Si ella no te hubiese amado y ya no se hubiera escondido dentro de ese ataúd apretado. Sus lágrimas de sangre cayeron como gotas de lluvia, sus ojos los cerraste con el dolor de tu alma. Era de tu propiedad y jamás le soltaste la mano mientras pasaba la edad, sus cabellos se desprendían y sus manos más hechas trizas gritaban por su libertad, pero te amaba y la herida que dejaste en su pecho fue más grande que su cuerpo, se desangró por completo hasta ya no poder más, pidiendo a gritos que la dejases escapar, no consiguió nada más que su muerte. Sus alas se extendieron hacia la luna y tú sin dejarla volar, sus alas hiciste cortar,dime: las veces que decías amarme¿eran verdad?. Preguntaba ella antes de morir desesperada. Él calló, enterró el cuchillo y se marchó. Mutilaste cada extremidad de su cuerpo, bebiste su oxidada sangre y llorabas en silencio por lo que no hubo. Piensas en ella, no lo puedes evitar, te arrepientes, tratas de traerla y que te vuelva a amar, pero ya es demasiado tarde para rectificar, su cuerpo es sólo un cuerpo y su alma dejó de existir, por más que lo pidas, ella no volverá...