No podía olvidarme, en mi libro "El tiempo vivencial: divisiones y subdivisiones", de tratar de un asunto realmente prodigioso pero real y verdadero. Es lo que yo llamo el tiempo heroico. No me refiero, para nada, al tiempo heroico que viene  en las grandes enciclopedias y en los grandes libros de Historia. Yo de lo que expongo aquí es de que todo los seres tenemos algo de timidez. Lo que sucede es que esa timidez puede ser negativa o puede ser positiva. Son los seres humanos con timidez positiva los que viven numeroso porcentaje de tiempo heroico.
Pues bien, este porcentaje de timidez positiva es la que hace que algunos seres humanos anónimos en principio logren realizar verdaderas hazañas heroicas. A todo este conjunto de hazañas heroicas que realizan los hombres y mujeres con timidez positiva es lo que llamo tiempo heroico.
Este tiempo heroico no nace de la razón, pues siempre va más allá de lo que la mayoría de la gente cataloga, falsamente, razonable. Este tiempo tampoco nace del corazón, aunque hay que poner mucho corazón en él, porque traspasa las fronteras de la sensibilidad. Este tiempo heroico nace de algo mucho más profundo: del alma humana. Pero de un alma encendida y no apagada... porque hay seres humanos con alma candente y hay seres humanos con alma fría. Son los hombres y mujeres con timidez positiva los que más encendida tienen siempre el alma y son los que llevan a cabo hazañas heroicas que no producen fama sino algo mucho mejor: producen éxitos.
La diferencia entre la fama y el éxisto es muy grande. Aunque el éxito arrastre tras de sí cierto poorcentaje de fama, la fama no es el elemento primordial del éxito; sino ese tiempo que yo llamo heroico. Y es propio, sobre todo, de seres humanos que son anónimos y, de repente, alcanzan el éxito en los momentos oportunos y surgen a la luz de los demás como llamas encendidas porque realizan momentos de tiempo heroico.
Este tiempo heroico no nace ni de lo premeditado ni de lo planificado. Es espontáno y sus productos son siempre inolvidales; así que se les debe catalogar siempre como partes del tiempo viviencial positivo.