Fuera de Juego (Teatro Virtual)
Publicado en Nov 05, 2010
El Escenario es un espacio vacío y sin mobiliario.
Andrés.- ¿Estoy solo?. No. Estoy al lado de un gato que ahora está lamiendo el piso en algún lugar. (Entran en escena La Madre y La Abuela). Madre.- Estás muy solo, Andrés... yo me voy de viaje. ¿Quieres venir conmigo?. Abuela.- !Mis pastillas!. ¿Dónde están mis pastillas?. Andrés (con voz muy alta).- ¡¡Las pastillas!!. ¡¡Las pastillas de la Abuela!!. ¡¡Hoy parece que todos estamos dementes!!. Madre.- Baja la voz, por favor, Andrés. Andrés.- Lamento haber gritado, mamá... pero ya no hay pastillas, ni tampoco piso. Por no haber no hay ni mujeres. Madre.. ¿Qué dices?. ¿Y nosotras qué somos?. Andrés.- Me refiero a las otras. A las que entran y salen de mi vida sin haberme podido comprender. Madre.- ¿Qué clase de mujeres son esas?. Andrés.- Las que se reconocen en Dios, en la Noche, en mi Blancura. Abuela.- ¡Mis pastillas!. ¡Sin mis pastillas no puedo viajar!. Madre.- ¡Vámonos sin pastillas!. ¡Los viajes no necesitan más que Ilusión!. Andrés.- Me quedo solo. Cada vez más solo. Con el gato. No hay nadie más que el gato arañando algún lugar del piso y yo. (Entra la Mujer I) Mujer I.- Hola, Andrés, ¿me llamabas?. Andrés.- Te he llamado muchas veces. ¿Por qué tardaste tanto en llegar?. Mujer I.- Si vas a reñirme me voy... (Mujer I hace ademán de irse). Andrés.- ¡Espera!. No te vayas sin decirme algo. Estoy cansado de sentir sólo las uñas del gato. ¡Mira mis manos!. Mujer I.- No puedo. Tengo miedo. Esas manos van contra mí... contra mí... (Mujer I se marcha corriendo). Andrés.- Se ha ido... estoy de nuevo solo... solo con el gato. (Entra de nuevo la Abuela). Abuela.- Vienen las lluvias y con las lluvias necesito las pastillas para poder viajar. Andrés.- ¿Cómo puedo decirle a esta pobre anciana que yo no puedo vivir con soledad?. Abuela.- ¿Soledad?. ¿Has dicho soledad?. Andrés.- Si. No puedo vivir con soledad. Abuela.- !Ay, Andresito!. Llegará un día en que tú también tendrás que morir y estarás ante el Juez Eterno. Es entonces cuando sabrás muy bien qué es la soledad. (Entra la Madre en escena) Andrés.- Mamá... ¿es cierto que para salvarse es necesario vivir con soledad?. Madre.- No te entiendo, Andrés. Llueve mucho. Para poder viajar es necesario que llueva. (Se marchan la Madre y la Abuela). Andrés.- Imposible hacerse entender. Estoy solo. Mi Abuela, tal vez porque es muy vieja, no puede o no quiere escucharme. Mi Madre no consigue ver lo que yo veo. Y mi Padre nunca está aquí. (Regresa la Mujer I) Mujer I.- Ya estoy aquí de nuevo, Andrés. Ahora no tengo miedo. Mira. Puedo saltar, llorar, gritar, jugar, dormir... (La Mujer se duerme en el suelo) Andrés.- Está lloviendo, Mujer... ¿por qué duermes?. Mujer I.- No duermo. Esto sólo es un sueño. Andrés.- No sueñas. Estás dormida pero no lo puedes ver. Mujer I.- (despertando y poniéndose en pie).- ¿Oyes los gallos?. ¡Qué locos!. ¡Van a despertar a toda la casa!. Andrés- ¡Qué ingenua eres!. No está amaneciendo. No cantan los gallos. No puedes entender que estás ciega. Mujer I.- ¿Y tu Madre?. ¿Y tu Abuela?. ¿Dónde están?. Andrés.- Mi Madre viaja mucho para no ver la luz de la realidad. Sigue con la ilusión de creer que el mundo está muy cerca de ella. Mujer I.- Pero tu abuela es distinta... Andrés.- Mi Abuela hace mucho tiempo que murió; pero ella no lo sabe, no lo quiere saber y sigue buscando sus píldoras. Mujer I.- ¿Para qué necesita píldoras una mujer tan anciana?. Andrés.