El laberinto de los espejos (Relato)
Publicado en Dec 06, 2010
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Todo es paz y quietud porque el tiempo no existe. El rumbo minucioso de la eternidad es la viva presencia que, dentro y fuera del cosmos, entrelaza las masas y los espacios formando un universal lenguaje de inigualable potencia. Los crepúsculos forman caminos en el juego infinito de estos paisajes lúdicos y las oscuridades se ven pobladas por una multitud pululante de estrellas mientras el viento circula, entre tierno y evasivo, adherido a la inmensa Creación. Toda la materia se mece en el ondulante discurrir de la existencia y no hay lugar para la Historia porque los sucesos no ocurren como un devenir de circunstancias sino, más bien, como un fluir de presencias.
- Sin embargo me siento inquieto y tú la sabes porque me has hechos translúcido y permeable. También sabes que estoy insatisfecho porque deambulo sin voz entre estas masas y estos espacios; porque me formo y me diluyo sin acabar de mantener mi propio contorno; porque no poseo una identidad suficiente para plasmarme en algo más concreto que estas discontinuas formas que aparecen y desaparecen sin más. Parece que soy libre y, sin embargo, me noto atrapado en este impropio ir y venir sin punto fijo. No tengo metas concretas donde materializar mis sensaciones. Me has hecho tan ingrávido que no puedo controlar mis expresiones y sólo me diluyo cuando, en realidad, lo que deseo es poder cristalizarme en algo sólido y perceptible. Ansío fijar y retener mis límites para sentirme a mí mismo y no depender de los caprichos de elementos extraños a mí. Soy voluble y eso, que a primera vista parece la expresión más sublime de la libertad, es lo que me convierte en esclavo. Sé que no todas las partes de mi composición se quejan, pero la más importante para mí está en rebeldía. Es esa parte la que eleva esta queja de insatisfacción. Sé que tú me amas como a los otros y que, por eso, cuando me acaricias con la misma suavidad con que acaricias a todos los demás notas que, entre tus manos, mi alma se revuelve inquieta. Es esa parte insatisfecha la que has notado vibrar y la que ahora esgrime sus razones. Tu bondad es tan infinita que, en vez de destruírla, me has llamado a tu presencia para hablar de esa parte insatisfecha de mi ser. Me escuchas y me comprendes y es por eso por lo que puedo confiar en ti para decirte que se agita porque desea liberación; desea una autonomía propia y un perímetro definido donde poder expresarme a mí mismo. Tienes poder para conceder o denegar; pero sé que eres justo y sabes escuchar. Me has llamado para escucharme porque siempre que me acaricias notas esa parte rebelde que se agita, inquieta, entre tus manos y parece dispuesta a escapar a otras latitudes.
- Humo... ¿qué te ocurre humo?... ¿por qué estás insatisfecho si tienes la virtud de ese discurrir pacífico y tranquilo con el que puedes acariciar y ser acariciado?. ¿Por qué te quejas de esa capacidad que posees para ascender y descender formando imágenes irrepetibles en cada momento?. ¿No crees que tú eres el más agraciado al circular sin rumbo y al poder componerte y descomponerte en infinitas formas, sin reglas, sin normas, sin preceptos autoritarios?.
- Todas mis formas se expanden, se diluyen, se reagrupan y se recrean en este hermoso juego en el que me entretengo continuamente. Tengo capacidad para sentirme caprichoso y cambiar continuamente de manera plácida y suave. Todo en mí es un puro baile. Pero mi alma no es enteramente feliz, porque ha llegado a pensar que toda esa libertad es sólo una imagen pero no una realización propia. Parezco libre pero sólo asciendo, desciendo, giro, compongo y descompongo al capricho de otros elementos como el viento. El viento es superior a mí porque me empuja y me obliga. Es él quien me dirige.
- ¿Y no has pensado que el viento no tiene la paz que tú posees?. Sólo es pura potencia, pero le falta la serenidad que tanto te dignifica a ti. Tú eres más libre que él porque nunca eres violento y porque, al no resistirte a su empuje, te haces más seguro de ti mismo.
