor que pude hacer.- Dijo colocando la bandeja sobre la cama.- ¿Qué te parece?
Recorrió la bandeja con la mirada antes de responder:
Waffles, fruta, mermelada y manjar para untar. A un lado dos tazas de café y el respectivo servicio.
.-Se ve delicioso. Es mucho más de lo que yo hubiera hecho. Gracias.-  Se sentó sobre la cama y colocó la bandeja entre  los dos.
-¿Qué estás viendo? - Preguntó al dejar su café sobre la mesita de noche.
-Nada...Solo cambiaba canales.- Mintió, no era momento de dar explicaciones.
-¿Te molesta si veo las noticias?
-No, para nada.- Aseguró mientras untaba un poco de mermelada sobre su waffle. Se veían deliciosos.
-¿Cómo está tu dedo?
-Mejor...creo.-Extendió su mano y agitó su dedo frente a él.
-Déjalo tranquilo.-Dijo entre risas.- No puedo ver.
Se incorporó y examinó cuidadosamente el dedo índice, parecía estar un poco hinchado y con un leve tono morado, casi imperceptible, imposible de notar sin tener el resto de  los delgados y frágiles dedos como muestra.
-Está un poco hinchado... ¿quieres que te traiga algo?
-¿Cómo que?
-No se...-Hizo una mueca y le besó.- ¿Hielo? ¿Alguna crema? ¿Alcohol? No se...-Debió haber puesto una cara demasiado graciosa, ya que su compañera estalló en risas, lo que le pareció maravilloso, amaba su sonrisa, le sentaba bien.
-Hay que desinfectarlo.
Xy se levantó de la cama y observó la bandeja que yacía en el suelo.
Seguía lloviendo. Amaba la lluvia, todo le parecía mas intenso cuando llovía, con frío y nublado, obligado a estar cerca de alguien, a sentir el calor de otra persona, a compartir el tuyo. El calor quita todo aquello, ¿Quién quiere abrazar a alguien con 30° de calor afuera? Además, es como si el sol absorbiera todos los sonidos, los aislara y evitara que escuchemos claramente cada pequeña melodía.
Definitivamente esta lluvia era diferente, era mejor que todas las anteriores.
-Vamos.-Dijo extendiendo su mano.
-No puedo caminar...me desangraría.- Protestó riendo, desafiante.
Con una sonrisa colocó sus manos debajo de ella y le alzó, besó su frente y la cargó hasta el baño.
-¿Aquí esta bien?
-Puede ser...-Dijo sentándose sobre el borde de la tina.
-¿Dónde está el alcohol?
Siguió la seña y sacó de un cajón el botiquín.
-A ver...-Colocó un poco de alcohol sobre el algodón-¿Lista?
-No...
-No duele nada.-Cogió su mano.- ¿Lista? 1, 2, 3...- Restregó delicadamente contra la herida.- ¿Viste? No dolió nada.
Levantó la mirada.
-No...no duele. -  Respondió. No había dolido, pero aun así sus ojos brillaban, solo de nervios esperando una angustia mucho mayor.
-Pero no llores...Ya terminé, está listo.- Dijo tiernamente rodeándola con sus brazos.- ¿Vamos?
-Vamos.
Nuevamente la levantó y se dirigió hasta la habitación.
Una vez en la habitación entrecerró un poco las cortinas para dejar entrar aquel sonido a lluvia y la tenue luz del sol saliente, pero evitar que se colara el frío de la madrugada invernal. Ella decidió acostarse nuevamente.
Dibujó delicadamente con sus dedos una mariposa sobre su espalda. Ella sonrió satisfecha al sentir las suaves caricias sobre su torso desnudo. Su tersa y pálida piel adquiría bajo la luz de la luna un color intenso, iluminado, único, por lo que no pudo evitar admirarla por unos momentos.
-¿Qué estás haciendo?-Preguntó aun boca abajo.
-Nada...-Respondió al tiempo que comenzaba a acariciar cada lunar visible en su cuerpo.
Adoraba sentir sus manos, sus ojos en ella.
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Foto del autor Sofia
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Descripción

pequeo relato, no esta terminado pero es algo. espero que les guste y comenten cualquier cosa qu quieran :D

Palabras Clave: caricias amantes sentimientos sensaciones

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (5)add comment
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DEMOCLES............(Mago de Oz))

COMPATRIOTA ME HAS ENCANTADO CON TUS TEXTOS...QUISIERA COMENTARTELOS TODOS PERO AQUI SOLO TE DEJO DICHO....EXCELENTE.....TE ESPERO QUE PASES POR LOS MIOS....
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November 19, 2010
 

Sofia Della Costanza Croxatto

muchas gracias :) ahora mismo leo algoo de lo tuyo
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November 20, 2010

JUAN CARLOS

Querida Sofía; Un bella historia ,dónde se mezcla la lluvia,el amor ,los sentimientos, la ternura y esa maravillosa sensacion de sentirse pleno y que el mundo no existe..Me necanta como desarrollaste la historia,con todos os detalles y delicadeza..Felicidades y estrellitas ¡¡¡ Espero la continuacion. ¡¡¡¡

Cariños....Juan Carlos...
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October 14, 2010
 

Sofia Della Costanza Croxatto

muchas gracias :) espero escribir algo mas de esto pronto...
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November 20, 2010

MARIANO DOROLA

MUY PERO MUY HERMOSO TU TEXTO

FELICITACIONES !!!!!

BÁRBARO
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October 13, 2010
 

Sofia Della Costanza Croxatto

muchas graciaas!! :D
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October 14, 2010

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