Confrontaciones inesperadas. Por Alberto Carranza Fontanini
Publicado en Dec 08, 2010
De repente dormidas caderas esparcen descansos,
apresuran pasos, esparcen fragancias o gravitan en periplos consumidos leves de tibieza o manifiestan situaciones ansiadas de una noche - cuando el día murió- cuando el día anestesiado convirtió todo en veloz desprendimiento, en espíritu quieto de pasiones alocadas, en humo, en espiral que es justa balanza para esas confrontaciones eternas, para esos anillos reptadores de trampas, en senderos fortuitos, pocas veces en calma, en senderos del bosque que apenas sabe sus andanzas de corazón ahíto, enmudecido, adivinador de extrañas alabanzas, de reminiscencias gastadas por el ultraje al procurar confrontaciones, al limpiar con besos ardientes y nobles la ultrajada mortaja. Falta eludir por tanto oraciones, incluídas bellas plegarias, sin aguardar el destino que es una trampa y no un simple sonido el que pena al atravesar el alma y dice: "Oye amor...: ¿ por qué no te atreves y esperas sobre la lomada con resignado gesto y al final solamente callas?
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|