- Mi alma me indica que es gobernada y lo que ella desea es autogobernarse a sí misma. ¿De qué me sirve la serenidad si no puedo aplicarla en el lugar donde yo deseo?. Por eso envidio la fuerza del viento y estoy insatisfecho también porque no poseo una forma sólida y concreta. Contemplo las rocas y las veo firmes, seguras, autocomplacidas de su estatismo. Las veo confiadas porque poseen unos límites bien definidos. Yo sólo soy algo abstracto y desvaído, que se diluye sin saber muy bien cómo soy.
- Tampoco has pensado que las rocas carecen de tu fantasía. Sin embargo, porque tu alma se encuentra en rebeldía... porque sólo deseo que seas feliz en toda tu extensidad... pídeme lo que desees y te lo concederé incluso sabiendo que puedes equivocarte.
- Sólo te pido una masa en forma de cuerpo para autoconfirmarme. Y alguna clase de potencia para poder autodirigirme.
- Te doy eso y algo más: tendrás un cuerpo y una inteligencia superior a las demás cosas que conoces pero, además, para que puedas construír ese devenir histórico que tanto anhelas te doy un lenguaje para tu libre expresión; te doy toda la libertad que seas capaz de conseguir con tus propios medios y un lugar concreto donde puedas materializar tus actos. Aparto tu alma del resto de tus componentes y le doy la potencia creativa de todo aquello que intentes realizar para lograr la felicidad que buscas a tu manera. Tendrás voz gracias al lenguaje y podrás expresar sentimientos hablados y escritos. Podrás ejercer la capacidad de dar definiciones a lo que vayas construyendo y serán tus propias definiciones. Utilizarás conceptos elaborados por ti mismo y tendrás el derecho y la obligación de construir tu historia. Para eso te entrego el tiempo y el espacio. Al final de tu proyecto, si alcanzas esa inmensa felicidad que piensas a tu manera, te la haré eterna. Y si fracasas no dudes tampoco en venir a mí para que no te sientas desamparado y volveré a colocar dentro de tu alma el resto de los componentes desamparados. Ahora asómate a toda esta inmensidad que tienes ante tu vista y dime que es lo más hermoso que ves de todo el laberinto. 
- Esas masas esféricas de multidiferentes colores que lucen entre las sombras y las estrellas.
- Porque ya tiene voz propia dáles un nombre.
- Planetas y colores. A las masas deseo llamarlas planetas y a sus tonos los llamaré colores.
- Señálame una imagen que defina a esos astros y a esos colores.
- Porque ya puedo componer mis sentimientos los llamaré espejos.
- Porque anhelas un lugar donde realizar tus deseos, elige uno de esos espejos y dale un nombre a su masa y a su color porque será el lugar donde vivas. Yo compongo desde ahora un nuevo nombre para definirte. A partir de este momento dejarás de llamarte humo y serás llamado humano; porque no quiero que olvides que, a pesar de tener cuerpo material y sentimientos derivados de él, serás siempre alma de humo y para que puedas edificar el principio de tu historia sin soledades, multiplicarás tu materia y no serás un sólo cuerpo sino muchos cuerpos similares a ti. Si lo has pensado ya, dime qué espejo eliges para comenzar tu Historia humana.
- Aquel cuyo color llamaré negro y cuyo nombre será Cavernia.
- Para que no estés sólo y te puedas multiplicar en millones de cuerpos diferentes te daré una compañera y sólo una compañera, no lo olvides nunca ésto, a la que tendrás que amar en todo momento, en lo malo y en lo bueno, para que tu proyección futura se desarrolle a través de tus descendientes.
Y de esta manera se inició el lenguaje humano y su Historia. Un humano masculino y una sóla humana femenina como Dios ordenó.
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Relato

Palabras Clave: Literatura Relato Conciencia Conocimiento Cristianismo.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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