A pesar del tiempo persiste en mi una pasión tan inmensa
que sacude hasta el ultimo de mis nervios y de mis sentidos,
que se lleva en cada gota de aire algo de mi vida,
que recoje en cada rayo de sol un poco de energia
para seguir aferrado a ella.
Es la revolución sin ninguna duda quien despierta
tal voluntad de libertad, pero no solo ella,
sino la piel de la humanidad que la recubre sensual y sexual,
ardiente, viva, llena de deseos y esperanzas,
plagada de dolores y cicatrices de la tristeza.
Es la humanidad
en el dulce aroma de su sexo,
en el secreto encanto de las caricias,
en las belicosas arengas y la reflexión de sus palabras.
Humanidad,soy tuyo
y solo deseo apoyarme en tu vientre para alimentarme de amor.