FRAGMENTOS DE UNA AUTOBIOGRAFÍA

He llevado una vida azarosa y contradictoria; he tenido un destino incierto y una suerte bastante irrespetuosa.
 
Fui agricultor, ganadero, pescador, arriero, domador de potros, minero, cazador, obrero, vendedor de libros y seguros, piloto de aviación, aprendiz de brujo, navegante del mar, odontólogo, conductor de lanchas, taxis, buses y motocicletas.
 
Monté en burro, buey, camello, dromedario, elefante, caballo, cebra, delfín, ballena, zancos, patines, triciclo, bicicleta, tranvía y ferrocarril.
 
Fui propietario de haciendas, casas, apartamentos, locales, galpones, garajes, almacenes, tiendas, ventorrillos, y supermercados.
 
Me asocié con iglesias, conventos, hospitales, colegios, guarderías, regenté centros de prostitución, cometí adulterio y aplaqué maridos engañados.
 
Caminé, corrí, participé en competencias, salté, descendí, practiqué boxeo, ciclismo, natación, buceo, equitación y balompié.
 
Conquisté amores, sufrí engaños, desengaños, traiciones, amenazas, atentados, enfrenté calumnias, maledicencias, acusaciones y falsos testimonios.
 
Amaestré pulgas, tiburones, domestiqué arañas, serpientes, escorpiones, tigres, leones, hienas, rinocerontes, avestruces y suegros enfurecidos.
 
Degusté manjares, disfruté aplausos, elogios, desarrollé proyectos, alcancé logros, fracasé, tuve encuentros, desencuentros, ilusiones, esperanzas y reconocimientos.
 
Vagué, hice pereza, decidí abandonarla, investigué, asistí a la universidad, aplacé materias, perdí asignaturas, recibí diplomas, trabajé y renuncié a todos los empleos.
 
Dicté cátedra, conferencias, participé en talleres, simposios, mesas redondas, conversatorios, seminarios y congresos.
 
Pergeñé versos, prosa, actué en teatro, radio, cine y televisión, fui jurado en concursos literarios y leí poemas en lugares públicos.
 
Aposté a los dados, las cartas, el chance, la lotería, interpreté los sueños, el I Ching, las runas, el tarot, la baraja española, las líneas de la mano, el tabaco, el chocolate, el astrágalo y caparazones de tortuga.
 
Probé todos los licores, me emborraché, bailé, fumé marihuana, aspiré coca, ingerí LSD, padecí accidentes, enfermedades e intervenciones quirúrgicas.
 
Tuve aciertos, dudas, equivocaciones, arrepentimientos, viajes astrales, tropezones, amigos, enemigos, neutrales, áulicos y contradictores.
 
Reflexioné, medité, supuse, imaginé, mentí, practiqué el salto mortal, la gimnasia, los malabares y las contorsiones.
 
Vencí, fui vencido, asaltado, perseguido, alcanzado, capturado, contraje matrimonio, tuve dos hijas, enviudé, volví a casarme, enviudé otra vez, me casé de nuevo, volví a enviudar y estoy buscando novia.
 
Viví gratis, pagando arriendo, de arrimado, a la intemperie, en la selva, en pequeños poblados, grandes urbes, puertos, playas, chozas lacustres, hoteles, residencias e inquilinatos.
 
Manejé chequeras, tarjetas de crédito, dinero en efectivo, recibí salvoconductos, certificados, diplomas, falsifiqué documentos, dólares y moneda nacional.
 
Publiqué libros, revistas, periódicos, panfletos, boletines, pinté acuarelas, grafitis, acrílicos, murales y consignas revolucionarias.
 
No fui militar, no participé en torturas, desapariciones, masacres, guerras ni crímenes de lesa humanidad.
 
Esquivé políticos, mafiosos, traquetos, religiosos, filántropos, misántropos, intelectuales, poetas y otros sujetos de conducta sospechosa.
 
Dialogué con minerales, plantas y animales, entendiéndome bien con todos ellos, excepto con los de mi especie.
 
Envejecí; mas con tantos avatares y quehaceres a la espalda, doy por terminada mi faena, ya que de lo contrario se volvería interminable.
 
Lo único que lamento y me hace sentir frustrado, es no haber sido Homero, Valmiki, Virgilio, Kalidasa, Lao Tse, Viasa, Dante, Shakespeare, y mucho menos Cervantes.