Recuerdo de juventud con los amigos - parte 12.
Publicado en Oct 26, 2010
Recuerdo de juventud con los amigos
Parte 12 Pasó un tiempo, nuestro soberano el Rey Filipo fue asesinado por su guardaespalda durante la boda de su hija, la princesa Cleopatra junto al rey de Epiro, Alejandro. Todo el mundo quedamos estremecido antes ese tétrico acontecimiento. Mis amigos Filotas, el hijo de Parmenión y Alcetas atraparon y mataron sin juicio previo al asesino. Todo él mundo conocido quedamos petrificandos antes el regicidio. Los festejos se suspendieron y todos, especialmente Alejandro, teníamos que ordenar las cosas sino todo lo que el rey Filipo había logrado caería al precipicio. Los príncipes (ministros) eligieron como rey a Alejandro. Nuestro amigo dio sepultura a su padre y se organizaron los festejos para celebrar la coronación. Los que amábamos a Filipo quedamos tristes pero debíamos cumplir las tareas del reino y poner en práctica lo que habíamos aprendido en nuestra niñez. En Atenas nuestro enemigo Demóstenes se cantaba de risas y festejaba ante todos sus hombres diciendo que mi amigo Alejandro duraría lo que dura un perro en el aire, es decir, que sería un payaso ineficiente del reino y añadió que todos los estados helenos tendrían una pronta libertad y en Persia, que la noticia corrió como un chita, felices supusieron que conquistarían toditos nuestros estados y seríamos una provincia más de Persia. Pero la historia sería otra. Nosotros sabíamos que Alejandro era listo pero no pensábamos que estaba preparado para parar la gran pelota de nieve sobretodo cuando muchos estados helenos nos dieron la espalda. Cada día más rebeldes se nos sumában: los del norte, el sur y del este. El primer acto de Alejandro es matar a su primo Amintas, a Atalo, el tío de la última esposa de su padre y a muchos traidores más porque Ale y nosotros consideramos que nos perjudicaban. Ale al asegurar su corona, reunió a sus amigos y soldados y nos dijo que el reino tenía poco dinero y que nos pedía apoyo y lealtad para sacarnos del pozo y ser en poco tiempo una gran potencia. Nos invitó a pelear por nuestros derechos pero que debíamos con ahinco luchar no sólo por el rey (Alejandro) sino por el bien de Macedonia. Alejandro, el ejército y yo enfrentamos a los Tracios y otras pequeñas tribus rebeldes. Cruzabamos anchos ríos, montañas y de noche soportábamos el frío escuchando historias y cantando contentos cerca del fogón,fue toda una aventura. Teníamos energía y entusiasmo gracias a nuestro rey. Con espada, boleadora y catapultas vencimos a nuestros enemigos. Ellos se rindieron y juraron por todos los dioses respetar a Alejandro y a Macedonia. Teníamos las fronteras aseguradas pero el problema no termino, Tebas, una importante ciudad se nos levantó y si lograba juntar aliados, ¡estaríamos perdidos!. Inmediatamente Ale y nosotros marchamos al sur a vencerlos pero no como adolescentes soldadillos sino como un gran huracán. Al llegar, no le advertimos a nadie sino arrasamos quemando casas, matando gente sin distinguir si eran hombres, mujeres o niños. Todo quedó destruído y sólo logramos que los tebanos que sobrevivieron nos respetaran y lo más importante es que todos los estados se sometieron ante nuestro soberano Alejandro. Queridos escribanos, que nuestro Enemigo Demóstenes quedó hirviendo de odio como una pava, y sólo le quedaba resignarse al igual que todos los habitantes de las distintas colonias helenas porque ahora Macedonia era dueña de toda Grecia y Alejandro era nuestro soberano. Yo sentía orgullo que mi gran amigo había conquistado con entusiasmo, fuerza y constancia todas las ciudades que se le cruzaron en su paso y que defendió con orgullo el legado de su padre y yo me sentía feliz por formar parte de equipo. Dos años le llevó a nuestro rey ordenas las ciudades helenas. Recuerdo que activó el comercio, construyó templos a los dioses en distintas ciudades y dió trabajo a los jovenes integrando un gran ejército. Dos años disfrutábamos en los tiempo que no trabajábamos de grandes banquetes en nuestro querido palacio en donde Alejandro reinaba. Fuimos felices pero Persia era nuestra piedra que teníamos en la zandalia. Ale podría y todos los nobles podíamos vivir estando panza arriba comiendo, bebiendo y armando orgías porque todos nos respetaban y nos temían pero nuestro rey no estaba conforme con sus logros, no quería ser dueño de Grecia sino conquistar a toda Persia para vengarse de ellos por el daño que esos ineptos nos hicieron hace 200 años atras. Yo no le veía sentido hacerles la guerra y cuando ví el mapa junto a Ale, Hefestión, Perdicas, Clito , Filotas y resto de la Pandilla pensé que entraríamos en la boca del león o en el centro del infierno... Persia era enorme y nos podíamos perder. Alejandro nos dijo que si estabamos unidos e incentibábamos a nuestros hombres lograríamos vencer y alegó que lograríamos la gloria y las riquezas que ningún otro reino logró. El entusiasmo de nuestro rey nos convenció a todos. Macedonia le brindamos nuestro y zarpamos cruzando el Helesponto. Aquella mañana observé a mi amigo Alejandro que observaba que Grecia era devorada por el mar azul yel resto de la pandilla cantaba menos yo, que pensaba que nuevos horizontes nos esperaba detrás del mar azul adornado de un brillante sol y de blancas gaviotas que revoloteaban a nuestro alrededor.
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raymundo
Maria Jose Schiavi
TARDE TE AGRADEZCO PERO MAS VALE TARDE QUE NUNCA.
GRACIAS Y TAMBIEN VISITARE TUS OBRAS
SALUDOS CORDIAL MARIA JOSE