- Para estar un poco más con Dios. Ella dice que vivir con Dios es vivir mucho y vivir mucho sin Dios es no vivir nada. Mujer I.- ¿Y qué dices tú?. (Entra en escena el gato) Gato.- No está solo. Yo estoy siempre con él. Él no dice nada. Yo tengo mucha sed y por eso araño el piso. Para encontrar agua. En esta familia todos tenemos mucha sed aunque la sed sólo es un sueño más. Mujer I.- ¡No, Andrés!. No sigas escuchando al gato en tu corazón. ¡Canta!. ¡Canta conmigo!. Andrés.- No puedo. No tengo voz. Por eso estoy fuera de juego. Mujer I.- ¿No tienes libros?. Andrés.- No tengo libros. Ni piso. Ni Madre, Ni mujeres... Mujer I.- Me tienes a mí. Andrés.- ¿Y tú quién eres en verdad?. Mujer I.- Me llamo Soledad. andrés.- ¿Lo ves?. Estoy solo, abandonado con la Soledad. Mujer I.- ¿Me necesitas?. Andrés.- No lo sé. Mujer I.- Sí me necesitas. ¡Grítalo!. Andrés.- ¡¡Te necesito!!. Mujer I.- !Ja, ja, ja, ja. ja!. (La Mujer I se va) Gato.- No, Andrés, no necesitas a la Soledad. Me necesitas a mí. Andrés.- Quizás tengas razón. Posiblemente no necesito nada más que el sueño de un gato con sed. Gato.- Entonces cierra la casa y quédate dentro de ella. Conmigo. Sólo conmigo. Andrés.- No. ¡Me voy!. Gato.- ¿A dónde vas, Andrés?. Andrés.- Al colegio. Gato.- ¿A morir un poco más?. Andrés.- Si empezar a vivir es empezar a morir me voy al colegio a morir un poco más... pero con dignidad. Gato.-Andrés, no me dejes solo. Andrés.- Te puedes ir si quieres. Gato.- No. No me iré. Tengo sed y tú también. Así que no tendrás valor para salir por esa puerta. (Entra la Mujer II) Mujer II.- Hola, Andrés. Sé que me llamas. Esto aquí, contigo. Andrés.- No puede ser. Yo estoy solo. Mujer II.- No estás solo. Estoy a tu lado. Yo y muchos más. Andsrés.- ¿Soñadores como yo?. Mujer II.- Algo más que soñadores. Somos los que queremos sentir cosas importantes en lugar de soledad. Andrés.- ¿No eres como ella?. Mujer II.- ¿Como quién?. Andrés.- Como la otra. La Soledad que inventa cantos de gallos porque no sabe despertar. Mujer II.- No. No soy como la de tu ayer. Yo soy Mujer de hoy y de mañana. Andrés.- ¿No eres Soledad?. Mujer II.- No. Andrés.- Entonces... ¿cómo te llamas?. Mujer II.- Me llaman de muchas maneras. Muchos me dicen Esperanza. En realidad ese es mi sobrenombre. Andrés.- ¿Y el verdadero?. Mujer II.- Pónmelo tú. Patricia. Pamela. Lucía. Carolina. No sé. Algún nombre concreto que suene ta bien como Esperanza. Andrés.- Te llamaré Felicidad. ¿Y también vas al colegio?. Mujer II.- Sí. También voy al colegio. Para aprender a desterrar a Soledad. Andrés.- ¿Para aprender a vivir con los sonidos?. Mujer II.- Sí. Para aprender a vivir con los sonidos. (Entra un grupo de jóvenes haciendo alboroto) Andrés.- ¡Quiénes son todos esos?. Mujer II.- Tus compañeros de la Realidad. Ese sueño que se convierte en Compañía. Joven 1.- Yo soy Nicolás. Tengo siempre mucho sueño pero sé lo que es despertar. Andrés.- ¿Por eso vas al colegio?. Joven 1.- Creo que sí. Creo que allí puedo sentir algo diferente. Joven 2.- Yo soy Patricia. Voy al colegio para poder vivir algo más que la muerte. Joven 3.- Y yo soy Diego. Andrés.- ¿Para qué vas tú al colegio?. Joven 3.- Para acompañarte. Andrés.- Pero yo estoy siempre solo. Joven 3.- También pensaba antes yo así. Andrés.- ¿Ahora no?. Joven 3.- Ahora estás tú. Ahora hay un porqué para poder viajar. Mujer II.- Bien. Todos juntos podemos creer en algo más que soledad. Andrés.-¿Estáis seguros de que puede ser así?. Mujer II.- Seguros. Andrés.