El pan suyo de cada día
Publicado en Oct 21, 2010
El pan suyo de cada día
Abandonó su hogar al amanecer. Y no llegó al anochecer. Dijo que salió en busca del pan suyo de cada día. Se sentía cansado y con ganas de jamás llegar. No tenía las manos callosas como el jibaro de antaño, ni su camisa raída, por lo contrario llevaba un reloj Cartier y una buena camisa del diseñador Oscar de la Renta. Pero aún así se creía hombre de la montaña. Si hubieses podido echarle un vistazo a su rostro sabrías que se sentía abrumado y decaído. Si pudieras mirar su billetera, estaba llena de tarjetas de crédito y con uno o dos billetes. No era analfabeto, si bien es cierto, nada tenia de necio. Sabía que el dinero no le caería del cielo. Desde su auto estacionado, que no había pagado, pensaba en la lista que traía en el bolsillo para hacer la compra en el supermercado y en el poco dinero que le quedaba en su tarjeta de crédito. Observaba desde la ventanilla de su lujoso auto los verdes campos y alguno que otro suelo que estaba totalmente abandonado. Recordó su niñez allá en el campo. Tenía tantas cosas en que pensar… En el banco, la hipoteca, el pago de la universidad de su hijo, su cuenta de Sears que ya sobrepasaba los diez mil dólares, en su ulcera y en su depresión que no se calmaba con las pastillas que le recetó su doctor … Pero prefirió únicamente reflexionar en su Puerto Rico contemporáneo y en sus suelos abandonados. Esa tierra que era fértil y prodiga, y que hoy, estaba desatendida y olvidada. Su mente se transportó al campo de su niñez, donde siguen creciendo, por la libre, las guayabas, las quenepas, los aguacates , los mangos y las panas. Recordó aquel árbol de mango, en que subía con sus amigos, y allí entre las ramas gruesas saboreaban de su dulce manjar. Tomó su frasco de Zoloft y sabiendo al dedillo sus consecuencias funestas, fue tomándoselas una a una, como si saboreara aquellos dulces mangos en la rama más alta del árbol… Todo soñoliento y sin casi poder abrir sus ojos se preguntó: ¿Quién recogerá las guayabas, las quenepas, las panas, los aguacates y los mangos que crecen monte arriba?
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Verano Brisas
LOBOLEJANO
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José Luis Marrero