De Envenenadores y Venenos
Publicado en Nov 18, 2010
La historia de la humanidad revela, que, siempre hubo y habrá seres que llevados por una desmedida ambición, para adueñarse del poder, posesiones y bienes ajenos, recurren a cualquier medio. La demanda nunca quedó sin respuesta. Entre las diversas opciones, por lo difícil de comprobar, en tiempos pretéritos, por su efectividad, rapidez y limpieza, el más requerido fue el VENENO. Los especialistas, concientes de su papel y también del riesgo que corrían al enterarse de secretos y cuestiones a las que, indirectamente, darían solución favorable, para quien los contrataba, mantenían un aislamiento voluntario, alejados del mundanal ruido y abocados a investigar, en sus improvisados laboratorios y obtener del mundo mineral, vegetal y animal, las mixturas más ponzoñosas y efectivas.
Grecia, 470- 399 a de C, Sócrates, filósofo, acusado de corromper a la juventud y de inducirla al culto de deidades ajenas, fue condenado a beber cicuta, tóxico proveniente de una planta. En el 323 a de C, Alejandro Magno,a los 33 años, en la plenitud del poder y la gloria, enferma súbitamente y muere. Sus generales se reparten el imperio que conquistó. Quedó flotando la duda sobre las verdaderas causas de su muerte, atribuyéndoselas a unas fiebres contraídas en su última campaña. Durante la vigencia del Imperio Romano, deshacerse de los enemigos, se resolvía mediante el veneno y se convirtió en un mecanismo rutinario. Una esclava llamada Locusta, preparaba mixturas que daban exitosos resultado y llegó a ser famosa y muy solicitados sus servicios. En el 54 a de C, Nerón, con la complicidad del eunuco encargado de probar los alimentos destinados al emperador Claudio, consigue envenenarlo con setas venenosas. Las familias poderosas que gobernaban la desmembrada Italia, durante el Renacimiento, vivían en una permanente trama de intrigas y luchas por la hegemonía territorial. Los Borgia, Rodrigo, más tarde papa como Alejandro VI y sus hijos César y Lucrecia. Los Médici, del´Este, Orsini, amantes del arte, en todas sus manifestaciones y de la vida sofisticada, dominaron, también, el arte de deshacerse de quienes obstaculizaban sus propósitos. En tiempos de Luis XIV de Francia, en el siglo XVII, la marquesa de Brinvilliers, inescrupulosa aventurera, con su envenenador personal, hizo estragos, sacando del medio a quienes interferían en sus siniestros objetivos. Terminó bajo el hacha del verdugo. En 1821, un informe oficial, dio cuenta de la muerte de Napoleón Bonaparte, en la isla de Santa Elena. El diagnóstico, cáncer de estómago. En 1840, sus restos, trasladados a Francia, fueron estudiados y se detectó una dosis de arsénico muy superior a la empleada, en ínfimas dosis, para combatir el paludismo o la sífilis, indistintamente. En el alto mando nazi, los jerarcas, acostumbraban llevar una ampolla con cianuro, para procurarse una muerte rápida antes de caer en manos de sus enemigos, Goering la usó en 1946. Durante la Ocupación en Francia, por los alemanes, 1940- 44, un médico francés, Marcel Petrot, estafó y entregó a 63 personas, la mayoría judíos, a la GESTAPO, apropiándose de sus pertenencias. En 1946 llegó su merecido castigo cuando su cabeza rodó en la guillotina. Claus von Bulow, casado con la heredera de una fortuna incalculable, Martha, que en 1979, entró en coma por una sobredosis de insulina. Acusado de haberla inducido a ese estado, fue procesado y liberado luego. En Argenrina, por no quedar fuera de esta tenebrosa competencia, presento a Yiya Murano, la envenenadora de Montserrat. Atosigada por deudas, aún así llevaba una buena vida, ropa importada, las joyas, le encantaban. Se reunía de tarde en tarde con un grupo de amigas, viudas o mujeres solas a tomar el te y jugar a la canasta. En las charlas, deslizó comentarios sobre unos emprendimientos financieros que le estaban redituando excelentes ganancias. Sus amigas se interesaron y quisieron asociarse al mentado emprendimiento. Le dieron el dinero y ella, en garantía firmó pagarés. Pasó el tiempo, Yiya lucía nuevas joyas, ropa muy elegante, pero….la ganancia para sus amigas, no aparecía, ni el capital, ni mención alguna. Le reclamaron. Encontraron muerta en su depto. a la más insistente. Las hijas declararon que desapareció un pagaré por una suma importante que guardaba su madre. El portero, declaró que Yiya pidió la copia de las llaves y la vio salir con un papel y un frasquito en la mano. La autopsia reveló cianuro, mientras las otras dos amigas, murieron súbitamente, con muy poca diferencia de tiempo, las tres en 1979. Las autopsias también revelaron la presencia de cianuro por lo que Yiya , aún cuando proclamó su inocencia a los cuatro vientos fue procesada y condenada a 16 años de prisión, Se presume que en las reuniones de te y canasta, Yiya, que siempre llevaba un paquete con exquisitas masa, las condimentaba con cianuro, claro, ella no probaba, conociéndose, por las dudas….
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