- Entonces vámonos. Empecemos por ir al colegio. Después ya tendremos algún lugar más importante que este espacio vacío. Mujer II.- Sí, Andrés. Después podremos vivir en un espacio lleno de materia y de luz y de algunos sonidos más positivos que el de las uñas de un gato con sed. (Entra en esos momentos la Madre) Madre.- Andrés... ¡Te necesito!. Andrés.- ¿No estabas de viaje?. Madre.- Sí. Pero llueve demasiado y además aprendí a sentir que te necesito. Andrés.- ¿Y la Abuela?. Madre.- Murió. No tenía pastillas y murió hace mucho tiempo. Mujer II.- ¿Es usted la Madre de Andrés?. Madre.- Sí. soy su Madre. Mujer II.- Y necesita a su hijo. Lo comprendo. Pero también Andrés necesita mucho más. Madre.- Lo sé. Lo comprendo. Con la Soledad no era feliz. Mujer II.- Entonces... comprenderá también por qué se viene conmigo y con los demás. Madre.- ¿A dónde?. Andrés.- Al colegio para no estar ya nunca más fuera de juego. Madre.- Te refieres a tu Padre... ¿verdad?. Andrés.- A mi Padre, a ti, a la Abuela, al gato con sed. Madre.- Andrés... me encontré con tu Padre al salir de casa. Él quiere volver y recomenzar. Andrés.- Está bien. Cuando vuelva del colegio podremos hablar. Madre.- Yo también lo necesito, Andrés. Andrés.-Posiblemente sea cierto. Es muy probable que empezar a vivir no sea empezar a morir. Madre.- Ahora sí te entiendo, hijo mío. Andrés.- Me voy, Madre. Madre.- ¿Y no volverás?. Andrés.- Más tarde, cuando en el colegio haya podido crecer y creer en mi dignidad. Madre.- Tu Padre y yo te estaremos esperando... Andrés.-De acuerdo. Mientras estoy en el colegio podréis ir llenando este espacio vacío. Madre.- Te lo prometo, Andrés. Lo llenaremos de espejos para podernos todos conocer mejor. Mujer II.- Vamos, Andrés... se hace tarde. (Salen todos los jóvenes del escenario) Madre (monñologo).- Llevas razón, hijo mío. Tu Padre y yo lo hemos comprendido ya. Sé que cuando vuelvas del colegio vendrás con tu propia Voz consolidada, y te sabremos escuchar porque hemos entendido que la necesitamos. (Entran la Mujer I y el gato). Mujer I.- ¡Y su hijo?. Madre.- Ya no te necesita, Soledad. Mujer I.- ¿Es que ha encontrado a otra mujer?. Madre.- Ha encontrado otra Mujer que le ofrece compañía eterna y espero que yo también haya encontrado algo más que la vana ilusión de viajar con lluvia. Gato.- Pero... ¿y yo?... ¡Tengo sed!. Madre.- En esta casa ya no tienes sitio. Puedes viajar en mi lugar. Gato.- ¿Viajar?. ¿A dónde?. ¿Con quién?. Madre.- A dónde quieras. Con quien quieras. Como quieras. Pero vete con la Soledad de esta casa. Yo estaré muy ocupada en rellenar este vacío con espejos para reconocernos y con muchas más cosas que estén relacionadas con la Sensibilidad. Mujer I.- ¡Vámonos, gato!. Esta familia ya no nos necesita. Tu puesto lo ocupará el Padre de Andrés. Mi puesto lo ocupará su Madre y, por encima de todo, Andrés volverá con una Voz propia y llena de compañía. Gato.-¿Moriré?. Muer I.- Tú y yo moriremos. Madre.- Es necesario que muráis ya. Será señal de que mi hijo ya no tendrá sed, ya no estará solo y cuando vuelva del colegio de la Vida le esperarán un Padre y una Madre con ansias de hablar con él. De oír su Voz. Mujer I.- No olvide, señora, llenar también la casa de libros. Gato.- Y de música, de alegría y de agua... (Mujer I y gato se tumban en el suelo y mueren). Madre.- Hijo mío... ya no estarás nunca más solo. Siempre estarás con tu Mujer Felicidad. Aprende. Aprende muchas cosas para poderlas contar.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|