El flamenco - 3 (Cultura)
Publicado en Dec 01, 2010
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La dominación árabe de Andalucía (Al-Andalus) comenzó en el año 711 después de Jesucristo con la batalla de Guadalete, combate desarrollado entre las tropas invasoras árabes, llamadas a la Península Ibérica por el conde Julián y otros nobles visigodos fieles a la sucesión legal de Witiza, y las visigóticas del falso rey Don Rodrigo, en las inmediaciones de este río de la vertiente atlántica de la provincia de Cádiz; cuando Tariq Ziyad, caudillo beréber de Tánger y lugarteniente de Muza, derrotó a Rodrigo y le dio muerte. Y acabó la permanencia de los árabes en España en el año de 1492 después de Jesucristo, cuando los Reyes Católicos tomaron la ciudad de Granada, último reducto árabe durante el reinado de Boabdil el Chico.
Pues bien, durante 781 años de presencia árabe en España (casi ocho siglos completos) enraizaron en la región andaluza los métodos de organización política, social y económica de los árabes... pero también enraizaron, a su vez, la ciencia, el arte, las costumbres y la música. Tras estos casi ocho siglos de presencia musulmana, la música árabe ejerció fuerte impacto en el carácter del pueblo andaluz y así lo ilustran los ejemplos del palpable paralelismo existente entre las modulaciones de la voz y los melismas o grupos de notas breves que sustituyen a la nota larga en el característico cante flamenco. De esta manera fueron naciendo y desarrolándose las tonás, las soleares y las seguiriyas flamencas junto a los salmos melodiosos de la oración de los musulmanes.
De carácter marginal y acosado de sus etnias de origen poroceden el elemento de extremo dolor que generalmente proclama el cantaor flamenco; pero también se va desarrollando una gran riqueza y variedad de ritmos musicales que emanan paulatinamente y toman gran trascendencia en los cantes y bailes contagiosos y explosivos cuando expresan sus alegrías.
Al pasar los años, un paulatino desmembramiento político de los territorios arábigoandaluces (los llamados Reinos de Taifas) abre las fronteras a los vecinos reinos cristianos del norte de la Península Ibérica, así como las puertas de este rico crisol cultural flamenco que se adentra profundamente en Castilla donde el 29 de junio del año 1236 (fecha en que cae la ciudad de Córdoba en manos del rey castellano Fernando III el Santo) hasta el 2 de enero de 1492 (fecha en que, como ya dijimos, los Reyes Católicos toman el último reducto árabe de España que es la ciudad de Granada).
Durante estos 256 años (dos siglos y medio) los ritmos musicales de ambos lados de las fronteras cristianas y musulmanas, van entrecruzándose mutuamente en una simbiosis continua y, a pesar del famoso dicho de que "Castilla se andaluzó más de lo que se castellanizó Andalucía", lo cierto es que, a partir del siglo XV, otros modos musicales provenientes del mundo castellano, gallego, leonés y aragonés, tuvieron vía libre para introducirse en Andalucía y dar nuevos y variados matices al repertorio musical flamenco que parecía, en principio, que iba a morir. No ocurre así sino que, por el contrario, estas nuevas transfusiones musicales vigorizan aún más el cante flamenco. Lo podemos comprobar en la métrica de muchas coplas flamencas que fueron tomadas de romances y seguidillas castellanas y de jotas aragonesas que inyectaron nuevos aportes y nuevo vigor a las pautas rítmicas de los estilos flamencos.
Y a todo ello hay que añadir que, anteriormente a la expulsión definitiva de los árabes de España, había una continua interconexión entre las fronteras cristianas y musulmanas, siempre muy permeables a todo contagio cultural interétnico. Siempre hubo para el cristianismo un hueco grande en Al-Andalus. Testimonios de esta convivencia son los zejeles y las jarchas de los mozárabes que, como sabemos, era la población de la España musulmana que conservó siempre su religión cristiana. Los zejeles y las jarchas eran composiciones poéticas que cerraban las moaxajas de los poetas andalusíes, árabes y hebreos.
Señalemos que las moaxajas árabes eran composiciones estróficas de la poesía popular andaluza, inventadas a finales del siglo IX y principios del X por un poeta árabe conocido como El Ciego de Cabra (un pueblo de Córdoba), que entraron a formar parte de las letras del flamenco. Los zejeles eran estrofas derivadas de las moaxajas y utilizadas en numerosas cantigas galaicoportuguesas y villancicos castellanos. Los zejeles de las cantigas galaicoportuguesas penetraron en el flamenco a través de la provincia de Badajoz y dieron un sello muy particular al flamenco extremeño; mientras que los zejeles de los villancicos castellanos penetraron en el flamenco de los cordobeses y los sevillanos. Por último, digamos que las jarchas eran los últimos versos de la última estrofa de las moaxajas árabes y estaban escritas en castellano. Estas jarchas tuvieron gran importancia en las composiciones de los poetas flamencos andalusíes.
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