Neo-nazi
 
Santiago de Chile, 23 de marzo del año 2000, un hombre sale en compañía de su pequeño hermano en busca de aventuras, se podría decir que el hombre andaba guiando por malos pasos a su hermano menor sin embargo se hacía acompañar de éste ya que el padre ebrio, si llegaba a la casa no dudaría en golpear al muchacho y luego abusar sexualmente de él.
Era una noche de luna y el hombre dejó al niño al cuidado de unos amigos mientras él bajaba a la calle en las cercanías de la plaza Italia para ejercer el comercio sexual, si bien desde su casa salía vestido como un hombre común y corriente con la llegada de la noche se convertía en un hombre alternativo que prestaba servicios sexuales a hombres mayores.
Los amigos dejaron al muchacho recostado sobre una de las camas, pensaban que estaba dormido, mientras ellos miraban una película, el jovencillo se despertó y empezó a espiar por la ventana, a pesar de estar en un segundo piso de un edificio de departamentos no encendió la luz por temor a que lo fueran a descubrir y miraba a su hermano como se acercaba a los autos, y luego regresaba después de unos momentos y contaba lo que al parecer era dinero y lo guardaba en un pequeño monedero que colgaba junto a su pecho.
Al muchacho le perecía un trabajo formidable cuando de pronto vio venir a cuatro hombres, que cruzaban la calle sin contemplación mientras los autos les debían hacer el quite para no atropellarlos. El joven mantuvo la mirada fija en ellos cuando de pronto al regresar la vista hacía su hermano vio que junto a él un hombre con el pelo muy corto y vistiendo ropas oscuras, mientras que sobre su espalda llevaba una gran cruz con una forma extraña.
El hombre golpeaba brutalmente a su hermano cuando de pronto un brillo lo cegó, era el brillo de un cuchillo que inevitablemente se hundía junto a las costillas. El niño intento gritar, pero aquella imagen lo dejó paralizado, mientras escuchaba como en la sala continua los amigos de su hermano disfrutaban de una película, mientras en su mente daban vueltas una y otra vez la cara del hombre que lo apuñalara, era ello lo único que podía hacer, mientras miraba como las luces rojas y blanco parpadeaban, luego tomaban medidas, muestras de sangre y de pronto llegó una camioneta blanca sobre la cual subieron el cuerpo ya sin vida, el cual había sido cubierto con un nylon negro.
 
Pasaron diez años y un hombre venía de regreso de uno de sus viajes de entretenimiento y clases de defensa personal desde la cuidad de los Ángeles. El hombre dormía placidamente cuando despertó y se encontró con un aroma y un perfume de mujer embriagador, no lo dudó mucho antes de bajar sus manos hasta los senos de la mujer y una vez que esta joven hubo despertado se besaron durante largos momentos en medio de la oscuridad del bus, siendo ésta el testigo de ambos enamorados.
Sin decir una palabra la joven se levantó del asiento, pero a medida que se alejaba para bajarse en su parada, el hombre se le acercó y le entregó una tarjeta la cual puso entre sus manos.
Fue así como pasó el tiempo y la joven fue a dar un paseo al gimnasio, en aquel lugar pudo ver al hombre, rodeado de cuatro amigos, mientras bebían y se vanagloriaban de cuantas golpizas habían dado a travestis, mujerzuelas, personas de color y un centenar de mendigos, mientras recordaban la noche en la cual dieron muerte a un joven puto como le decían el cual había muerto desangrado sin que nadie le socorriera, el hombre, el anfitrión, el dueño del gimnasio, de pronto sacó un cuchillo y decía que había apuñalado a la maldita( al travesti) como cuando en el campo miraba que le enterraban el cuchillo a los cerdos.
La joven asustada se apoyó contra uno de los muros intentando recobrar el aliento y alejarse lo más pronto posible de aquel nido del odio y pudo ver una imagen en la espalda de la chaqueta del anfitrión la misma imagen de la noche en la cual asesinaron a su hermano.
 
Pasaron tres meses cuando de pronto, sonó el teléfono en el gimnasio, y una voz muy femenina le preguntaba caso recordaba a la chica que había conocido en el bus y que ella no se lo había podido sacar de la cabeza, conversaron durante un largo rato, pero el dinero del celular prepago se acabo, siendo entonces el hombre quien le regresara el llamado.
Fue así como acordaron reunirse en el departamento de ella, el cual quedaba en pleno corazón de providencia. Allí con la luz muy baja lo esperaba.
Recuerdas amor cuando nos conocimos en el bus, la luz no estaba más generosa que ahora. El en cambio ni siquiera dijo una palabra y se volteo sobre ella para comer esos labios que lo habían dejado enloquecido, luego bajó hasta el cuello para besarlo y recordar el aroma del perfume, era el mismo aroma con el cual se había despertado en el bus, ardiendo de excitación.
Ella lo invitó a beber un vaso de vino, luego otro luego otro, en fin fueron tres botellas y de pronto se fueron a la cama.
Haz practicado sexo anal alguna vez-le preguntó ella con las luces apagadas mientras le ataba las manos al respaldo de la gran cama de dos plazas, para que el hombre no fuera a hurgar en su entrepierna y se encontrara con tamaña sorpresa.
El hombre se dejó llevar por la calentura y disfrutaba las nuevas sensaciones sexuales con los ojos cerrados y no tardó en dormirse, sin saber mas de nada hasta la mañana siguiente, solamente encontrando una nota junto a la almohada que marcada con un beso con lápiz labial, y una nota diciendo que le llamaría pronto.
Guardó la nota en la chaqueta y emprendió su regreso sin bañarse, pues pensó hacerlo al llegar al gimnasio, fue allí donde le esperaban sus amigos sentados junto al televisor mirando un video, de sexo.
Están calientes los guevones-les dijo. Pero no recibió una sola palabra como respuesta, fue entonces cuando se volteó para mirar la televisión y ver lo que miraban sus amigos.
Ahí estaba él besándose y luego teniendo sexo, en medio de la oscuridad hasta que de pronto se encienden las luces y lo que hasta ese entonces era una mujer se había convertido en un travesti. Mientras el hombre dormido por la borrachera susurraba palabras de cariño, mientras el travesti le besaba en la boca con una pasión desenfrenada.
Luego lo volteo y lo dejo dormir boca abajo mientras con un lápiz labial dibuja en la espalda el símbolo del sida.
Uno de los amigos, haciéndose de una de las botellas de cerveza de la cual bebía le propinó un golpe en la cabeza y luego le quitaron la camisa, allí estaba la marca, la marca de la venganza, con mucha ira hacia él tomaron el cuchillo de él mismo y lo enterraron entre sus costillas, para luego dejarlo abandonado.
Desde la camisa del hombre, la cual había sido dejada sobre una silla, desde su bolsillo, cayó un recorte de un periódico que acusaba la muerte de un travesti y que no había detenidos porque el único testigo no había podido hablar y permanecía en estado de shock, mientras se desangraba como un puerco, intentó llegar al teléfono, sin embargo una vez que lo puso junto a su oído se dio cuenta que el teléfono estaba muerto.
 
No sería, sino hasta la tarde cuando lo encontraran con sus ojos perdidos en la nada mientras un mosco de color negro azuloso, salía desde su boca entreabierta.
 
 
                                fin
 
 
 
 
                          Fin