Dos prisioneros en la nocturnidad
Publicado en Nov 13, 2010
Cuando se cierran las rejas de la mazmorra, dos encarcelados, con talante de fogosos machos, morfinómanos de la pasión y tatuados con sus deseos carnales, dejan de lado su hombría y se entregan…
Vamos a cruzar esa puerta prohibida, en esta desfachatada noche de complicidad… Únicamente apaleamos una sola vida y hay que complacerla a cabalidad… Vamos a despedazarnos en esta oscuridad… Arrebatarnos con halagos y ansiosos besos. Quedarnos, ambos solos, en la clandestinidad …y así no nos creeremos tan presos. Qué no nos afecte este prolongado castigo, pues le hemos saldado mucho a la sociedad. Cortejarnos en este momento es nuestro destino. Aquí, somos dos desnudos truhanes en la oscuridad… Suicidemos al engreído y soberbio machismo con un magulladura penetrante y mortal… Sepultemos al canon y al convencionalismo… Seamos insubordinados en la nocturnidad… En este maloliente catre, tan duro y tan frio, tú y yo, sin complejos, nos sabremos acurrucar… Esta resistente reja será nuestro fiel testigo de un placentero y sensorial deleite celestial… ¡Qué no nos interesen los aparentes y añosos mitos! Afuera muere la inexistente y presa moralidad… Al manoseo de tu azabache cuerpo frente al mío, tú y yo, hemos tropezado, de nuevo, con nuestra libertad…
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