Viendo al humo esparcirse
En el cuarto de la noche.
En la habitación de las promesas.
Son las 10:45
De una mañana sin jeta
Que aún le pide canciones a Almendra.
Con un verso atragantado
Y una muela, con sabor a tus caderas.
Nuestra cama con resaka.
El vaso del tinto sobre la mesa.
El olor a las caricias.
Epidemia.
El cáncer del diario.
El movimiento de tú lengua.
Este miedo al contrabando
De amor en las escuelas.
Trapos sucios que se lavan con ausencia.
Mi primera canción que no dice: “Te olvido”
El calor asesino de tú simpleza.
El misterio de tus manos cuando sueñas.
Mi voz pidiéndote al oído “No me mientas”
 
¡Arriba mi mano, abajo tú hermosura!
A este casimir ingles le bailan tus zapatos.
¡Que locura!
 
Si me río, y no te entiendo.
Si me cantas, y soy ciego.
Si este sol de propaganda
Es real o un medio tiempo.
¡Por favor no apagues mi fuego!
 
Es amor, por eso tiene dudas.
Es amor, por eso tiene miedo.
Soy yo el hijo del Rainbow.
Tú las piernas de la luna.
¡Por favor! No me hagas caso…
 
Por favor no apagues mi fuego…
No apagues mi fuego…
No apagues mi fuego…
 
Háceme caso…
 
Con el miedo al calendario
En lugar de sueños, tienes años…
 
Háceme caso…
Háceme caso…
No apagues mi fuego…
Que te quiero dar la mano.